Música y folclor

La escuela que partió en dos la historia reciente de los Montes de María

Samny Sarabia

29/06/2017 - 08:50

 

Representantes de la Escuela Lucho Bermúdez en el encuentro regional de El Carmen de Bolívar (organizado en junio 2017)

 

Entre los años 1997 y 2002,  la guerrilla de las Farc y los paramilitares se repartieron a sangre y fuego los Montes de María; la zona cobija parte del territorio de los departamentos de Sucre y Bolívar. Este lugar, brutalmente golpeado por la violencia y el conflicto con sucesos altamente dolorosos para los montemarianos como las masacres de El Salado, El Chengue, Chinulito y Macayepo, vio caer a cientos de sus hijos. Hoy, pasadas casi dos décadas, aún los llora. 

La guerra por el dominio del territorio no solo se llevó vidas humanas, también las costumbres más arraigadas de los lugareños. El miedo a ser señalados como  colaboradores de cualquiera de los bandos en disputa, hizo del desplazamiento la opción menos peor en ese momento. Con los desplazados se fueron también algunas de las tradiciones musicales del territorio. Los sonidos de las bandas, los acordeones, las gaitas y los tambores se convirtieron en lamentos.

En el año 1996, se firmó en El Carmen de Bolívar (ciudad principal de los Montes de María), el acuerdo para la creación de una escuela musical pero fue solo hasta el 2014 que su infraestructura fue construida. En julio de ese mismo año se inauguró formalmente con el nombre de uno de los hijos insignes del municipio, ‘Lucho’ Bermúdez, considerado como referente de la música colombiana durante el siglo pasado. En septiembre, la escuela inició labores con la apertura de las cuatro prácticas musicales arrasadas por la violencia.

Para darle sostenibilidad y que no fuera “un elefante blanco” más de los que abundan en Colombia, la escuela empezó su funcionamiento con un acuerdo de asociatividad entre el Ministerio de Cultura, Alcaldía Municipal de El Carmen, la Gobernación de Bolívar y la Fundación Semana; entidad que acompañó su funcionamiento hasta el 2016. Este centro cultural, hace parte de las casi mil escuelas creadas por acuerdos municipales que se hicieron en el marco del Plan Nacional de Música para la Convivencia.

La misión de la Escuela de Música ‘Lucho’ Bermúdez no se limita al rescate y enseñanza de las ultrajadas tradiciones musicales del territorio; su objetivo más importante es el de devolver la confianza y la identidad a sus habitantes por medio de la cultura. Su apuesta es la de reconstruir social y psicológicamente la zona mediante el arte.

La infraestructura del lugar está hecha para albergar unos 300 estudiantes pero actualmente tienen 622; una parte recibe sus clases allí, otros son atendidos en diez  semilleros provenientes de diez instituciones educativas del municipio  y el resto en los corregimientos de El Salado, Caracolí Grande, San Isidro y en Alta Montaña en formación en música típica de acordeón, banda, coro, gaitas y tambores.

En El Salado emprendieron con los procesos de gaitas y tambores y no funcionó, posteriormente se hizo el de coro y tampoco arrojó los resultados esperados. Actualmente, retomaron un proceso de seis años de formación en bandas y las expectativas son mejores. En San Isidro, en Caracolí Grande y Alta Montaña llevan los procesos de gaitas y tambores en etapa de iniciación.  Cada profesor,  de acuerdo a su práctica hace la preparación que les permita escoger si quieren seguir en esa práctica o cambiarla. La escuela trabaja con una metodología de ensayo-error. 

Simultáneo a los procesos en los corregimientos, la escuela tiene una línea de acompañamiento psicosocial  a sus estudiantes y de desarrollo de talleres en mantenimiento y reparación de acordeones, la cual aspiran a que se convierta en una formación técnica. Asimismo cuentan con talleres en producción en audio digital que en este momento ya es certificada en convenio con el Sena.

De la misma manera han realizado múltiples capacitaciones en técnica y reparación de instrumentos de viento (madera y metales), talleres de producción de eventos (sonidos, luces y logística), talleres de acústica, iniciación musical y técnica instrumental que articulan con otras organizaciones para ofrecer a los carmelos una diversa oferta cultural: danzas, música, conferencias, proyección audiovisual y demás. Con cultura reviven la vocación musical propia de esa región que tanto pregonó y aumentó el maestro ‘Lucho’ Bermúdez con su extenso legado.

En el rosario de aciertos de la escuela, aparece la figura de Alfonso Cárdenas Veloth, su director; un músico inquieto que dejó de lado su profesión como guitarrista de exitosas agrupaciones nacionales para dedicar su esfuerzo a la proyección de la niñez y la juventud de su ciudad natal y a la conservación del legado de Luis Eduardo Bermúdez Acosta.

Con su equipo de trabajo, Alfonso Cárdenas inyecta dinamismo a cada rincón de la escuela; gestionando desde instancias públicas y privadas nacionales e internaciones, los diferentes programas que sean académicamente benéficos para sus estudiantes. “Al comienzo había una resistencia increíble a todo pero después de dos años de trabajo en la formación de público el panorama es otro, el avance es notorio. Hemos tratado de convertir esto en un templo netamente cultural. Tenemos unas políticas y unos manuales claros de funcionamientos y además ofrecemos una programación durante todo el año. Las personas al principio, pensaban que costaba mucho dinero entrar pero las formaciones son gratuitas. Hemos ido enseñado a la comunidad, a través de los programas que hacemos, las tomas sociales en los barrios, corregimientos y veredas”.

Son múltiples los logros que la Escuela de Música ‘Lucho’ Bermúdez ha alcanzado en menos de tres años de funcionamiento. El impacto de sus procesos ha sobrepasado las fronteras de Bolívar y los Montes de María para llegar a instancias internacionales.

Desde hace un tiempo vienen trabajando en el proyecto ‘Puentes’ con el Instituto Nacional de Música de Afganistán; el director Cárdenas Veloth se propone conseguir un apadrinamiento por parte del instituto. El proyecto cuenta con el asesoramiento del British Council (Consejo Británico), el Banco de la República y el Ministerio de Cultura.

El Carmen de Bolívar y los Montes de María pueden contar un antes y después de la apertura de la Escuela de Música ‘Lucho’ Bermúdez, no solo porque la ha devuelto a la prensa nacional con temas contrarios a la violencia, sino porque es un verdadero laboratorio de paz en un territorio que sigue sediento de reconciliación. El ejemplo que se está dando a nivel nacional como agente de transformación social es importante e imperioso.

El legado de maestro ‘Lucho’ Bermúdez, la mejor carta de presentación

El nombre del maestro ha sido muy importante para la escuela y ésta ha sido primordial para mantener viva su memoria artística porque aunque sorprenda, aún en el Carmen de Bolívar y sus alrededores, hay gente que no lo conoce, especialmente en las nuevas generaciones en El Carmen de Bolívar.

A través de las acciones de la escuela se está enseñando quién era él, se está retomando su música y su historia. Adicional al rescate del legado inmaterial, se han recuperado algunas piezas personales originales entre las que se cuentan reconocimientos, estatuillas, discos, tocadiscos, etc., para la materialización del museo dedicado a su vida y obra.

A partir de la gestión que hizo el director de la escuela ante la Gobernación de Bolívar, se logró que el FestiMaria - Festival Multicultural de Los Montes de María, se estableciera en honor al maestro ‘Lucho’Bermúdez. Todos los 25 de enero, día su natalicio se  realiza esta festividad; proyectando a El Carmen de Bolívar como la capital musical del Caribe colombiano.

 

Samny Sarabia

@SarabiaSamny 

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