Medio ambiente

El regreso del fenómeno El Niño

Julio César Centeno

17/03/2015 - 11:20

 

El regreso del fenómeno El Niño

Tras más de un año de gestación, finalmente se ha vuelto a desatar el fenómeno de El Niño en América Latina. Así fue anunciada formalmente la noticia el 5 de Marzo 2015.

El Niño tiende a modificar patrones climáticos en varias partes del mundo y aumentar la temperatura promedio del planeta, inmediatamente después del año más caliente de la era cristiana: el 2014.

Desde principios del 2014 se han detectado varias olas Kelvin: corrientes de agua caliente desplazándose bajo la superficie del océano Pacífico desde Asía hacia Sur América en la franja tropical. Toman aproximadamente dos meses para cruzar el océano. Estas olas han contribuido a generar una de las condiciones necesarias para que se declare la presencia de El Niño: la temperatura promedio en la superficie de regiones seleccionadas del Pacífico oriental debe superar en al menos 0.5°C la normal durante cinco períodos sobrepuestos de tres meses.

 También se requiere el debilitamiento de los vientos alisios en la atmósfera inferior que se desplazan en la franja ecuatorial desde Sur América hacia Asia (de este a oeste). Bajo condiciones neutras, estos vientos desplazan agua caliente superficial hacia el Oeste, lo que provoca que el nivel del mar sea unos 50 centímetros más alto en Indonesia que en Ecuador. Parte de esta diferencia se debe a la expansión térmica: la temperatura de las aguas superficiales pueden ser hasta 8°C superiores en el oeste (aproximadamente 30°C) que en las costas de Sur América (22°C). Las aguas profundas más frías se mueven en dirección contraria, hacia el Este, emergiendo cerca de las costas de Sur América.

Durante El Niño, los vientos superficiales se debilitan y las aguas superficiales, más calientes y elevadas en el Pacífico occidental, se desplazan hacia Sur América, como si se desplomaran hacia el este. Las precipitaciones siguen a las aguas más cálidas. Los efectos son variados, aunque normalmente provoca sequías en Indonesia, Australia, India y el norte de Sur América, mientras desatan lluvias e inundaciones en la región sur-oriental de Sur América, en el este ecuatorial de África y en el sur de Estados Unidos. Las costas de Ecuador y Perú tienden a recibir mayores precipitaciones.

El Niño y La Niña son las fases cálida y fría de una oscilación en el Pacífico tropical conocida como la Oscilación Sur, con un período variable de 3 a 7 años. Esta oscilación genera una enorme redistribución de energía calórica en la capa superficial del océano. El exceso de energía calórica en las costas de Sur América asociado al evento de 1998 fue aproximadamente equivalente a la generada por un millón de planta generadoras de electricidad de 1000 MW cada una, operando durante todo un año.

Por sus características iniciales, no se espera que en esta oportunidad sea tan devastador como el de 1998, cuando contribuyó a convertirlo en el único de los 15 años más calientes registrados hasta la fecha que no corresponde al siglo 21. Tampoco se espera que sea tan fuerte como el del 2009-2010. En esa oportunidad, con un Niño de mediana intensidad, Colombia y Venezuela fueron seriamente afectadas.

Resalta una vez más la necesidad de planes adecuados de contingencia ante un fenómeno cíclico y recurrente, cuya intensidad tiende a aumentar a medida que se eleva la temperatura promedio del planeta como está previsto al menos durante el resto del siglo 21. El Niño podría convertir el 2015 en el año más caliente de los últimos siglos.

 

Julio César Centeno

Jc-centeno@outlook.com

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