Cine

“Diomedes Díaz se merece una película grabada en Valledupar”

Redacción PanoramaCultural.com.co

05/04/2013 - 12:00

 

John BolivarSe le conoce por Chepe Fortuna y Casa de Reinas –algunas de las series más vistas en televisión en los últimos años–, por sus papeles en telenovelas como la insigne “Me llaman Lolita” y su largo recorrido en la pantalla chiquita, pero más que un actor y director que lucha por renovarse, John Bolívar es un narrador inquieto y talentoso que ha logrado romper esquemas fusionando el teatro con la televisión.

Atrevido e inconforme, se muestra como un atleta ante cada evento. Cada proyecto es una apuesta y cada apuesta un motivo para sorprenderse y desubicar a la audiencia. John Bolívar reivindica su libertad. Su firma es señal de carácter y, en su paso por Valledupar,  el artista nos confirmó que la narración adopta múltiples formas y que todas ellas pueden ser motivos para rescatar la memoria de la tierra guajira y vallenata.

Siempre jocoso y franco, John Bolívar habló de la nueva fase profesional en la que se encuentra y del atractivo cinematográfico de Valledupar y del sur de La Guajira.

 

¿Cómo llegaste al cine y a la creación de guiones? ¿Qué fue lo que influyó?

Yo me crié en Valledupar pero casi en un entorno Guajiro. Me he alimentado mucho de lo que es el sur de la Guajira. La madre de Gabriel García Márquez es guajira. Si ubicas la obra “Cien años de soledad” en su contexto, te das cuenta que es una obra puramente guajira. Los apellidos son de la Guajira. Márquez, Iguarán… Una gran parte vienen de Manaure. Digo esto por la capacidad narrativa y literaria que tiene cada personaje.

Tengo un perfecto ejemplo: acabo de grabarle nueve horas y media de documental a mi abuela y me doy cuenta que es una narradora portentosa. Es impresionante cómo ella narra y describe el entorno, las sensaciones, los colores, y cómo recrea física y emocionalmente a los personajes. Todo esto influye.

 

¿En qué momento te encuentras ahora mismo en tu carrera?

Estoy construyendo una casita allí en la Guajira y pienso retirarme en breve para escribir. Escribí una novela que se llama “Carne, casta y sangre”. Inicialmente era una historia acerca de una guerra que vivieron mis familiares. Dos familias que se dieron plomo durante décadas. Una guerra de clanes y de honor.

 

¿Tu retiro es una decisión tomada?

Había pensado poner fin a mi carrera en la televisión a finales del año pasado. Pero aclaro: sólo me retiro de la televisión, porque sigo con las artes narrativas. En otras palabras, estoy empezando una nueva etapa. Pensaba hacerlo cuando se graduara el último hijo –lo dice con una sonrisa–. Lo mandamos a alguna parte del mundo a estudiar. Ahora, llevo en Valledupar casi un mes, y se están afianzando estos planes de cambio.

Para mí, el restiro es volver al pasado como punto de partida. Siempre ha sido mi eslogan de vida desde que descubrí esa frase haciendo un taller de tradición oral. Estoy pensando en venirme aquí, al Cesar y el Sur de la Guajira, a escribir y hacer cine, pero más despacio.

Creo que, desde aquí, puedo hacer muchas cosas. Si necesito talento bogotano, técnico y artístico, pues lo traigo, pero aquí se pueden hacer muchas cosas. La televisión es muy desgastante. Al ser un medio de farándula, se manejan demasiados egos y muchas peleas.

 

¿Qué conclusiones sacas después de haber grabado Casa de Reinas?

No tuve una buena crítica, todas fueron malas. Lo cierto es que hice una apuesta en televisión en contra de la gente del canal. La responsabilidad era toda mía, porque no se suele ver teatro en televisión y “Casa de reinas” es eso: puro teatro.

Desde el principio fui muy claro con los artistas. Les dije “vamos a hacer como si esto fuera el quinto ensayo de una obra de teatro y esto es lo que va a quedar grabado. Y si no le gusta a la gente, no importa”. Finalmente, el resultado fue también muy claro: el público la premió siendo número uno en audiencia.

Considero que Casa de Reinas es un éxito porque fue una apuesta. Es buena en el sentido de que puede que no te guste, porque se exageran a los costeños, pero hay que reconocer que muchos son así. Por ejemplo, la celosa es mi tía Clara –risas-. Mi tía Clara es divertida y las obras deben girar entorno a personas extraordinarias, no sobre personajes ordinarios.

 

¿Cuáles son tus proyectos más cercanos?

Estoy preparando una película que retrata la etnia wayuu. Se titula “Putji Pu” (Hombre que lleva la palabra). Es la historia de un palabrero wayuu que está próximo a morir de cáncer. Su hijo es un rapero paisa, un músico exitoso de 19 años, que no sabía que existía. Llega odiando a este hombre que anda en tapa-rabos, pero poco a poco, se va enamorando de la poesía que existe entorno al padre.

 

¿Cuándo se estrenará esta película?

Creo que el año entrante. Es una película festivalera, por eso tenemos previsto recorrer más de 30 festivales en el mundo. En realidad, estoy haciendo esta película para mí y para ofrecer un testimonio. Si la gente se asoma y le gusta, sería maravilloso, porque quiero compartir este testimonio con la gente. Sin embargo, no pienses que el público no me interesa, lo estoy haciendo con todo el amor y la estética posible…

 

¿Está ópera prima te da ideas para otra obra?

Tengo once guiones escritos. La segunda no sé si la dirigiría yo mismo, creo que no. Se llama “Circuito cerrado”. Tengo otro guión: “Los cinco por el país”. El mejor: “Mi hijo consentido”, ésta será la última película que haga. También tengo otro guión sobre la tercera edad, me encanta la tercera edad, y se titula “El drama”.

 

¿Qué interés le ves a Valledupar como posible escenario de grabación?

Pienso que desde Valledupar hasta la Guajira tenemos un gran potencial, no solamente físico sino también histórico. No soy un realizador de documentales pero ya resolví hacer un documental. Me voy a comprar una cámara y en noviembre vengo a grabar un documental que se llama “Mi gente”. Será en el barrio Primero de Mayo, con un tío, y varios personajes extravagantes de la región: un ratero que lo roba todo, un hablador, y un vago inútil que hace mandados.  De hecho, alguna vez escribí un artículo, y no me lo publicaron nunca, donde pedía a los paramilitares que no mataran a nuestros rateros porque forman parte de nuestro entorno cultural.

Hay mucho donde contar en Valledupar. Detrás de cada casa, cada barrio, y cada persona hay una historia interesante.

 

¿Qué opinas de la grabación de El Ídolo? ¿Crees que ha dado proyección a la ciudad de Valledupar?

Una vez se terminó “Casa de Reina”, Rafael Orozco pasó a ser el primero. Pero personalmente, no me gustó. Lo que pasa es que, cuando vas a hacer películas de idiosincrasia, tienes que hacerlas con personas que sean de esa idiosincrasia. Creo que la película más exitosa que nosotros podamos hacer es una sobre los pastusos, me parece una cultura muy linda, muy bella, capaz de reírse de sí mismo.

En el caso de telenovelas de idiosincrasia como Rafael Orozco, aunque haya tenido éxito, hay que ser honesto: no está bien hecha desde el libreto. No está bien construida desde la dirección. Hay errores de casting. Mucha gente dice que es mentira y lo que pasa es que la ficción tiene que ser una ficción bien contada, como Escalona.

 

¿Hay algún proyecto en el horizonte que pueda respaldar la imagen de Valledupar?

RCN está preparando Alfredo Gutiérrez y Diomedes Díaz. A mí me gustaría hacer Alfredo. Nunca he pedido empleo (risas), pero conozco muy bien el hombre, me parece divertido, y también conozco el guionista…Seguramente estaré en uno de estos proyectos. En el caso del Cacique, creo que se merece un largometraje. Diomedes Díaz se merece una película grabada en Valledupar. Este hombre ha hecho tantas cosas por el folclor… Diomedes tiene ese carisma único. Cuando vivía aquí, yo lo veía como un corroncho y Carlos Vives me enseñó a ver ese carisma. Me dijo: “Cierra los ojos, pon las luces y los efectos adecuados, ¿Qué ves? ¡Una gran estrella!” Es un genio de la lírica, pero sobre todo es un hombre carismático. Se equivoca y, sin embargo, el público lo aplaude. ¿Por qué aplauden una persona que se equivoca 8 veces en un concierto?

 

¿Ves lo mismo en Silvestre Dangond?

Veo en Silvestre Dangond el mejor artista. El artista más responsable. Tiene un gran carisma también, no está al nivel de Diomedes, pero ante todo veo un artista responsable con el espectáculo. Es un cantante auténtico, se preocupa por cantar bien. Está poniendo a su show lo que Diomedes no ponía porque consideraba que no le hacía falta.

 

Johari Gautier Carmona

Para PanoramaCultural.com.co

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