Turismo
Atánquez, la ciudad capital del resguardo kankuamo
A una veintena de kilómetros de las colinas de La Mina, en la periferia de Valledupar, el corregimiento de Atánquez representa uno de los principales asentamientos kankuamos de la Sierra Nevada.
Es la puerta de entrada a una de las culturas indígenas más importantes de la región pero también una apertura sobre la historia más reciente de un pueblo que lucha por revivir y mantener su esencia.
El nombre de “Atánquez” refleja ese esfuerzo cotidiano y comunitario que impera hoy en el pueblo. Su raíz procede de una vieja tradición kankuama que alaba el “trabajo, la lucha y la defensa”.
El camino tortuoso –y muchas veces abrupto– recorre una zona árida y montañosa atravesada por el río Candela. Este encuentro da origen a uno de los paisajes más hermosos del Cesar con unas vistas infinitas sobre el Valle y los cerros que lo rodean.
La angosta carretera impone un ritmo sosegado. Idóneo para disfrutar de la vista, recorrer el panorama en busca de un detalle insólito y aclimatarse a la vida comunitaria de este resguardo.
Atánquez es un pueblo de poco más de 6000 habitantes, alejado del barullo y la actividad que caracterizan ciertos barrios de Valledupar. A 1700 metros de altitud, y protegido por una cadena montañosa de un verde intenso, el pueblo exhala unos aires de tranquilidad y espiritualidad incomparables.
De entrada nos acogen unas calles empedradas y el cementerio central. A un lado se ubica el cuartel de la policía y a otro el busto de Simón Bolívar. Todo parece haberse detenido en el tiempo y, aún así, todo brilla por su estado de extremo cuidado.
Los desniveles del entramado urbanístico son una característica local. Para llegar hasta aquí es imprescindible tener un vehículo que sepa aguantar y arrancar entre las plataformas que van formándose en el laberinto de viviendas.
La plaza mayor es el lugar más simbólico del pueblo. Su atractiva arborización y la cercanía de la iglesia hacen de ella el punto de encuentro para jóvenes y familias. Los bancos permiten disfrutar sentado de un instante de contemplación.
La plaza de Atánquez es también el escenario de una de las celebraciones culturales y folclóricas más representativas de esta región: la fiesta del Corpus Christi que se celebra en pleno mes de Junio. Durante ese periodo, todo el pueblo y muchas poblaciones aledañas se encuentran para festejar según el rito kankuamo. Como bien lo describe Graciela fuentes, es “el encuentro del pueblo con su espiritualidad, creencias y tradiciones”.
Visitar Atánquez requiere el tiempo necesario para apreciar la paz que lo colma, embeberse de ella, y recorrer los pequeños locales en busca de los dulces tan preciados o de esas mochilas únicas tejidas con una experiencia milenaria.
Muchos dicen que como la mochila atanquera no hay ninguna… y es que puede requerir una semana de trabajo entera.
PanoramaCultural.com.co
1 Comentarios
Atanquez no es municipio sino corregimiento de Valledupar y su altitud esta errada. Se encuentra a poco menos de 900 metros de altitud.
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