Otras expresiones

Mirando a Latinoamericana para la gestión de la crisis económica

Antonio Ureña García

15/01/2015 - 08:20

 

Más allá de consideraciones de índole filosófica, la identidad latinoamericana se construye en un paisaje de crisis económica, social y política de larga trayectoria. Acostumbrados a esta realidad, no es de extrañar que las actuaciones generadas como resistencia frente a la misma sean tomadas como modelos para la salida de la crisis que hoy se está viviendo en Europa.

En repetidas ocasiones hemos comentado en esta columna que el sentido de la mirada ahora se ha cambiado y, en este caso, es la izquierda europea quien mira a la izquierda latinoamericana y, concretamente, a sus modelos de gestión de la crisis.

En artículos anteriores, hemos analizado cómo la presión neoliberal había supuesto el aumento de la desigualdad y la pobreza generando de manera reactiva un movimiento denominado posneoliberalismo, al calar entre las clases sociales más sacudidas por las políticas conservadoras el discurso de los partidos y grupos de izquierda, cuyo contenido no es otro que de evidenciar la realidad social y económica que están sufriendo la mayoría de los más de 500 millones de habitantes que pueblan este vasto territorio. Es el denominado peyorativamente discurso populista.

“Primero nuestra gente...”

En 1990, el 46% de los latinoamericanos vivían en la pobreza y cerca de la mitad de estos eran indigentes carentes de recursos para satisfacer necesidades fundamentales. Frente a los 76 millones de 1970 en 1990 se superan los 195, manteniéndose un crecimiento continuo, que motivó la calificación por el CEPAL-María Pía Otero y otros (“Pobreza y desigualdad en América Latina y el Caribe, Introducción a un problema complejo”)- en el 2007 de región más desigual del mundo en términos de la distribución de ingresos y de activos como tierra, capital, salud, educación y tecnología.

En el presente, la brecha social y económica continúan pues se mantienen las causas estructurales que la motivan, si bien la mayor parte de los países latinoamericanos en los últimos años ha aumentado su inversión en salud y educación a través de políticas sociales, infraestructura y normativas, lo que ha ayudado a mejorar indicadores como la tasa de mortalidad y la esperanza de vida de la población. Tanto es así que, en la actualidad, la izquierda europea -hasta el momento referente para los movimientos progresistas de la región- ha comenzado a volver los ojos hacia el otro lado del atlántico. De esa manera, en Grecia o España, las palabras de Rafael Correa: primero nuestra gente, luego los banqueros, el Fondo Monetario y todos los acreedores, (Agencia de Noticias Andes, 1/12/14) ha sido repetida en diferentes actos de los grupos y partidos de la mencionada tendencia.

Otra economía es posible”

Según alertan que pueda suceder en España, los mercados se alarmaron cuando el mandatario ecuatoriano solicitó una moratoria de 3.200 millones de dólares precisamente en un momento en el que la economía estaba creciendo y las arcas estatales tenían efectivo por los altos precios del petróleo de entonces. La siguiente actuación fue realizar una auditoría de la deuda donde se puso en evidencia cómo los créditos que la generaron fueron negociados ilegalmente por Gobiernos anteriores en complicidad con la banca internacional al observarse, entre otros aspectos, injerencia en asuntos internos del país con la consecuente lesión a la soberanía; violación de derechos fundamentales de personas y pueblos; así como irrespeto a los instrumentos internacionales de derecho; cláusulas abusivas que violentan los derechos del país soberano; relación asimétrica entre las partes contratantes; usura y anatocismo, conocido también como capitalización de los intereses, consiste cobrar intereses sobre los intereses de mora derivados del no pago

El siguiente paso se dará en diciembre del 2008 cuando el gobierno declaró la moratoria del 39% de su deuda externa pública, por ser ilegal e inmoral. El paso definitivo se dará en 2011, logrando -en palabras de la Ministra de Finanzas, María Elsa Viteri (fuente: www.elcomercio.com)- la captación del 91% de los 3.210 millones de dólares que mantenía el país en bonos 2012 y 2030, lo que supondrá ahorro para el país que llegará a 7.505 millones.

Deuda externa,  deuda eterna”

Esta forma de referirse coloquialmente a la denominada deuda soberana es más que una ironía verbal, convirtiéndose para muchos países en una constante de su historia económica y con ello social y política.

Así, en Argentina, el endeudamiento comenzó en 1822 y, si consideramos que el “Período de la Independencia” que transcurrió entre la “Revolución de Mayo” de 1810 y la “Anarquía” que disolvió todas las autoridades nacionales en el año 1820, podemos afirmar que esta deuda nace de forma paralela al propio crecimiento del Estado-nación y, desde entonces, ha sido una solución momentánea pero también un problema a largo plazo y un tema fundamental de todos los gobiernos y también motivo de crisis institucionales que precipitaron en la crisis política y financiera generalizada del  2001.

En el caso de Ecuador, la deuda externa también presenta un largo recorrido, pues la primera fue contraída en las guerras de independencia en el siglo XIX, la cual aumentará a lo largo del Siglo XX hasta 43 veces. Como señala Alejandra Vásquez (Ecuador y su deuda externa), durante los  años 90 el porcentaje destinado al pago de la deuda consistía en un 40% de los ingresos del país, no alcanzando el 8% en el 2013.  

Reestructuración de la deuda y crecimiento económico

El primer país en reestructurar la deuda fue Argentina en el 2005 después de la suspensión de pagos o default del 2001 que, en vez de ahondar la crisis, trajo como consecuencia un importante crecimiento económico, ya que el gobierno de Nestor Kichner presentó unos nuevos bonos que, si bien suponían una reducción de su valor frente a los anteriores a la deflación, ofrecían además una compensación adicional, ligada al crecimiento del Producto Interno Bruto.

Nuevos canjes y acuerdos traerán como consecuencia, como señala Verónica Smink (A diez años del "default". ¿Cuánto sigue debiendo la Argentina?) citando datos del Banco Mundial, una reducción del 73 % de su deuda externa respecto al Producto Bruto Interno y resultó ser el país con mayor nivel de desendeudamiento del mundo.

La actuación del Presidente de Ecuador fue apoyada desde el primer momento por el  Parlamento Latinoamericano, el Parlamento Andino, el gobierno venezolano, el paraguayo, el  brasileño, el peruano, el chileno o la sociedad civil de Estados Unidos, así como grupos políticos de izquierda del resto del mundo; pero, además–como explica  Alejandro Rebossio (Latinoamérica enseña a Europa a reestructurar deudas)-, el Nobel de economía Joseph Stiglitz la consideró como “una decisión beneficiosa para el país”.

En términos similares se manifestó, Richard Portes, profesor de la “London School of Economics” o Penélope Brooken esos momentos directora del “Banco Mundial” para Argentina, Paraguay y Uruguay quien señala como Latinoamérica puede aportar experiencias valiosas” a la eurozona sobre cuándo y cómo reestructurar las deudas soberanas. La reestructuración de la deuda supone en principio que los menores pagos de la misma permitan a la economía recuperarse más rápidamente de los efectos de la crisis global, lo cual redunda en beneficio de los mercados, pues el crecimiento económico supone aumento de beneficios para los mismos, pero, sin ninguna duda, los más beneficiados de esta reestructuración son los ciudadanos y ciudadanas. Así las acciones orientadas a una renegociación de la deuda supone el desarrollo de una política económica sustentable que busca que el país pueda entrar otra vez en el camino del crecimiento. 

Después de las acciones citadas, Ecuador ha sido uno de los países de mayor crecimiento de América Latina con una expansión de cerca del 8% del producto interno bruto. Mientras que antes, la economía se encontraba atada a un sistema financiero internacional absolutamente irracional, ahora los recursos se quedan en el país para dar dinamismo a la economía. En los últimos años, Ecuador ha incrementado significativamente sus recursos destinados al sector social, del 2007 al 2010 ha triplicado los recursos para educación y salud. Anualmente se destinaba unos 1000 millones de dólares a educación y ahora se destina más de 3500 millones. En salud se presupuestaba 500 millones de dólares mientras que ahora se tienen alrededor de los 1700 millones.

Si durante décadas Latinoamérica ha sido el laboratorio de las medidas neoliberales que ahora se están imponiendo en el sur de Europa (España. Portugal, Italia y Grecia) -que, además de grandes pérdidas económicas para los trabajadores y trabajadoras, han supuesto recortes muy importantes en derechos sociales-, es necesario continuar mirando a esta región con objeto de conocer y analizar las medidas tomadas para sortear la crisis pensando en la ciudadanía no en los bancos o los mercados.

Con las medidas de Argentina o Ecuador comentadas, Latinoamérica enseña  al mundo que “otra economía es posible” y que los discursos tildados de populistas que en los países de la Europa del sur persiguen medidas similares, no son utopías irrealizables pues las mismas han sido llevadas a cabo de manera exitosa; éxito que es subrayado en la carta firmada por los Nobel de Economía, Joseph Stiglitz y Robert Solow, y otras importantes personalidades académicas de esta disciplina que enviaron en agosto del 2014 al Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para que se regulen a nivel mundial los procesos de reestructuración de deuda soberana.

 

Dr. Antonio Ureña García 

Sobre el autor

Antonio Ureña García

Antonio Ureña García

Contrapunteo cultural

Antonio Ureña García (Madrid, España). Doctor (PHD) en Filosofía y Ciencias de la Educación; Licenciado en Historia y Profesor de Música. Como Investigador en Ciencias Sociales es especialista en Latinoamérica, región donde ha realizado diversos trabajos de investigación así como actividades de Cooperación para el Desarrollo, siendo distinguido por este motivo con la Orden General José Antonio Páez en su Primera Categoría (Venezuela). En su columna “Contrapunteo Cultural” persigue hacer una reflexión sobre la cultura y la sociedad latinoamericanas desde una perspectiva antropológica.

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