Artes plásticas

“Mi obra tiene que tener fuerza y magia”: Mauricio Zequeda

Samny Sarabia

16/11/2015 - 02:05

 

Mauricio Zequeda

Pedro Mauricio Zequeda Hernández es unos de los referentes más grandes de las artes plásticas de caribe colombiano. Su obra ha llegado a las salas de exposiciones y galerías más importantes de Colombia e incluso a algunas de Europa.

Mauricio Zequeda, como es más conocido este bogotano de marcadas raíces cesarenses, es un hombre decidido y dinámico; características que impregna en su obra. En Valledupar, es bastante recordado por esos años en los cuales se desempeñó como docente de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Popular del Cesar, por la dimensión de su obra y por la influencia que ésta ha tenido en las nuevas generaciones de artistas plásticos locales.

Todo el tiempo está en función del arte. Su constante actividad ha sido eso que quizá le ha otorgado un lugar privilegiado entre sus colegas y los seguidores de sus trazos. Tanto así que aún mientras su voz nos regalaba unas palabras para  PanoramaCultural.com.co, sus manos se concentraban en un cuadro de 160 por 180.

¿Cuándo inicias en el mundo de las artes plásticas?

Pues, a decir verdad, mi mamá me contaba que lo único que la calmaba cuando estaba en embarazo era hacer trazos, hacer imágenes. Será por eso que me gusta mucho estar activo. Aunque hice cuatro semestres de diseño gráfico en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, siempre quise estudiar artes plásticas y lo hice en contra de todas las decisiones y opiniones de la familia.

En el primer semestre de artes plásticas en la Universidad Nacional hice una instalación aunque no sabía el manejo de la proporción. En mi terquedad, seguí trabajando la imagen en tela, papel, sobre soportes bidimensionales y eso me ayudó a encarrilarme en el manejo de los espacios a intervenir.

De forma específica ¿Cómo defines tu obra?

Es espacial. No existe imagen sin espacio, la imagen construye el espacio y viceversa. Es el límite entre la abstracción o colores lúdicos y el realismo, con bases clásicas sin ser una obra clásica porque me parece aburrida.

Mi imagen es un dibujo entre los dos límites. También tiende a ser fantasmal. En mis obras tiene que existir el espacio interno e integrarse con el personaje que está contando la historia. Aunque sea tela y tenga color, me interesa que en ella se siga sintiendo la magia del dibujo entre el soporte  y la imagen.

En mis obras casi todas las personas están observando, mostrando la espalda. Nunca de frente, por el sentido de observación. No me quedo con la imagen sino con el lenguaje corporal por eso no me interesa mostrarlas de frente.

Entonces, ¿Se podría decir que tu obra es intensa?

Yo soy intenso. Mi obra tiene que tener fuerza y magia, sino tiene eso, simplemente la borro. Si es solo una imagen muy bien hecha donde no deja ver el resto de la obra, no me sirve. Para mí es fundamental que haya un equilibrio entre imagen, fuerza, color, soporte, atmósfera, y magia. Además, el trazo o el gesto es muy importante porque nunca se repite, es como una caligrafía.

¿Qué significado tiene el movimiento en tu arte?

Es necesario porque el mundo está en constante movimiento. Es fundamental que las figuras den la sensación que están ejecutando una acción.

¿Qué tipo de emociones buscas despertar en el espectador?

Recuerdos de infancias, de juegos, de viajes. Recuerdos internos de cada espectador. Que les remueva algunas cosas que vivieron antes cuando no había internet y las cosas eran muy sencillas. Nostalgias y muchas alegrías. Añoranzas de cuando las personas se desplazaban y vivían de una manera más espontanea, como el eterno buscador. Pero ojo, no se trata de un desplazamiento por violencia, es un movimiento cotidiano que tenemos siempre a desempeñar nuestra función en la vida.

¿Cómo te va con las intervenciones en los espacios urbanos?

Los hacía más antes que ahora. Básicamente cuando me dan un soporte en un espacio público es una intervención. La pared me encanta intervenirla por aquello de las estructuras arquitectónicas de los lugares. Mi hermano es arquitecto y me enseño sobre sus técnicas, sus proyecciones y a respetar los espacios.

El sentido arquitectónico es importante. En ese sentido, no me interesa tener la obra a la altura de los ojos, me gusta que el espectador se acerque, se aleje que éste también pueda intervenir el espacio, articulándose dentro de la misma obra.

¿Con qué técnicas te sientes más cómodo a la hora de crear?

Todo lo que manche o raye. Las técnicas son todas de dibujo: pastel, acuarela, carbón, tinta, grafito, grabado, aguadas, papel, tela. Las cuales combino y trabajo entre la tela y el papel, aunque prefiero trabajar sobre la tela porque se daña menos y necesita menos cuidado. Además una tela es mucho más grande, se puede enrollar y no se rompe y es más fácil de manejar. La tela la manejo muy liviana porque no borro ni hago boceto.

La mayoría de los artistas prefieren la soledad para dar vida a sus obras, ¿también es tu caso?

Sí, llevo seis días encerrado en el taller. Estoy preparando fondos para la nueva obra que estoy haciendo. Cuya temática es la bicicleta, es una obra trabajada en tela y tiene que ver con desdibujar la memoria porque cuando vas en una bicicleta vas mirando el paisaje y vas capturando imagines pero también vas corriendo al mismo tiempo y esa imagen queda corrida en la memoria mientras vas pedaleando la bici. Es una imagen que va rotando.

¿Creas para espacios determinados o simplemente las obras nacen para ser expuestas en cualquier escenario?

Yo imagino los escenarios. Me gusta saber tentativamente donde pueden llegar. Estoy trabajando para una itinerante en Argentina para noviembre de 2016 pero quiero alistar algunas cosas. Trabajo varias obras al tiempo. Algo empezado, algo terminado. No me gusta dejar obras inacabadas.

No soporto demorarme más de un mes en una obra porque después pierdo el impulso y ésta debe ser muy espontánea. Necesito mucha concentración para estar encima de la pieza. No se trata de escoger una imagen y tantearla y dibujarla exacta, es sacarle imaginarios, jugar con el color, la ropa, la textura. Ahora tiene mucho color, tiene más color que el principio.

Recientemente hiciste una obra con un significado muy importante ¿De qué se trata?

Es un proyecto en homenaje a mi familia, lo hice para el Museo de Bogotá. MI hermano y mi padre fallecieron y decidí crear una obra para tenerlos cerca en un solo sitio. Cada uno con su psicología y su percepción dentro de la obra. Mi trabajo tiene mucha psicología para trabajar con mis imaginarios colectivos.

Mis raíces maternas son del Cesar, de Chiriguana, El Copey y La Loma y las de mi papá son norte santandereanas. Es una mezcla particular que se sí refleja en mi carácter. Soy el equilibrio entre las dos cosas, es una mezcla muy dada a la plástica, a la estética. Toda esa influencia de mi familia, la utilizo en mi trabajo sobre todo las enseñanzas. Mi papá era literato y hablaba cinco idiomas, por eso mis obras cuentan historias. Mi hermano era arquitecto, a él le aprendí el manejo de los espacios, y mi madre trabajaba con la estética facial. Las tres influencias están mezcladas.

¿Cuál es tu última obra expuesta?

Acabo de terminar una exposición que se llama ‘Sinergia’, estuvo desde el 22 de octubre hasta el 11 de noviembre en la Galería Zona L de aquí de Bogotá. Es un colectivo con el artista colombo español Randrés Torres.

‘Sinergia’ consiste en una música visual de dos ríos de energía vital que confluyen en un torrente plástico de forma, color, línea y espacio; que constituye conforme discurre, para desembocar en un océano de nueva creación y sinergia. No es hablar de fusión, es un diálogo en un vértice, el punto de encuentro de dos experiencias canalizadas por dos artistas que viven para, por y del arte y que muestra, no dos maneras de ver el mundo, sino la forma en que se crea uno nuevo.

La muestra es el resultado de compartir durante un año, un espacio un tiempo y una experiencia, una reflexión, una expresión y un diálogo, con pasión respeto y admiración, con ambición, trabajo y profesión y es el resultado de compartir un proceso vital y creativo a través del arte. En ella hay formatos de 5 metros, 10 cms, 5 cms, de todos los tamaños. Hay de todo un poquito para que la gente no quede aburrida.

Tu última exposición en Valledupar fue en diciembre de 2013 ¿Cuándo se volverá a apreciar tu obra en la capital cesarense?

Estas hablando con un rebelde de la instituciones, nada que ver con política, no me interesa. Yo quisiera llevar mi obra a Valledupar nuevamente pero quisiera hacer algo en un lugar muy privado y de manera muy seria.

No me gusta exponer en los centros comerciales, nunca lo he hecho y no quiero hacerlo. Por respeto a varias cosas, sé que no hay espacios en Valledupar pero preferiría un espacio que adecuaran de manera sofisticada con coctel, con algo de comida. Me quedé con las ganas de mostrar mi obra en la sala de la biblioteca departamental; era uno de los mejores lugares dentro del circuito caribeño. Pero sí sería interesante encontrar un lugar para hacer algo el año próximo.

Cuando exponga en Valledupar verán una obra totalmente nueva, no es repetitiva. Hay cosas que se mantienen como las figuras, las líneas rojas, las líneas negras pero no son imágenes repetitivas, varían en tamaño y color. Siempre me ha gustado generar esa expectativa en el espectador para que no se vuelva una experiencia monótona.

De los artistas plásticos de Valledupar ¿a cuáles resaltas?

Valledupar tiene muy buenos pintores. Me gusta mucho la obra de Ronald Prado, la de Alex Betancourt me encanta. También me gusta el trabajo de Douglas Mendoza y la de José Luis Molina ‘El Turri’; quien ha mejorado mucho. De ‘Kajuma’ me gusta la libertad de su trazo y Celso Castro me parece uno de los mejores artistas del país.

En esta conversación no puedo dejar de mencionar la obra ‘Algo más que un rincón’ con la cual ganaste el Premio Fernando Botero en el 2007 ¿Abrió muchas puertas este premio en tu carrera artística?

No se sabe si abrió o cerró puertas porque es una paradoja, uno llega a la cima y parece que llega al Himalaya, nadie está para recibirte abajo después de estar en la cima. Soy un eterno luchador, no me conformo solo con llegar. No me gusta quedarme en un solo tema, en una sola formula de ejecución. De alguna forma, el premio me coartó la libertad porque la gente me encasilló.

Mi temperamento no es regular, soy muy explosivo y caprichoso. De lo que hago en el taller muestro un 10 por ciento pero todo el tiempo trabajo. Muchas veces, me gusta más lo que tengo en el taller que lo que muestro, cada pieza debe tener vida.

 

Samny Sarabia

 

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