Bienestar

Fortalecer la autoestima para ser más feliz

Si permanentemente te criticas, te juzgas por todo lo que haces, te fastidias contigo mismo, no te soportas y te menosprecias, es que no te amas y tienes baja autoestima.

Todos los seres humanos queremos vivir felices y tranquilos. Este articulo no es para criticarte y decirte que haces mal en no quererte, seguramente ya lo has leído en cientos de artículos, el objetivo es invitarte a reflexionar y brindarte herramientas que te permitan poco a poco subir tu autoestima para sentirte mejor y más feliz contigo mismo.

A menudo somos más duros con nosotros mismos que con los demás. Logramos ofendernos tanto como si fuéramos nuestro peor enemigo. Ésta es una conducta que aprendemos con los años.

Cuando nacemos, nuestra estructura mental está organizada para la auto-conservación y el crecimiento, y no para el auto-castigo. Pero a medida que nos vamos haciendo mayores, el entorno nos enseña que, si somos muy auto-críticos, si nos flagelamos, mejoraremos, seremos más auto-exigentes y conseguiremos mejores resultados. Nos enseñan a desarrollar estructuras de pensamiento que no son las adecuadas y, como consecuencia, nos hacen infelices.

Además, criticamos o cuestionamos la valía de una persona, pero no su conducta. No es lo mismo decir “me porté mal” que “soy malo”, “me equivoqué y me echaron del trabajo” que “soy un inútil, no sirvo para nada y me he quedado sin trabajo”.

Si no me respeto a mí mismo, entonces no me amo, no me quiero, no me siento merecedor de cosas buenas o personas valiosas a mí alrededor. Por eso, debemos cuidar nuestra dignidad, ese sentimiento de reconocer que somos merecedores, que somos valiosos, que somos personas y existimos. Cuanto mayor sea nuestra dignidad y autoestima, mayores serán las emociones positivas, mejores las relaciones personales, tendremos más calidad de vida y menos enfermedades psicológicas. La autoestima es un factor de inmunidad y tiene que ver con defender el derecho a la propia vida.

La fuente de la felicidad y el amor propio no se halla en logros externos, se encuentra dentro de nosotros, en nuestra mente y podemos acceder a ella siempre que lo deseemos.

Si queremos dejar de ser esclavos de nuestros hábitos, hace falta esfuerzo. Convertir el cambio en una prioridad. La autoestima requiere un cierto trabajo personal, debemos felicitarnos permanentemente para aumentar la confianza y la seguridad en nosotros mismos. Reconocer los esfuerzos que hacemos y las fortalezas que tenemos. Por ejemplo: si te propones ir al gimnasio a las 5am y lo logras, felicítate.

Con ciertas posiciones del cuerpo es difícil que te sientas orgulloso de ti mismo. Por ejemplo, cuando una persona está encogida, con hombros contraídos hacia adelante, fomenta el desanimo. Por el contrario, si está erguida, saca pecho y mira hacia arriba, es más fácil que se sienta mejor.

En cuanto a la autoimagen, lo mejor es mirarse al espejo como el conjunto que uno es, entendiendo que no hay no hay criterios únicos sobre la belleza y que es algo relativo. Una mujer puede ser bella en Europa pero no serlo en África por su contextura delgada. Acepta tu cuerpo, quiérelo, amalo y cuídalo.

Cambiar las etiquetas del tipo “soy perezoso”, “nadie me quiere”, “nunca lograré ser feliz”, porque las interiorizamos y se convierten en teorías que tenemos de nosotros mismos e inconscientemente generamos comportamientos que aseguren que si soy como lo dicen mis etiquetas. Si estas teorías son negativas, funcionaremos mal.

Usa el pronombre YO mentalmente acompañado siempre de verbos de capacidad: repite con frecuencia frases construidas en la forma "Yo puedo..." "Yo soy capaz..." "Yo sé .." "Yo soy bueno en...” Muchos deportistas hablan consigo mismos antes y durante una competencia. El éxito de los mejores rara vez se debe sólo al talento; en la mayoría de los casos es que están mejor preparados mentalmente.

Cada vez que hagas algo bien, algo que te guste, descubras algo bueno en ti, anótalo en un post-it, y ponlo en algún sitio donde los veas con frecuencia. Puedes llevar algún tipo de cuenta (una nueva piedra en un bote de cristal, etc...) pero deben ser anotaciones que siempre puedas ver y te recuerden todas las cosas buenas que has descubierto en ti. Siente admiración por ti y por lo que haces.

Perdónate, pero perdonar no es olvidar, es recordar lo vivido sin rencores. Es importante no castigarnos, reconocer los resultados y revisar de qué manera se pueden mejorar.  No ponernos metas que no se puedan alcanzar porque nos vamos a sentir frustrados.

El amor empieza en la propia casa. Puedes adoptar el siguiente lema: los próximos diez años van a ser los mejores de mi vida. Debes visualizarte haciendo cosas emocionantes, disfrutando de la existencia, apreciando lo que tienes.

Recuerda las personas con altos niveles de bienestar subjetivo (felicidad) se sienten satisfechas con sus vidas, tienen pocas emociones negativas y muchas positivas, y piensan con optimismo.

¡Buen Viento y Buena Mar!

Maira Ropero

@MairaRopero