Ocio y sociedad

Sencillamente, Juan Bautista

Herlency Gutiérrez

10/02/2015 - 05:00

 

Sencillamente, Juan Bautista

Juan David y Juan Bautista

Juan Bautista tiene 14 años pero parece 14 años mayor. Tiene un encantador sentido del humor y una espontaneidad singular para conversar. Sonríe fácilmente en cada fotografía y no suelta la mano de Juan David, su hermano. Con él desea conformar una exitosa agrupación vallenata.

Parece restarle importancia a los capítulos de la telenovela donde actuó representando la infancia del cantante de música vallenata, Diomedes Díaz. Muchos capítulos se los ha perdido porque los deberes escolares lo ocupan en horas de la noche o simplemente porque el sueño lo vence. El primer capítulo no lo vio. Dijo que en el momento en que inició la producción se encontraba en un restaurante. ‘Ese día me embolaté porque asistí al lanzamiento’.

Por causa de la popularidad que le generó su aparición en televisión, Juan Bautista debió permanecer en algunas ocasiones aislado en un salón del colegio mientras los demás disfrutaban de la jornada de recreo. ‘Eso fue muy triste’, comenta.

Asegura que extraña jugar fútbol en la calle, sin camisa y con los pies descalzos. Caminar desprevenido sin que alguien lo reconozca y disfrutar de los paseos que tanto le gustan en piscina. La última vez que visitó un sitio turístico en la ciudad de Valledupar tuvo que marcharse porque la multitud lo asedió.

Juan  Bautista se muestra agradecido con tantas expresiones de cariño: ‘Amo que la gente me quiera, amo que la gente me adore’, dice. Sin embargo, agrega que ‘muchos abusan y se hacen cansones’.

Rápidamente saca a relucir lo que él denomina ‘mentiras sobre su origen’. “Mi mamá no era recicladora. Mi mamá es ama de casa. Ahora hay muchas críticas, me han inventado muchas cosas”. Al tiempo reconoce: “lo único cierto es que yo sí era muy pobre. Vendí mamón, limón, Bonice, y también iba a vender butifarras pero no me dejaron porque estaba muy pequeño”.

“Mi mamá una vez me dio una limpia porque salía a trabajar cuando ella me decía lo contrario. Pero a mí me gustaba ayudarla, eso me hacía  sentir útil”, recuerda.

Juan Bautista corrige cuando le preguntan si la infancia del cantante de música vallenata, Diomedes Díaz, se parece a la de él, con contundencia responde: “No se parece. ¡Es la misma!”.

Este joven, estudiante de sexto grado en un colegio público de la capital del Cesar, sueña con ser un reconocido actor y músico. Sueña con terminar sus estudios de secundaria y luego ir a la universidad. Mientras tanto, reconoce que la privacidad que ha perdido hace parte del proceso que lo llevará a alcanzar sus metas.

Mientras conversamos, uno de sus admiradores le pide que haga un verso, él se niega. Dice que solo sabe cantar, no versear. Otro le pide una selfie y él accede, pero antes abraza a Juan David y le dice que sonría y le explica de qué se trata. Su hermano –de crianza- es invidente. Y es una de las grandes figuras de ‘Los niños del Vallenato’, agrupación dirigida por Andrés ‘El Turco’ Gil. Desde hace cinco años los dos jovencitos viven con  el maestro del acordeón.

Juan Bautista tiene brillo propio. Parece no tener estrella sino ser una estrella. Luego de nuestra conversación, hubo quienes se me acercaron y dijeron: “mientras esté rodeado de personas que lo amen y lo protejan, seguramente su destello no solo quedará en los capítulos de una telenovela”.

 

Herlency Gutiérrez

@HerlencyG 

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