Literatura

Un paseo por dos librerías de La Provenza

Berta Lucía Estrada

13/11/2014 - 06:10

 

La venta de libros en papel se hace cada vez más difícil, no es sino mirar la cantidad de pequeñas librerías independientes que se cierran en cualquier ciudad del mundo, acorraladas por Amazon, para corroborar esta idea.

No sé si el libro en papel va a desaparecer o si va a poder convivir con los nuevos formatos tecnológicos. En lo que a mí respecta, puedo leer un libro impreso o en mi tableta, pero cuando se trata de investigar prefiero el papel.

Reconozco que soy una coleccionista de libros, me gusta mi biblioteca, considero que es el lugar más importante de mi apartamento. Es más, cuando me ha tocado cambiar de sitio de vivienda, siempre digo que debo buscar un lugar para mis libros, pero el hecho que a mí me gusten no quiere decir nada. Lo que verdaderamente importa es que a veces encontramos librerías quijotescas, que en vez de agonizar y de entrar en estado de coma, no sólo sobreviven sino que se fortalecen y crecen hasta lograr posiciones verdaderamente fuertes e importantes.

Es el caso de la librería Le Bleuet. Pero antes es importante anotar que la palabra bleuet es el nombre de una flor, aciano en español, o centaurea cyanus en su designación científica; convertida por los franceses en símbolo de la memoria y de la solidaridad hacia los soldados de la Primera Guerra Mundial muertos en combate, de sus viudas y de sus huérfanos.

Pero ¿dónde queda? y ¿por qué hablo de ella?

Para llegar a lo que yo llamo el laberinto de libros más maravilloso que conozco, es necesario hacer un trayecto de una hora y media desde la ciudad de Aviñón (Francia), hasta Banon, un pueblo medieval, perdido en las montañas de los Alpes-de-Haute-Provence; bastante conocido por su queso de cabra. Banon tiene una población de 1072 habitantes, incluyendo la rural, y la librería abre sus puertas todos los días del año, excepto el 1º de enero. Hoy en día Banon es una visita obligada para los amantes de los libros.

Le Bleuet fue fundada en 1990 por Joël Gattefossé, un parisino, ebanista de formación, que se aburrió de la vida citadina y decidió comprar un pequeño negocio que tenía 77 libros de bolsillo  y 270 en consignación; que además eran de segunda. Hoy en día posee 110.000 títulos y 189.000 libros. La casa donde opera es un verdadero laberinto. En realidad, son dos viejas casonas donde todo el espacio está completamente utilizado. Para acceder a los diferentes pisos hay varias escaleras, algunas de ellas en caracol. Es una verdadera delicia entrar allí y perderse entre los anaqueles -donde la historia de la literatura, del arte, de la política, de los libros para niños, entre otras temáticas- se agolpan ante nuestros ojos y nos recuerdan que los quijotes si existen. No obstante, Gattefossé ha querido ir aún más lejos, ya que es consciente que la tecnología ha invadido nuestras vidas y nuestros hogares, es por ello que se está preparando para entrar en la venta por Internet a gran escala, proyecto que piensa culminar en el 2014, para ello ha invertido 4.4 millones de euros en 1700 m2 que está adecuando en el mismo Banon; es posible que más tarde también se convierta en editor de libros digitales.

En este momento Le Bleuet es la sexta librería de Francia, lo que no deja de ser un verdadero enigma, si se tiene en cuenta que otras librerías están en serias dificultades financieras. Es el caso de Virgin que ha debido cerrar varias de sus sucursales, incluyendo la librería de los Campos Elíseos en París. O el caso lamentable de la FNAC, al menos para mí, ya que cada vez que voy a preguntar por algún libro generalmente salgo con las manos vacías, ya que siempre me dicen que hay que pedirlo porque no lo tienen en bodega, lo mismo me pasa con Le Furet du Nord; en cambio en Le Bleuet siempre encuentro lo que busco.

Pero ¿cómo ha llegado a tener un stock de libros tan alto? La respuesta no es complicada, pero sí bastante arriesgada, simplemente Gattefossé nunca devuelve los libros que compra permanentemente. La librería recibe decenas de visitas cada día, independientemente de las ventas que hace vía Internet o de los pedidos de los clientes asiduos y amantes de este templo del conocimiento. Es de anotar que es en Le Bleuet donde he visto la colección de La Pléiade más completa, y eso que soy una gran visitante de librerías, para mí ir a una ciudad y no entrar a una de ellas, es como si dejara de visitar una iglesia gótica o los vestigios de una antigua civilización o un moderno museo o un excelente restaurante. Así no entienda el idioma, y por lo tanto no pueda comprar lo que hubiese deseado, igual entro, miro, acaricio las estanterías con mi mirada y me deleito hurgando entre escritores que conozco o que nunca he oído nombrar.

Le Bleuet se ha convertido en un sitio turístico obligado para los amantes de los libros, no ha necesitado de publicidad, se ha hecho de bouche à oreille, como dicen los franceses, y pareciera que va a sobrevivir a la crisis y seguirá por largos años prestando un servicio que para muchos se trata de un verdadero delirio. Le Bleuet  no sólo trabaja con las grandes casas editoriales, sino con los pequeños editores, incluso con los autores que solo publican veinte o cien ejemplares, ellos los reciben y ofrecen su obra por Internet. En Banon también se puede comer muy bien sin gastar una fortuna en ello.

La librería de Sénanque

Ora de las librerías donde puedo encontrar libros que me ayudan en mi oficio de lectora y de investigadora es la que se encuentra en la Abadía de  Nuestra Señora de Sénanque, abadía fundada en el año de 1148,  perteneciente a la orden cisterciense, la comunidad religiosa de Bernardo de Claraval. Dicha abadía forma parte de la Tres Hermanas  Provenzales, Thoronet, Silvacane y Sénanque. Esta última está situada en la comuna de Gordes (Vaucluse), a 40 minutos de Aviñón (Francia).

Gordes es un pueblo medieval, una verdadera joya, que recibe cientos de turistas cada día, es uno de los pueblos que hoy en día forman parte del rico patrimonio arquitectónico francés, considerado uno de los más hermosos de Francia. Allí también se puede visitar un museo abierto, Les Bories. En realidad, es un pueblo que fue habitado hasta fines del siglo XIX por campesinos de la región.

Las abadías cistercienses me llaman poderosamente la atención, puede ser porque su sencillez, la ausencia del lujo y la sobriedad, se imponen como una belleza austera, profunda, que ha sabido permanecer incólume en el tiempo. Hoy en día está habitada por 10 monjes que se niegan a que este maravilloso legado del tiempo desaparezca; así que viven y trabajan en condiciones similares, al menos en la utilización del tiempo, a como lo hacían sus antecesores del siglo XII. La abadía también se ha convertido en casa de retiros espirituales, lo que permite a sus monjes predicar y mantener viva la tradición cristiana, pero también mantenerse económicamente.

Ahora bien, dentro de sus actividades culturales y religiosas está su librería; y aunque es pequeña es una visita obligada para los lectores que amamos el Medioevo. Hay libros para todos los gustos, desde los libros para turistas, pasando por los textos para católicos fundamentalistas, hasta textos para investigadores. Allí se puede encontrar a Régine Pernoud, a Georges Duby, Alain de Libera, Roger-Xavier Lantéri, Jacques Heers o Jeanne Bourin, entre tantos especialistas de dicho período histórico. Pero también pueden encontrarse los libros del gran escritor libanés Amín Maalouf, Premio Goncourt 1993, Premio Príncipe de Asturias 2010, y quien desde el 2011, en reemplazo de Claude Levi-Strauss, ocupa la silla 29 de la Academia Francesa.

La Abadía de Sénanque, y su librería, es otro de los destinos que ningún turista debiera ignorar en una visita a la Provenza francesa.

Por último quisiera recordar a Simiane la Rotonde, otro pueblo medieval que está a quince minutos de Banon, una verdadera joya. Su castillo data del siglo XI y allí se celebra todos los años un festival de música barroca maravilloso, aunque su sala es muy pequeña, sólo caben cien espectadores, ha sabido mantenerse por espacio de más de dos décadas.

En Simiane la Rotonde puede verse un edificio de seis pisos que data de los siglos XIV y XV. Es un pueblito donde solo viven 600 personas, la mayoría de ellas artistas y artesanos, que tienen allí sus galerías y talleres. Es uno de esos lugares que suelo recorrer sin cansarme nunca y al que regreso una y otra vez. Un lugar diferente a los recorridos que proponen las agencias de turismo, pero que debería estar incluido en todo viaje que se haga a La Provenza francesa.

 

Berta Lucía Estrada

bertalucia@gmail.com

Sobre el autor

Berta Lucía Estrada

Berta Lucía Estrada

Fractales

Berta Lucía Estrada Estrada (Manizales). Estudios: Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana, una Maestría y un Diploma de Estudios Profundos (DEA) en literatura, en la Universidad de la Sorbona (París- Francia), una Especialización en Docencia Universitaria en la Universidad de Caldas, un Diplomado en Historia y Crítica del arte del Siglo XX y un Diplomado en Cultura Latinoamericana. Soy librepensadora, feminista, atea y defensora de la otredad. He publicado nueve libros, entre ellos La ruta del espejo, poesía, Editions du Cygne (Francia-2012), en edición bilingüe, Náufraga Perpetua, ensayo poético, Ediciones Embalaje-Museo Rayo, 2012, ¡Cuidado! Escritoras a la vista..., ensayo literario sobre la mal llamada literatura de género; y el ensayo sobre literatura infantil y juvenil ... de ninfas, hadas, gnomos y otros seres fantásticos. Docente universitaria en las áreas de lengua francesa, literatura hispanoamericana y francófona en la Universidad de Caldas; conferencista internacional y profesora invitada en universidades de Brasil y Panamá. He dado recitales de poesía en Colombia, Brasil, Francia, Panamá, Polonia y Alemania. Soy integrante de Ia Asociación Canadiense de Hispanistas y del Registro Creativo, éste último fundado por la poeta argentino-canadiense Nela Río.

Premios literarios:

Primer Premio Nacional de Poesía 2011 Meira del Mar, realizado por el Encuentro de Mujeres Poetas de Antioquia, con el libro "Endechas del Último Funámbulo", basado en la vida y obra de Malcolm Lowry.
Premio Especial, fuera de concurso, Ediciones Embalaje del Museo Rayo-2010, con el ensayo poético "Náufraga Perpetua".
2o puesto en el Concurso Nacional de Poesía Carlos Héctor Trejos Reyes-2011.
4o lugar en el XXVII Concurso Nacional de Poesía Ediciones Embalaje-Museo Rayo 2011.

Blog El Hilo de Ariadna, en www.elespectador.com
http://blogs.elespectador.com/elhilodeariadna/
Blog personal: Voces del Silencio:
http://beluesfeminas.blogspot.com
*Correo electrónico: bertalucia@gmail.com

4 Comentarios


Jairo Tapia 13-11-2014 07:15 AM

*M. Berta, reconforta saber que hay personas con grandes intereses para la lectura; me imagino que los textos enunciados en su excelente artículo son en francés -o en su mayoría. Nuestra experiencia es más modesta, pero podría citar librerías especiales que hoy gozan de buen retiro o reposo, y otras agonizan por la desidia oficial -tan proverbial para la Kultura-. En Bogotá, era imprescindible visitar a la Buchhold, en Bquilla a Marquito, en Tunja a la del dr. Koka, y en Valledupar la de Roberto Silvera; gratos recuerdos traen cuando uno andaba por ellas como un poseso buscando libros archiconocidos y otros de raras ediciones. Me sería grato leerte con más asiduidad. Affmo.- ( entelequiasjtapiat.blogspot.com ) ¡Bon Sort!!

María A. Dïaz 13-11-2014 07:52 AM

Cuánta falta nos hace en Colombia, libreros, emprendedores amantes de su país, y del maravilloso entretenimiento de leer historias...

Berta Lucía Estrada 13-11-2014 11:24 AM

Buenas sr Tapia Muchas gracias por su comentario. En cuanto a los escritores a los que hago referencia, por supuesto que algunos han sido publicados en español: Régine Pernoud, Amín Maalouf, y Georges Duby, posiblemente el más conocido en Colombia. Atte, Berta Lucía Estrada

Berta Lucía Estrada 14-11-2014 12:10 PM

Corrijo Editorial La Pléiade Atte, Berta Lucía Estrada

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