Historia

Breve historia de Colombia a 215 años de su Independencia

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

24/07/2025 - 06:50

 

Breve historia de Colombia a 215 años de su Independencia
El incidente ocasionado por el florero de Llorente fue la excusa para el grito de la Independencia

 

Cuenta la leyenda que, “a lo costeño”, una “muñequera” entre Pantaleón Santamaría y José González Llorente ocasionó hace 215 años (20 de julio de 1810) el “grito de la Independencia” producto de que ese mismo comerciante de estirpe española (apellidado Llorente, por si acaso) se negó a prestar un florero para adornar la mesa en la que se atendería al comensal, Antonio Villavicencio, encomendado por la inmemorial Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino de Aranjuez (España) en calidad de comisario regio a efecto de imponer autoridad en tierras americanas bajo dominio español, __entre ellas, las Provincias Unidas de la Nueva Granada__, aunque según las vastas lecciones de historia colombiana, terminó por apoyar la causa gestada en la plena y antiquísima, Santafé, por los entonces denominados y despreciados “criollos” en su acción por separarse del yugo español comandado por el Rey Fernando VII en el sentido de que, valga la redundancia, algunos líderes “criollos” de la época idearon una estrategia política para, según lo expuesto por el Archivo de Bogotá (cito textualmente con subrayado, fuera del texto original): “…provocar una limitada y transitoria perturbación del orden público, tomarse el poder y dar salida al descontento potencial que existía en Santafé contra la audiencia española…”. (Ver nota).

Y, de ahí para adelante, hasta nuestros días, no todo ha sido color de rosa para esta patria herida colombiana, pues si hace dos siglos todo era a punta de memorial de agravios, cartas de aquí para allá suscritas por el “Libertador”, Simón Bolívar, guerras y constituciones, ahora todo se desata por intermedio de unas convulsas redes sociales __comenzando por la “X” del cretino, pero flamante plutócrata, “Míster” Musk__, donde Ricaurte en San Mateo que, supongamos, es esta patria “¡en átomos volando!” mientras un millar de conciudadanos (o “influenciadores” en calidades de “politólogos” o “políticos” y “politólogos” en calidades de “influenciadores”) parafraseando al “Tribuno del Pueblo”, José Acevedo y Gómez, pierden sus más recónditos estribos en momentos de “efervescencia y calor” apoyados en 140 caracteres o más (si ostentan una cuenta premium), pero ni siquiera en doce horas son tratados como “insurgentes” sino como los más “ilustres intelectuales” de la actual centuria sea a partir de la desinformación, o la mal información, o, en su defecto, desde unas inmisericordes bodegas digitales que toman partido sino por Petro entonces por Uribe; porque es que ese es el panorama actual: si hace más de un siglo liberales y conservadores se mataron por política no más, ahora todo parece indicar que la guerra está librada entre petristas y uribistas sino desde el verbo incandescente, entonces, “a puño limpio”, __como Santamaría y Llorente__, porque es que esa también ha sido la constante de los “padres” de la patria y sus más acérrimos defensores: arreglar todo “a la brava”.

Para no ir más lejos, ¿recuerdan el episodio en el que el ahora sub iudice ex presidente Uribe, cuando integraba el Senado, casi se va a las manos con su colega del Partido Liberal, Guillermo García Realpe? ¿O cuando el no muy confiable “superministro” Benedetti por poco le asienta un nocaut al secretario del Senado todo porque alegaba de que la votación de la consulta popular había sido “fraudulenta”? O por citar una historia patria de muchas que se encuentran en los anales académicos al tenerse registro de una pelea acaecida por allá en los albores del año 1911 entre Federico Martínez Rivas, director de “Comentarios”, y “el Hombre Tempestad”, Laureano Gómez Castro, representante a la Cámara y director del periódico “La Unidad” y que dilucidada al detalle por Ignacio Arizmendi Posada desde la vida y obra de Gómez incluida en el biográfico “de Bolívar a Belisario - Gobernantes Colombianos (1819 – 1983)” (Interprint, 1983) acota: (subrayado, fuera del texto original): “…Gómez se dirige a la mencionada tribuna y le dice a Martínez que saliera al corredor. “Explique __le expresa__ que quiso decir en su artículo de hoy”, a lo que el aludido responde: “En cuanto usted me explique las injurias de su ‘permanente’”. Y sin cruzarse ninguna otra palabra se fueron a las manos. Gómez blandió su bastón y Martínez su revolver, con cuya cacha trató de golpear al congresista conservador…”. (p. 215).

Claro que ese “grito de la Independencia” no fue del todo un acto liberador de los españoles porque luego de ello vino la época de la “Reconquista” que data de 1811 a 1815 y el “Régimen del Terror” al mando de Pablo Morillo. Ápices que, a toda costa, buscaron (luego de los sucesos del 20 de julio de 1810) no solo la ejecución de las primeras batallas españolas en territorio neogranadino sino la condena a muerte de todos aquellos considerados “insurgentes” que sin distingo de raza, sexo o condición social se les atribuía cualquier participación en la causa independentista a la sazón de que por órdenes del “Pacificador” Morillo fueran fusilados, entre otros: Francisco José de Caldas; Camilo Torres; Jorge Tadeo Lozano; Policarpa Salavarrieta; Antonia Santos; José María Carbonell y el mismísimo Villavicencio (todos los anteriores considerados próceres de la Independencia). Sin embargo, a causa de la campaña libertadora bajo las órdenes del General Bolívar, primer presidente de la ya liberada patria, los españoles, al fin, serían derrotados en la épica “Batalla de Boyacá” fechada del 7 de agosto de 1819: lustro por el cual se constituyó la denominada Gran Colombia compuesta por Venezuela, Ecuador, Panamá y Colombia hasta la instauración de la República de Colombia en 1886.

Desde la gesta independentista de 1810 de la que, inclusive, se desprendió un fenómeno conocido como la “Patria Boba” con la aparición de nuevas maneras o apuestas de organizar el Estado en virtud de que Antonio Nariño defendía el centralismo (gobierno central fuerte con sede en Santafé) y Camilo Torres el federalismo (provincias con autonomía y gobierno propio), Colombia ha tenido 16 constituciones nacionales entre las que se destacan las originadas en los lustros 1821 (con expedición en Cúcuta); 1863 (base de la constitución de los Estados Unidos de Colombia); 1886 (base de la “Regeneración” liderada por el presidente Rafael Núñez Moledo) y 1991 (que derogó la carta magna del 86) y 8 nombres oficiales así: 1810: Provincias Unidas de la Nueva Granada; 1816: Virreinato de la  Nueva Granada; 1819: Gran Colombia; 1830: Estado o República de la Nueva Granada; 1858: Confederación Granadina; 1862: Estados Unidos de la Nueva Granada; 1863: Estados Unidos de Colombia y 1886: República de Colombia.

Y fue en el periodo comprendido del Estado o República de la Nueva Granada que surgieron los partidos Liberal (16 de julio, 1848) y Conservador (4 de octubre, 1849) cuyas colectividades, hasta 1886, __inicio de la “Hegemonía Conservadora” hasta 1930__, tuvieron que sopesar la situación política del momento con varios gobernantes entre los que se destacan José Hilario López Valdéz (1849-1853); José María Obando del Campo (segundo mandato comprendido entre 1853 a 1854); (1854): José María Melo (de facto); Manuel María Mallarino Ibargüen (designado) (1855 -1857); Mariano Ospina Rodríguez (1857-1858); Juan José Nieto Gil (1861); Manuel Murillo Toro (1864-1866 / 1872-1874); Rafael Núñez Moledo (1880-1882 / 1884-1886); (1886): José María Campo Serrano (quien, a la postre, también ostentó la calidad de primer presidente, entre 1886 a 1887, de la entonces constituida República de Colombia) y Tomás Cipriano de Mosquera con un total de 5 presidencias discriminadas de la siguiente manera: i.) Primer mandato comprendido entre 1845 a 1849 - ii.) Provisional y de facto entre 1861 a 1863 - iii.) Segundo mandato durante 1863 - iv.) Tercer mandato comprendido entre 1863 a 1864) y v.) Cuarto mandato comprendido entre 1866 a 1867.

Ahora bien: acerca de los dos periodos políticos fundamentales que atestiguó el país a fines del siglo XIX e inicios del XX en lo que concierne a la ya mencionada “Hegemonía Conservadora” y “La República Liberal”, referénciese sobre ambos los siguientes aspectos:

“Hegemonía conservadora”

Comandada por los dignatarios oficiales Jose María Campo (1886-1887); Eliseo Payán Hurtado (1887); Rafael Núñez (1887-1888 / 1892-1894); Carlos Holguín Mallarino (1888-1892); (1892): Miguel Antonio Caro (interino); (1893): Antonio Basilio Cuervo (interino); Miguel A. Caro (1894-1898); (1896): Guillermo Quintero Calderón (interino); Manuel Antonio Sanclemente (1898-1900); José Manuel Marroquín (1900-1904); Rafael Reyes Prieto (1904-1909); (1908): Diego Euclides de Angulo Lemos (interino); Jorge Holguín Mallarino (1909 / 1921-1922); Ramón González Valencia (1909-1910); Carlos E. Restrepo (1910-1914); José Vicente Concha (1914-1918); Marco Fidel Suárez (1918-1921); Pedro Nel Ospina (1922-1926) y Miguel Abadía Méndez (1926-1930), tuvo una duración de 44 años, es decir, desde 1886 a 1930, afrontando distintos episodios como la “Guerra de los Mil Días” (1899-1903), entre liberales y conservadores, la pérdida de Panamá que, además, mediante “frase célebre” de florilegio, por decir lo menos, el vetusto presidente Marroquín (76 años) definió sin sonrojo alguno: “…¿Y que más quieren los colombianos? Me entregaron una República y les devuelvo dos…”. (Subrayado incluido del texto original); a inicios del gobierno de Concha (1914-1918), el asesinato del máximo jefe del liberalismo de la época, General Rafael Uribe Uribe, y la “Masacre en las Bananeras” (1928) acaecida durante el gobierno de Abadía Méndez.

“La República Liberal”

Este ítem imperó por espacio de 16 años no más (1930-1946) bajo los gobiernos de Enrique Olaya Herrera (1930-1934); Alfonso López Pumarejo (1934-1938 / 1942-1945) y Eduardo Santos Montejo (1938-1942). (Valga la acotación que producto de la intentona de golpe de Estado que buscaba el derrocamiento de López, entre otras cosas, impulsor de la “Revolución en Marcha” en lo corrido de su primer gobierno, fue reemplazado por Darío Echandía, en 1944, pero, en definitiva, decidió renunciar a su cargo en 1945 lo que obligó a que la figura de Alberto Lleras Camargo culminara el gobierno con la sorpresa de que el conservatismo retornó al poder en el año 46 dada la victoria de Mariano Ospina Pérez).

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Con el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán que desencadenó el remoto “Bogotazo” del 9 de abril de 1948, la historia de Colombia se partió en dos al punto de que este suceso consumó una nueva violencia política liberal-conservadora y la alternancia del poder Ejecutivo por 16 años para “calmar los ánimos” entre los dos bandos (o partidos) bajo la figura del “Frente Nacional” confeccionada a partir del Acuerdo de Benidorm (1956) y el Pacto de Sitges que, el 20 de abril de 1957, protocolizaron en España los ex presidentes Laureano Gómez (1950-1953) y Alberto Lleras (1945-1946) a fin de concretar los mecanismos para el establecimiento de tal “Frente” que comenzó, precisamente, con la elección del Liberal, Alberto Lleras, para el periodo 1958-1962 y, subsiguiente a este, la elección popular de Guillermo León Valencia (Conservador) (1962-1966); Carlos Lleras Restrepo (Liberal) (1966-1970) y Misael Pastrana Borrero (Conservador) (1970-1974) cuya elección provocó el nacimiento de la guerrilla urbana, M-19, pues se consideró en aquella época que hubo un fraude de proporciones estentóreas en las votaciones que daban como fijo ganador de la contienda electoral al General Gustavo Rojas Pinilla que, avalado por su naciente, Alianza Nacional Popular (ANAPO), ya había gobernado al país entre el 53 al 57, no obstante, reemplazado por la entonces “Junta Militar” conformada por sus colaboradores más cercanos, los mayores generales Gabriel París y Deogracias Fonseca, el contraalmirante, Rubén Piedrahíta, y los brigadieres generales, Rafael Navas y Luis E. Ordóñez. (Nombramientos que se dieron luego de que Rojas renunciara a su cargo de presidente bajo una frase, quizás lapidaria, consignada en su misiva, así: “…Sería inútil que yo, que di al país la paz, fuera a causar un inútil derramamiento de sangre…”. (Subrayado incluido del texto original)).  

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Finalizada la repartición bipartidista del poder con la elección en 1974 del Liberal, Alfonso López Michelsen, no puede dejarse de lado el surgimiento en la década de los años sesenta de las guerrillas rurales de corte marxista, en especial, las FARC-EP y el ELN, lo que alteró las oleadas de violencia a lo largo y ancho del territorio nacional. Adicional a ello, la aparición en la década de los ochenta del fenómeno del narcoterrorismo perpetrado por Pablo Escobar en el que perecieron asesinados el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla (1984); el director del diario “El Espectador”, Guillermo Cano Isaza (1986); el presidente de la Unión Patriótica (UP), Jaime Pardo Leal (1987); el procurador general de la nación, Carlos Mauro Hoyos (1988); y, en 1989, el gobernador del departamento de Antioquia, Antonio Roldán Betancur, y el candidato presidencial, opositor acérrimo del narcotráfico, Luis Carlos Galán Sarmiento.

Si en 1987 se contabilizaba entre congresistas, diputados, concejales y activistas un total de 200 miembros de la UP asesinados producto de la guerra sucia que para entonces se blandía hacia el movimiento político de izquierda emanado de los acuerdos de paz entre el gobierno de Belisario Betancur y las FARC, 1989 fue el lustro del terrorismo en Colombia, pues ligado al brutal atentado hacia las instalaciones del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) luego de que un autobús cargado con dinamita explotara la edificación en su totalidad, los narcotraficantes no tuvieron piedad en seguir atentando contra el espíritu democrático mientras la extradición seguía latente: bomba contra las instalaciones del diario “El Espectador” (2 de septiembre), bomba contra las instalaciones de “Vanguardia Liberal” (16 de octubre) y el estallido de un avión de Avianca a tres mil pies de altura con un total de 107 pasajeros muertos (27 de noviembre). Y, de contera, téngase en cuenta para el registro de este prontuario criminal la toma y retoma del Palacio de Justicia entre el 6 y 7 de noviembre de 1985.

En los noventa la guerra también imperó con suma fuerza luego del asesinato de los candidatos de la izquierda, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro Leongómez, más el magnicidio del constructivista social, a partir del humor, Jaime Garzón, mientras que, a mitad de la década, nacían los grupos de autodefensa o paramilitares con presencia en varias zonas del país.

Lo que quiere decir que el titular de EL TIEMPO de 1999 “Fin de siglo: Colombia sigue en guerra” no quedó del nada corto al anunciar (cito textualmente con subrayado, fuera del texto original): “…El país termina el siglo de la misma manera como empezó en 1900: en guerra. Además, atraviesa la peor crisis económica de su historia (…) Colombia finaliza el siglo XX sumida en una profunda recesión. De ser uno de los países más prósperos de la región pasó a afrontar serias dificultades. A la crisis económica se suma la social, expresada en una guerra endémica. Aunque podría pensarse que no todos los colombianos están involucrados en el conflicto de manera beligerante, la guerra afecta a todos. La guerra entre paramilitares y grupos guerrilleros se recrudeció. El paramilitarismo se extendió a casi todo el país, asesinó a más de 500 personas y causó desplazamiento de poblaciones. La guerrilla impuso las retenciones masivas o ‘pescas milagrosas’, estableciendo retenes en las carreteras o, como ocurrió, el 30 de mayo en la iglesia La María, de Cali, y con el avión de Avianca, el 12 de abril, cuando fueron secuestrados sus 46 ocupantes que viajaban de Bucaramanga a Bogotá. Hay un proceso de paz que no se solidifica…”.

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Los últimos 25 años nacionales no han sido del todo fáciles dado el linfático gobierno de Pastrana (inaugurado a finales de 1998 bajo una inhumana “Toma a Mitú” perpetrada por las FARC) y una fallida Política de Seguridad Democrática (PSD) que acometió implementar a toda costa el entonces presidente Uribe durante su octenio en consolidación, lógico, de su idea de “Estado Comunitario”.

Pese al engorroso proceso de paz durante la administración Santos que finalmente conllevó a la idealización de los Acuerdos de Paz de 2016 con las FARC, estos, aún, no se cumplen del todo lo que ahora es tarea primordial del primer gobierno de izquierda de nuestra historia republicana en cabeza de Gustavo Petro en hacerlos cumplir, aunque se vale dudar que tal fin se haga realidad dadas las animadversiones hacia el “Gobierno del Cambio” y el poco tiempo que queda pues el 7 de agosto de 2026 “está a la vuelta de la esquina” a menos que algo extraordinario ocurra.

 

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

 

Referencias bibliográficas:

CNN Español. (20 de julio de 2024). ¿Por qué se celebra el 20 de julio la Independencia de Colombia? Esto fue lo que ocurrió en 1810. (CNN Colombia). CNN Español. https://cnnespanol.cnn.com/2024/07/20/por-que-independencia-colombia-20-julio-1810-origen-historia-orix

Arizmendi Posada, I. (1983). De Bolívar a Belisario - Gobernantes Colombianos (1819 – 1983). Interprint.

Paez, A. et al. (s.f.). HISTORIA DE COLOMBIA. Época Hispánica - Época Republicana - La República de Colombia - Presidentes de Colombia. Escar E.U.

[QUE SUCEDIÓ EN LA REPÚBLICA CONSERVADORA EN COLOMBIA]. (s.f.).

[LA REPÚBLICA LIBERAL EN COLOMBIA]. (s.f.).

CEET. (2000). SIGLO XX A TRAVÉS DE EL TIEMPO 1900-1999. Casa Editorial EL TIEMPO.

   

Sobre el autor

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

Comunicación sin fronteras

Comunicador social egresado de la Fundación Universitaria San Alfonso (Bogotá, 2015), destacó, allí, por su informe especial relativo al XII Congreso de teología moral: “La objeción de conciencia: ¿un derecho de la persona?” (Bogotá, 2012), y, en 2014, siendo monitor del Centro de Producción Multimedia y Audiovisual, colaborando, principalmente, en el Boletín Institucional, “Máxima Alfonsiana”, en calidad de redactor. En 2015, fue ponente del Primer Encuentro Interinstitucional sobre Investigación Interdisciplinar, base para la realización del trabajo de grado grupal a efecto de optar el correspondiente grado bajo el título “La investigación interdisciplinaria en la Fundación Universitaria San Alfonso”.

Asimismo, participó, en sus tiempos de bachiller, en el “Primer Concurso de Cuento, Poesía y Dibujo Infantil y Juvenil por la Paz de Colombia” promovido por el Grupo Editorial EDUCAR (2006) y ya en calidad de periodista independiente, obtuvo, en 2022, el primer puesto (categoría crónica corta) por el escrito de su autoría, “Diario de ‘Villa Imperial’”, expuesto al interior del concurso “La realidad de nuestro territorio a través de tus ojos” promovido por la Secretaría de Mujer y Juventud de la Alcaldía del municipio de Funza, Cundinamarca.

Participante en diversos simposios y capacitaciones académicas relacionadas con su carrera tanto a nivel nacional como internacional, desde 2019 cuenta con una amplia experiencia en el sector de las publicaciones periodísticas independientes a través de su blog personal, “Comunicación Sin Fronteras”, bajo la elaboración de artículos de interés general con énfasis, principalmente, en asuntos culturales o de reflexión social; musicales (en especial, sobre su admirado folclor vallenato, asuntos netamente salseros y rancheros) y temas futbolísticos, “a sol y sombra”, en remembranza del título del libro que evoca este deporte de la autoría del extraordinario, ya fenecido, cronista uruguayo, Eduardo Galeano.

Ahora, este joven bogotano, “con corazón costeño”, pretende cultivar un constructo social que, desde diversas temáticas, logre cautivar al público lector mayoritario de PanoramaCultural.com.co a través de sus opiniones reflejadas al interior de su tribuna la cual ha decidido titular, igualmente, con el mote de su blog personal en honor a su trabajo periodístico independiente.

@NicolasFCG1

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