Opinión

Pajazo mental

Fabrina Acosta Contreras

20/10/2015 - 06:00

 

La humanidad históricamente ha sido víctima (y cómplice) de la politiquería, por eso se escuda en “pajazos mentales” que le resguardan de cualquier decepción fulminante; en los últimos debates políticos, he analizado con mis sentidos agudizados, quizás por mi etapa evolutiva o por no resignarme a tragar entero, que cada vez se van perfeccionando los discursos mentirosos de quienes pretenden el poder, comenzando por lemas “poéticos” que poco tienen de coherentes; los candidatos y las candidatas se promueven salvadores del mundo y profetizan tener en sus planes de gobierno, las soluciones precisas para lograr dicha hazaña.

Pero lo más descarado de los “pajazos mentales” es que algunos inmersos en sus egos y en la poca transparencia que les queda, afirman que no decidieron postular sus nombres sino que el pueblo en pleno clamó por ellos, otros dicen que cuatro años no les alcanzó para convertir a los “macondos olvidados” en  “metrópolis”, que por favor le permitan a su nuevo candidato la continuidad a tan buen gobierno, algunos refieren que todos los políticos son corruptos menos ellos y que llegó el tiempo de la infancia, la mujer y la juventud, ah… y para completar el kit de (repentino) amorío por lo social, incluyen a los adultos mayores; pero cuando llegan al poder convierten el área social en la cenicienta de su gobierno; la otra moda es invertir más tiempo en buscar los antecedentes “penosos” de sus contrincantes para jugar sucio, que en construir propuestas realizables y estructuradas; y la comunidad continúa entre actitudes de sobrevivencia buscando el mejor postor y soñando con el contrato que les permita garantizar las necesidades básicas, comprar el carro último modelo o la casa soñada.

La politiquería es el ejemplo puro de los pajazos mentales, el pueblo juega a creerlos y los candidatos o candidatas a convencerlos, porque se trata de promover un mundo ideal que nadie ha podido construir pero que ahora el de turno por arte de magia dice tener la receta perfecta para lograrlo.

Algunos acuden al pajazo mental de creerse y proyectarse como los grandes académicos, investigadores, pacificadores o feministas, nadie les gana en humildad ni en altruismo, si es posible responden todos los mensajes de las redes sociales, envían tarjetas felicitando hasta por el día del árbol, se declaran amantes del arte y nadie les gana en devoción a Dios; pero solo llegan al poder y se les olvida la humanidad porque la entrada a su reino los satura de ego criollo y/o arribista, ese mismo, que no les deja pensar en el bien del territorio que le encomendaron gobernar.

Y esta historia algo triste, se repite cada cuatro años o cada elección atípica, en los que el mismo pueblo que sigue en la pobreza después del incumplimiento del politiquero de turno y que dice a gritos en las esquinas que no volverá a votar por nadie, se pelea con el vecino o el amigo porque habla mal del candidato que ha escogido para apoyar en este nueva oportunidad; por lo cual, se vuelven debates electorales tan viscerales que las ideas pasan a un cuarto o quinto plano, porque en los primeros está el pastel de olla, los diez mil pesos por el pago de hacer puerta a puerta y la camiseta o la gorra de colores vivos, de esos que en el caribe le llamamos “quitaguayabos”; pero un alto porcentaje de los electores jamás leen ni son informados del plan de gobierno de su candidato o candidata, al final de cuentas, eso se refleja en un plan de desarrollo repleto de incumplimientos, donde los niños, las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores son sustituidos por parques, cemento, letreros o cualquier obra “tangible” que salga en fotos de alta resolución para presentar en las portadas de revistas, portales de noticias o diarios; pues el desarrollo social, la desnutrición, la igualdad de género y la prevención de la violencia no suma mucho en la carrera incontrolable por mostrarse como el mejor o la mejor gobernante, y ahí sigue el pajazo mental, seguir convencidos que son los mejores, pero si el pueblo despertara y no se resignara a un contrato (silenciador) de protestas, los pajazos mentales cesarían y entonces muchos de los que han sido o están por ser elegidos gobernantes de nuestros territorios, no tendrían la más mínima posibilidad de serlo. Alerta pueblo, probemos como nos va despertando de los pajazos mentales!

 

Fabrina Acosta Contreras

Sobre el autor

Fabrina Acosta Contreras

Fabrina Acosta Contreras

Evas&Adanes

Nieta de Rita Contreras, leyenda viva de 109 años. Escritora e investigadora Guajira, psicóloga, Magister en estudios de género, Magister en Gestión de Organizaciones y Especialista en Alta Gerencia. Creadora de la Asociación “Evas&Adanes” desde la cual lidera diversas iniciativas ciudadanas como los foros “La Mujer en el vallenato”, “Tejiendo esperanzas por la Guajira”, el programa radial Evas&Adanes, entre otras. 

Ha recibido reconocimientos por la causa que lidera tales como: Joven sobresaliente de Colombia TOYP 2018 (JCI Colombia), máxima distinción del departamento de La Guajira medalla Luis Antonio Robles, personaje diez en el departamento de Amazonas, medalla a Mujer extraordinaria con proyección social otorgada por la Asociación de Mujeres de la Guajira. 

Ha sido columnista por más de 10 años de varios medios puntualizando temas de género y derechos de las mujeres, así como las causas por la guajira. Es autora de los libros Mujer Sin Receta: Sin Contraindicaciones para hombresEvas culpables, Adanes inocentes”, “De esas costumbres que hay en mi tierra: una mirada a los imaginarios sociales de la violencia de género”, “Mujeres sin receta: Más allá de los mitos”.

 

@Facostac

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