Opinión
Concurso de personeros: resultó peor el remedio que la enfermedad
Son muchísimos los casos a lo largo y ancho del territorio nacional, en los cuales las personerías municipales se encuentran acéfalas o, por lo menos, con nombramientos en encargos, como el caso de Bogotá.
Todo esto se debe a la ejecución de la Ley 1551 de 2012, en lo que tiene que ver con la elección de personeros municipales y distritales, mediante la figura del concurso público de mérito, la cual buscaba ser la cura para el problema que durante años tuvimos en Colombia, consistente en organismos de control territorial de bolsillo de alcaldes y concejales, o, dicho de otra manera, la extrema politización de una institución que clamaba a gritos la independencia y autonomía para poder cumplir a cabalidad sus funciones constitucionales y legales.
Las corporaciones públicas municipales se resisten a creer que en buena parte se les acabó el pastel y la mermelada con la ley mencionada, ya que antes tenían el poder de nombrar a dedo tanto a los personeros como a los contralores municipales y, consiguientemente, tenerlos bajo sus órdenes y, en la mayoría de los casos, como súbditos del alcalde de turno.
Para no ir tan lejos, ocurrió en Valledupar, donde una inescrupulosa universidad se prestó para la sinvergüencería de hacerles un concurso amañado a la administración municipal y al concejo, en el que quedaron al descubierto ante toda la opinión pública, las triquiñuelas y la pantomima en que se convierte la tal meritocracia que pretende la ley.
Me he enterado de que en Chiriguaná aún están en el tira y jale entre varios concursantes e inclusive me cuentan que también les tocó emplear el mecanismo de tutela como en Valledupar y ahora un juez les ordenó revocar la elección y posesión, elegir de nuevo y posesionar a quien realmente ocupó el primer lugar como lo ordena la Ley.
Pero si por allá llueve, por acá no escampa; en Bogotá ya se rebasaron todos los términos de ley y les tocó posesionar tanto contralor como personero encargado, porque el concejo distrital tuvo que esperar que el Consejo de Estado le diera un concepto indicándole que la Ley de los Municipios también se debe aplicar en Bogotá.
Y tienen el descaro algunos miembros de las corporaciones públicas de elección popular, de preguntarse por qué estas se encuentran tan desprestigiadas ante la opinión pública: sencillamente, porque se han convertido en el mal ejemplo de la sociedad y porque prefieren la marrullería y la trampa a la decencia y el decoro.
Parece que tanto en Valledupar como en Chiriguaná al final les salió el tiro por la culata, porque terminó colándoseles quien no estaba llamado a la fiesta.
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar
Pobreza y desempleo en el Cesar: un lastre a superar
La pobreza y el desempleo campean actualmente en el Cesar, tanto en la zona rural como urbana, debido a los efectos de la pandemia ...
Editorial: El Festival Vallenato y su poder transformador
No deja de sorprender los cambios que pueden operarse de un día para otro y por el simple advenimiento de un evento de sólo 5 días...
Una amable lección indígena
Desde la semana pasada, se movieron las redes, periódicos, revistas, noticieros de televisión, editoriales, la política, sindicatos,...
Traigan oro, que de incienso estoy hasta la mirra…
Extraña fascinación produjo el mes de diciembre, desde los primeros días hasta su final el cúmulo de sensaciones que despertó, f...
La marcha de las FARC
Antaño, percibir el despliegue y desplazamiento de algunos bloques de la guerrilla de las Farc, con su robusta indumentaria e in...