Opinión

Guacaó y sus Estelas en los Llanos del Valle de leyendas

Yarime Lobo Baute

23/05/2018 - 06:50

 

El restaurante-bar Guacaó en Valledupar

“Guacaó: Que la voz de esa ave mitica y legendaria trascienda en la voz de sus herederos! Larga vida a Guacaó", Yarime Lobo.

Llovía a cantaros, me hallaba en la esquina de la Carrera 8 con Calle 14, ya no había tiempo para resguardarse. El agua se vino con todo mientras miraba con detalle la fachada de la esquina que remata en el encuentro de sus puntas con una pequeña y ensanchada torrecilla de dos pisos que te recibe con puerta y balcón, y que bien podría asemejarse al balcón de la “Casa en el aire”. Hay que precisar que dicho balcón deja la lectura de ser salida de la nada y a la inmensa nada de los aires, pareciera conducirte en medio de ese aguacero que pudiera navegarse sobre barquitos de papel danzando al compás de las brisas cargadas de gotas que condensan el rio frio que baña estos valles surcando gota a gota el alto cielo para llegar -por qué no- al puerto de los cielos, en aquella casa en los aires donde ahora habita quien se la inventó, pero no, es sólo un parecer propio de esos anhelos que nacen y crecen en los corazones de quienes viven y transpiran este territorio.

Detallé con mirada acuciosa aquel balcón, algo había en el barandal, con la lluvia parecía ser un punto con negrilla, un pequeño monumento tipo monolítico aferrado a un listón que a medida que mi mirada agudizaba la retina se iba haciendo claro que era más que un punto, mucho más que un monumento, era un enigmático pájaro que se posaba orondo y tranquilo sobre el barandal haciendo caso omiso al torrencial aguacero. Mis oídos se hicieron más y más audibles a pesar de los rayos y centellas que le hacían complemento al sonido de las copiosas gotas que caían del cielo, entonces el sonido cogió un matiz distinto, como si aquel pájaro del barandal dirigiera una orquesta, era una orquesta de aves cuyos cantos salían del interior de esa esquina.

Mi sentir tomaba sustento al acordarme de aquella leyenda Kankuama, que habla de un pájaro similar al de aquel barandal, lo llaman “el Guacaó, precisamente por ser un pájaro extraño del que nadie conoce su real figura y color, no se sabe con exactitud si es un punto o tiene color, tampoco  dónde habita, pero lo que sí sabe es que inicia su recorrido en tierras planas de Badillo, Patillal y La Junta (Guajira) y a medida que va acercándose a la Sierra comienza a pregonar en su canto la suerte y el futuro de la región”. A diferencia de los toches o turpiales, que se les suele ver en los humedales de agua dulce, en las zonas inundadas y en los bancos de los ríos, prefieren siempre los campos abiertos y son abundantes en esta región. Lo cierto es que el Guacaó y el toche son dos pájaros cantores y lo que mis ojos del alma estaban viendo era semejante a una orquesta dirigida por un Guacaó y cantando un sinnúmero de toches con sonidos         que emitian armoniosos y embelesadores del interior de esa esquina de balcón.

Observaba las dos calles que enmarcan esa esquina, estaban cargadas de agua que corría falda abajo buscando llegar a encuentro de la Calle Ancha, en su correr se formaban estelas, muy similares a las que de niña aprecié desde las playas que bañan la Perla del Caribe, esas estelas que se formaban en el mar al paso de esas gigantes embarcaciones que arribaban día tras día el puerto de Santa Marta, cualquiera fuese el tamaño de la embarcación una estela dejaba a su paso reflejada en el olaje del mar, cual surco que marcara un camino dejado, rastros de espuma y agua removida dejados tras de sí en esa inmensa superficie del agua. Algo similar ocurría aquí, los carros pasaban y a su paso dejaban esas estelas que como surcos marcaban el camino que mágicamente se estrellaban en las faldas de los andenes de donde se levantaba como faro esa torrecita de esquina donde esta posado ese pájaro enigmático.

Siempre me llamó la atención el término “Estela”, bello nombre del griego, στήλη, stēlē; plural, στήλαι, stēlai y del latín stela; plural, stelae, cuyas mezclas terminan denominándolo para el entendimiento Universal un Monumento, que usualmente es monolítico con inscripciones, en forma de pedestal que se erige sobre el suelo y tiene una función conmemorativa, religiosa o geográfica. En ella se inscriben textos, signos, símbolos, y figuras, describiendo el porqué de su ubicación, constituyendo importantes documentos para arqueólogos e historiadores.  Las estelas conmemorativas se erigieron desde fechas remotas, por pueblos de diversas culturas y regiones. De hecho, en Valledupar tenemos un Monolítico a gran altura que llamaron Obelisco, una estructura de cemento de treinta (30) metros de alto diseñado por el colega Carlos García como un "homenaje a la vida" que nos recibe y despide cada vez que entramos y salimos por la vía que conduce a Bosconia (Cesar) dejando estelas que se prendan en nuestras visuales como ese hito grisáceo y grandioso que siempre allí nos recuerda eso: la vida que tiene Valledupar en el alma de todo aquel que le frecuenta una y otra vez.

El nombre Estela es de origen latino, es un nombre afectivo de origen medieval derivado del italiano Stella y en parte refleja la devoción por “Maria Santissima della Stella”. El significado del nombre Estela es “Estrella de la mañana”.

¿Por qué cuento eso? Porque nunca antes había visto formarse “Estelas en los llanos” y lo vi en el Macondo de mi Corazón, vi cómo surcaban las estellas en los Llanos que forman esas vías de la octava y la catorce, y María Santísima de la Stella! Ver eso me hizo comprender que ese pájaro extraño que apodan Guacaó era el mismisimo Amor, que atraía esta simbiosis de estelas y llanos en pleno aguacero cual si fuese un cortejo que se magnificaba al posarse en las llanadas de donde emerge esa torrecita de esquina.

Ver Estelas en los Llanos que asemejan esas vías fue para mí idílico y majestuoso, sentí la voz, la voz de ese pájaro Guacaó hacerse sentimiento y tornarse suave y femenina al extenderse en una nota prolongada y apacible a lo largo de esos llanos inmensos en perspectiva que envolvían en su extensa pradera hecha vía bañada en aguas que corrían esa voz inmaculada que no cesaba de cantar teniendo como coros esos turpiales que secundaban su canto, lloviese o hiciese sequía ese espacio de la esquina escondía tras de sí el embrujo de aquella voz que todo lo hacía primavera eterna así lloviera y corriera por los llanos de las vías que lo cruzan en un torrencial diluvio.

Me quedé unas temporadas de corto y a su vez largo alcance. Me mojé toda, toditita, al mejor estilo de aquellos cantos infantiles que solía cantar emocionada cada vez que podía bañarme bajo la lluvia: “Que llueva, que llueva! Los pajaritos cantan, las nubes se levantan! Que sí, que no, que caiga el chaparrón…”. Literalmente, caía el chaparrón y yo allí feliz como típica niña de barrio de los tiempos de la cometa, observando y observando la fusión de la Estela con los Llanos con el consentimiento del pájaro extraño y vi otro milagro que extasiaba mi ser e insaciable deseo de ver más allá de lo aparente: tres pájaros tipo turpiales emergieron de tal conexión, parecían hermosos pedestales cada uno con estilos distintos, pero en definitiva llevando consigo aquella extraña y maravillosa mezcla que emerge cuando las estelas se adentran en los llanos. Son estas aves al mejor estilo de los frutos el equivalente a esos monumentos que describen entre signos, símbolos y figuras la existencia de esta bella historia de amor del cruce entra una estela y unos llanos que trajeron como resultado el hacer de aquel pájaro extraño una voz audible y sentida que se puede ver y escuchar en esa esquina cuya construcción parece un pedazo extraído de aquella casa que queda en los aires y habita a sus anchas el pájaro Guacaó.

Abro y cierro los ojos, ya no estoy al frente, ahora estoy dentro de ese espacio, me acompañan mis padres Elfido y Elizabeth, saludamos literalmente a los anfitriones de ese espacio, son ellos Estella Durán Escalona y Carlos Llanos, la una el fiel reflejo cuando canta de un pájaro turpial y el otro un gestor cultural indeclinable, amigo y esposo de esta bella mujer. Nos saludan también sus hijos, Lía, Amia y Mario, verlos es ver esos tres turpiales cada uno a su estilo y estella, con sus llanos trazados buscando cada uno por separado pero juntos ser felices, principio y final de estar y permanecer en estas tierras.  Ese espacio de esquina es un emprendimiento cultural, que contiene dentro de sí una oferta cultural compuesta por presentaciones que convocan a representantes de la familia de aquel que llamaron Pájaro guacao: Rafael  Escalona, son ellos Santander Durán Escalona, Stella Durán Escalona, Mario Llanos Durán y Amia Escalona; apoyados por otros amigos y  reconocidos cantautores del género, como Rosendo Romero, Sergio Moya Molina, Isaac Carrillo, Gustavo Gutiérrez, Ivo Díaz, Rita Fernández y Freddy Peralta.  Qué regalo y privilegio estar allí, no sólo para mí, sino para todo nativo y todo aquel que desde afuera quiera disfrutar la esencia, el origen y el piso y peso de la Leyenda Vallenata.

Tenía hambre, era tarde noche ya, para mi alegría pude ver que también era un restaurante, un bar y una preciosa galería donde podía extasiarme viendo fotografías de la gran mayoría de esos turpiales que momentos antes escuché haciéndole coro al Guacaó, eran fotografías de cantautores, compositores y acordeoneros que han alimentado este vallenato tradicional y que han dejado parte de su vida y existencia en el apoyo y en la promoción de esta expresión cultural, de ese vallenato valioso, poético, romántico y costumbrista. Sentí nostalgia, ensoñación, vi a la entrada unas escaleritas plegadas al costado de la entrada principal, las observé y me adentré en ellas, conducían a aquel balcón, subí y cuando abrí la puertecita para ver el balcón todo se hizo color, ese pájaro extraño tomó unos colores mágicos y desplegó sus alas al infinito cielo que se hacía un bosque plagado de estrellas de la mañana en plena noche, era increíble lo que mi espíritu experimentaba, pude apreciar el trayecto que en ascenso buscaba el enigmático pájaro Guacaó, la luz de las estrellas por momento iluminaron su destino final, era una casa similar a la de esa esquina, tenía el mismo balcón y barandal donde muy orondo se volvió a posar, pero quedaba en los aires, era eso, la Casa en el Aire del pájaro GUACAÓ.

P.D. Esta columna es un homenaje al loable esfuerzo emprendedor que viene haciendo una preciosa pareja de todos los tiempos, Estelita Duran Escalona y Carlos Llanos, un homenaje a ellos y sus tres maravillosos hijos, larga vida a su maravilloso emprendimiento llamado Guacao´, porque la leyenda vive, vive a través del canto de ustedes.

 

Yarime Lobo Baute

@YarimeLobo

Sobre el autor

Yarime Lobo Baute

Yarime Lobo Baute

Obras son amores

Soy la que soy: Mujer, Artista desde mi esencia, Arquitecta de profesión, Fotógrafa aficionada, Escritora desde el corazón y Emprendedora por convicción. Una convencida de que la OBRA está más allá de los cementos, son cimientos que se estructuran desde el SER, se traducen en el HACER y traen como consecuencia un mejor TENER.

Las OBRAS son esos AMORES intangibles y tangibles que están por encima de las mil y una razones.

@YarimeLobo

24 Comentarios


Carlos Llanos Diazgranados 23-05-2018 01:35 PM

Acabo de leer tu columna. Me di cuenta de lo equivocados que estan los que me llaman escritor. Que manera tan expresiva de narrar un sentir. Gracias mil. GUACAO es tuyo.

Maria Fernanda Botero Castro 23-05-2018 01:44 PM

Yari me encantan tus columnas....no pares de escribir y de compartirlas

Wilfrido Lozada Fernández 23-05-2018 02:27 PM

Yarime Lobo Baute cada vez mas enamorado de tu pluma , eres una mujer simbólica, paradigmática, con un encanto misterioso , digna muestra de los diamantes de nuestra región.. Excelente escrito, gran narrativa de metáforas, gracias por compartir un trozo de tu existencia con este testigo de vida..

Yamile Beleño 23-05-2018 04:00 PM

Durante toda la vida he sido una eterna enamorada de la semántica en todo su esplendor la pluma te hace viajar en forma vertiginosa y con el placer inigualable de ningún otro hobbie Tuve la oportunidad de muy niña conocer a Yarime Lobo Baute, en su hogar mis padres y los suyos eran y siguen siendo muy amigos yo suspiraba a mis escasos 14 años por esos amorcitos de colegio enlelada, vi a esta escritora y sentí su don y sentimiento a pesar también de su corta edad en aquel momento ella al igual que la suscrita lo llevamos en la sangre lo heredamos su madre una periodista y escritora. Y conocer de cerca ese turpial como es Estela, una joya entregada durante años a la Cámara de Comercio, reconocida en público por el De José Luis Iron, ella y su familia dieron en el punto clave de las peticiones de extranjeros, Valduparenses de tener un sitio autóctono donde se escuchara el vallenato en vivo y eureka. Que sea perentorio Gracias

Welber Antonio Daza Orozco 23-05-2018 07:03 PM

Que magia en tus escritos literarios que engrandecen nuestra cultura y todos los avatares alrededor de valledupar, excelente simbolismo para saludar a tus amigos y su emprendimiento a través de unos pájaros cantores tipicos de nuestra región. Un fuerte abrazo y gracias mi amiga Yarime Lobo Baute Dios siga bendiciendote e iluminando tu ser para recibir tus escritos

Astrid Baute Uhia 23-05-2018 09:05 PM

Excelentes ya lo copié para facebook y Twitter

Astrid Baute Uhia 23-05-2018 09:07 PM

Prima te felicito ya pasaré tal vez hoy mismo x allí xq me hiciste enamorar del lugar.Dios te bendiga y pa lante Prima ni un paso atrás

Jaime Calderón Bruges 23-05-2018 09:19 PM

He disfrutado su lectura.Poetica como la pareja que la inspira.

Marina Riaño Baute 23-05-2018 11:03 PM

Yari muy lindo ese articulo

Marina Riaño Baute 23-05-2018 11:13 PM

Me encantó todo desde el comienzo, Me senti en la lluvia, sentia cantar los pajaros. Me senti transportada. Sentia que me estaba bañando en la lluvia como tú Yari! Ayyy veee!

Estella Durán Escalona 24-05-2018 02:04 AM

Hola preciosa, ya me reivindiqué, acabo de leer tu fantástico y hermoso relato, !que imaginación tan fértil! De verdad felicitaciones, cuando inicié la lectura pensé que escribirías sobre tu experiencia y la de tus papás en Guacaó, pero a medida que te leía...Guao! Que fantasía. Gracias amiga por el afecto y la admiración que nos transmiten tus palabras y tu hermoso relato. Dios te bendiga con mucha más creatividad y con salud para que tus hijos se nutran de la belleza de tu alma, durante mucho ,mucho tiempo.

Ana Patricia Saade Vergel 24-05-2018 10:18 AM

Excelente columna. Para mi uno de los mejores sitios que hay Me encanta.

Sonia Eufemia Araque de Brede 24-05-2018 01:12 PM

Hermoso escrito éxitos en tu cotidiana y hermosa labor de ilustrarnos con temas culturales tan importantes

Ivonne Alejandra Gómez Daza 24-05-2018 01:14 PM

Me encantó...Excelente, me hizo transportar a esas noches en las que escuchaba a Estelita y Santa ensayar esas hermosas canciones desde el patio de mi casa, soñaba despierta...recuerdo de manera especial " Velero negro" hermosisíma canción. Ese estilo pintoresco tuyo es único Yarime Lobo Baute

José Maestre Aponte 24-05-2018 07:04 PM

Hay amiga YarimeLobo Ud como siempre me toca lo más íntimo de mi ser Estela Durán Escalona es mi hermana y sus hijos los quiero mucho y siempre los añoro,que Dios los proteja y por favor cuando la veas un besote y un abrazote de José Alberto desde San Andrés Islas.

Lourdes V. Narváez M. 24-05-2018 07:31 PM

Otra crónica fantástica surgida de un Tren que no se detiene, para fortuna nuestra. Dan ganas de conocer ese maravilloso que ilustra.

Nico Duba 24-05-2018 08:53 PM

Leo con mucho placer literario tus escritos. Llenos de magia vallenata.

Camilo Hoyos Murcillo 25-05-2018 12:20 AM

Ya la comparti, ya la lei ayer con Pabla, me gustó mucho y creo que sigues por la buena senda de mirar con cariño lo que hacen los demás.

Felix Roberto Buitrago Requena 25-05-2018 12:21 AM

¡Excelente!

Lucía del Socorro Bastantes de Olivo 25-05-2018 12:56 PM

Que hermoso leerte, eres especial con la palabra, con la magia de tus manos y con el amor por la vida. Un fuerte abrazo.

Nancy Sarmiento Daza 25-05-2018 06:54 PM

Hermoso escrito. Dios te Bendiga Yary TQM.

Elizabeth Baute Lora 25-05-2018 06:56 PM

Yari. Cada crónica que escribes, van cargadas de sentimientos, inspiración y amor. Tu brillante pluma, traspasa y se posa en el corazón de quiénes nos transportamos contigo en ese Tren de los bellos e ilustrados recorridos, fascinante y hermoso.

John Sudarsky 26-05-2018 06:22 PM

Felicitaciones Yarime. Sigue con tus historia. La gente (incluyéndome) las adora

Gladys Luna López 26-05-2018 08:37 PM

El mejor sitio de Valledupar, excelente música en vivo, la mejor atención y una espectacular comida!!

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