Opinión

Avanzar por los senderos de la luz

José Atuesta Mindiola

17/04/2013 - 11:50

 

Debemos avanzar por los senderos que nos den más luz que sombra. ¿Qué aporte hacemos a la cultura de la  música que se interpreta en acordeón, si nombramos al músico acordeonero o acordeonista?

En Colombia, al que canta décima le llaman decimero.  En Perú, Chile, Argentina, España y otros países, les llaman decimistas. Cuando vamos a los encuentros de décimas en otros países, nadie discute eso. En los idiomas existen regionalismos, y eso da identidad a un pueblo.

El gentilicio de los nacidos en Valledupar es vallenato, que significa nativo del Valle. Los nacidos en Santa Marta, si aplicamos la regla académica de la lengua española debería ser santamartense, como los del Huila son huilenses; pero los nacidos en la capital de Magdalena, tienen por gentilicio el sonoro nombre de Samario.

El samario es un elemento químico cuyo símbolo es Sm. Nadie de manera despectiva le dice a los samarios elemento químico. Sin embargo, a veces no deja de aparecer cualquier erudito que pretende ironizar diciendo que vallenato se escribe ballenato, que es el hijo de la ballena, y se nombra si a los nacidos en Valledupar por tener la piel escamosa,  consecuencia de la picadura de un mosquito.

No desgastemos nuestras energías en bagatelas, ninguna organización ni empresa periodística ni locutor ni persona en Valledupar dice que toda la música que se toca en acordeón es vallenata.

La poesía, la música y las demás expresiones del arte son inherentes al ser humano. Donde hay un ser humano hay una manifestación del arte. Desde que llegaron los primeros acordeones a la región Caribe de Colombia, comenzaron a aparecer acordeoneros o acordeonistas por todas las regiones: Magdalena, Bolívar Grande, la Provincia de la Guajira… Pero no se puede desconocer que el gran impulso a la música de acordeón se lo ha dado el Festival Vallenato, desde que se inició en 1968. Y como todo concurso, el Festival creó sus reglamentos y exigió a los participantes la interpretación de los cuatros aires (puya, paseo, son y merengue).

La vida y el arte es un río, en permanente evolución. En la década de 1950, la aristocracia de Barranquilla llamaban a los porros -ese hermoso ritmo bailable. “música de negro”, pero por su calidad y los arreglos orquestales conquistó los grandes salones de baile del país; entre los grandes creadores, intérpretes y gestores de su popularización estuvo el maestro Lucho Bermúdez y su Orquesta. Por muchos años fue la Orquesta representativa del país.

A finales de  los años de 1960, cuando comenzaron a sonar los conjuntos vallenatos, en Barranquilla le decían “Yuca”; pero con la llegada del Binomio de Oro, la poesía fresca, la voz romántica de Rafael Orozco y los arreglos del acordeonero Israel Romero, fue grande la aceptación del público barranquillero. Los conjuntos vallenatos empiezan a orientar sus arreglos pensando en los bailes, se apoyan en viejos y nuevos compositores, adoptan canciones de otros aires musicales  y, poco a poco, van ganando espacios y seguidores, y  son apetecidos más que otros conjuntos musicales de la Costa.

Hoy los conjuntos de música de acordeón de la región de Valledupar y de la Guajira, que orgulloso se llaman vallenatos son los más apetecidos en las fiestas populares de Colombia. Para la muestra mencionemos, a los conjuntos de Silvestre Dangond, Peter Manjarrez, Martin Elías, Felipe Peláez  y Jorgito Celedón.  Y como caso especial, a “Los Niños de la Escuela del Turco Gil”, el conjunto más internacional en la historia de la música vallenata.

Epílogo: La cátedra vallenata nunca fue creada por el Ministerio de Educación Nacional. La Ley 739 (Abril 26 de 2002), que en su artículo primero, declara Patrimonio Cultural de la Nación el Festival de la Leyenda Vallenata. Y en literal c, del  artículo tercero, dice: el Ministerio de Educación Nacional creará la cátedra Valores y Talentos Vallenatos "Consuelo Araujonoquera", de obligatorio cumplimiento en los colegios públicos y privados del departamento del Cesar, a nivel de la Educación Básica Primaria.

En vista del desinterés del MEN para darle cumplimiento a la Ley, la honorable Asamblea del Cesar, a través de la Ordenanza 00026 (27 de abril de 2011), autorizó al gobernador del Cesar implementar la Catedra vallenata para promover y fortalecer la identidad regional y el respeto por la diversidad cultural de nuestra región (tampoco, nunca se dio).

La Ley se cayó por la demanda presentada por estudiantes de Derecho del sur del Cesar; y se cayó porque no debió aparecer la palabra obligatoria, sino opcional; pero con la Cátedra Vallenata no se pretendía desconocer otras expresiones culturales del Cesar.

 

José Atuesta Mindiola

Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

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