Opinión
Editorial: La huella de Cien años de soledad
En su recorrido por el Caribe, y en su parada por la ciudad de Valledupar, el MacondoFest ofreció grandes reflexiones e imágenes poderosas. El Premio Nobel de Literatura volvió a ser el protagonista de las calles y de las conversaciones, de los recuerdos y de la magia, y ése es un logro que debe celebrarse porque también es una invitación a leer su obra.
En el conversatorio “Cien años de soledad, un vallenato de 350 páginas”, la obra insignia de García Márquez destacó como una obra-espejo, de gran hondura poética y literaria, sobre la cual se sienta la identidad de todo un pueblo, una obra que se inspira en cada detalle de la costa Caribe de Colombia.
Se destacó también el vínculo muy estrecho que existía entre el autor y la ciudad de Valledupar, su relación con personas claves como Consuelo Araujo o Rafael Escalona, y su amor por la música vallenata (música que hoy ha ganado en reconocimiento y en exposición).
Pero no nos olvidemos que la iniciativa de este Macondo Fest nace en Italia, gracias a las tempranas gestiones de la Red de Cultura y el Instituto Cervantes de Roma, lo que viene a confirmar que la obra “Cien años de soledad” se ha convertido en una referencia y una cartografía para los lectores que deseen conocer Colombia, o una parte del Caribe y Latinoamérica.
Muchos viajeros -desde Estados Unidos, pasando por Europa y hasta el extremo oriente- se interesan por Colombia después de haber leído la obra “Cien años de soledad”, o de haberse encontrado con la magia de Macondo en alguna de las obras de Gabo. Y luego, ilusionados, llegan en busca de esa esencia que sólo el escritor de Aracataca supo plasmar con esa intensidad y colorido.
El reto de la costa Caribe es ahora apoderarse de este legado cultural, artístico y literario, un patrimonio universal, y construir gracias a él un diálogo que permita la elaboración de campañas educativas pero también estrategias turísticas que inviten a los amantes de la Cultura y la Literatura encontrarse con la realidad macondiana.
Es cierto que el Vallenato genera un flujo grande y apasionado de visitantes, pero no subestimen el poder de la literatura.
PanoramaCultural.com.co
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