Opinión

El salpicón político

Diógenes Armando Pino Ávila

27/04/2018 - 06:40

 

 

La campaña política hacia la presidencia de la república de Colombia ha estado muy movida con puyas, desplantes, descalificaciones y mucho sarcasmo por parte de los candidatos y sobre todo por los seguidores.

Que Iván Duque en una sobrecalentada cerebral descubrió que la mayoría de los embarazos no deseados ocurrían sorprendentemente en mujeres, solo faltó que recalcara “en mujeres del sexo femenino”; no sé porqué Colombia desperdicia el talento de esta lumbrera en política, un cerebro excepcional que es capaz de descubrir solito tamaña verdad debe tener un destino superior, y este destino puede ser que alguien le dé por escribir una novela y, al estilo de Gabo lo asemeje en algún pasaje con Aureliano Buendía en el laboratorio de alquimia que le regaló Melquiades, el que en ese frenesí de esclarecida actividad descubría cosas ya descubiertas.

Que Vargas Lleras cometiera la “madurada” de comparar a Petro con Maduro y tratara de ridiculizar las propuestas económicas de la Colombia Humana obteniendo la respuesta mordaz, sarcástica e inteligente de Petro cuando le hizo ver que subsidiar, con el ingreso del petróleo, las casas que regaló el gobierno Santos y que Vargas dice que fue su obra, es un acto calcado de Chávez y continuado por Maduro, en ésta Petro fue pétreo y lo golpeó duro y al mentón.

Que un grupo de ancianos exmilitares asociados en ACORE salieran en un video donde su líder a punto de un infarto, producto de su ultra derechismo desbordado, arremete con dignidad ofendida, la tamaña “afrenta contra el honor militar de su glorioso ejército de Colombia”, que Gustavo Petro se atrevió a decir que los jóvenes soldados y policías deberían tener la oportunidad de estudiar una carrera universitaria para que cuando salieran del servicio pudieran desempeñarse con dignidad en una profesión.

Que Uribe calificó de “buen muerto” al ex paramilitar Areiza asesinado en las calles de Bello, el caso hubiera pasado desapercibido a no ser por quien lo dijo, la forma como lo dijo y lo que era el muerto (Un testigo clave, que la Corte pidió protección especial para él y que era testigo clave en casos que involucraban al Jefe de campaña de Iván Duque y que, además, era testigo clave en el caso de los falsos testigos contra el Iván Cepeda en un controversia judicial ante la corte que involucra al doctor Uribe).

Que Areiza, el testigo asesinado mencionara al abogado ultra uribista conocido como El Patriota diciendo que éste le visitó a nombre de José Obdulio Gaviria el ideólogo del Centro Democrático. Areiza manifestaba sus temores por amenaza e intentos de asesinarlo y le pidió al Patriota que hablara con José Obdulio para que le respetaran su vida en caso de que esas amenazas vinieran de parte de este grupo. Que las amenazas se suscitaron porque dijo a la Corte que él había firmado dos hojas en blanco y que éstas habían sido utilizadas para retractarse de lo dicho en el caso Uribe–Cepeda donde la Corte comprobó que Cepeda era inocente y, en consecuencia, ordenó la investigación contra Uribe por la utilización de falsos testigos.

Que el Patriota en entrevista radial confirmara que sí visitó a Areiza en la cárcel, que sí habló con él y que José Obdulio estaba enterado de todas estas conversaciones, a lo que José Obdulio en otra entrevista radial desmintió nerviosamente. Esta actitud de José Obdulio hizo que El Patriota airado y asustado, trinara: “Con la lavada de manos de @JOSEOBDULIO en la @WRadioColombia donde dice que "nada sabía" del caso Areiza entonces quién será el próximo asesinado? Yo? “.

A todas éstas, parece ser que De la Calle gana puntos por su atinada participación en los debates y en las entrevistas, Fajardo sigue en esa tibieza de su zona de confort que no quiere abandonar pues nunca se compromete con nada, Duque queda como un candidato parecido a Maduro por sus maduradas, Vargas Lleras con su prepotencia sigue haciendo propaganda con su pasado ministerial y las casas de Santos, en tanto que Petro sigue coherente, mordaz, decidido dando la batalla acompañado del pueblo y sabiendo responder a la jauría de todos contra él, llenando plazas y avanzando sin pausas en simpatía con la gente.

 

Diógenes Armando Pino Ávila

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

@Tagoto

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