Cine

Lone survivor: cine bélico sin interferencias políticas

Luis Cifer

26/03/2014 - 10:25

 

Lone survivor: cine bélico sin interferencias políticas

Toda guerra en la que se ven implicados los norteamericanos acaba siendo plasmada ampliamente en el cine. Incluso puede dar origen a un subgénero cinematográfico como las películas de Vietnam y sus inevitables héroes tipo Chuck NorrisStallone.

Los tiempos han cambiado y el cine bélico norteamericano ya no es tan descaradamente propagandístico. Ahora tocan las películas sobre Afganistán, tras “En territorio hostil” o “Zero dark thirty”, nos llega esta historia basada en hechos reales ocurridos en 2005.

Desde los títulos de crédito iniciales intentan convencernos de que los marines son superhombres entrenados para salir airosos de cualquier situación por peligrosa que sea. Sin embargo, la misión Alas rojas demostró que estos supuestos titanes son simples mortales susceptibles de ser derrotados. El mejor ejército del mundo con sus satélites, sus helicópteros y su última tecnología fue puesto en serios apuros por un puñado de talibanes armados con AK-47 y poco más.

Es cierto que La odisea de supervivencia del marine Marcus Luttrell puede resultar por momentos inverosímil. Sólo el hecho de que nos adviertan desde el principio que está basada en hechos reales consigue hacer que nos creamos algunos hechos aquí narrados (sobre todo en la parte final del film). No hay grandes hazañas heroicas ni fantasmadas pero la sucesión de casualidades nos resultaría verosímil si no nos aseguran que los hechos ocurrieron así.

Peter Berg (La sombra del reino, Hancook) realiza aquí su mejor película hasta la fecha (muy superior a Battleship). Se nota que ha aprendido de Michael Mann y su electrizante forma de rodar tiroteos.

A pesar de un inicio algo lento y una presentación de personajes bastante tópica, el film levanta el velo rápidamente. Con un ritmo adecuado y unas escenas de acción excelentes, el film nos introduce de lleno en el infierno de la guerra. Las emboscadas y tiroteos del film  llaman la atención.

Por momentos, el espectador se siente igual de acosado y perseguido que los protagonistas. Hay escenas de verdadero agobio y otras realmente escalofriantes en las que uno siente los huesos partirse y los pulmones encharcarse de sangre. El director Peter Berg no ha inventado una nueva forma de rodar las escenas de acción ni va a revolucionar el género pero ha hecho un film técnicamente impecable que incluso consigue sorprender gratamente en un par de ocasiones.

En mi opinión, lo peor del film es esa moral característica de ciertos productos yanquis, el final con las fotos reales de los protagonistas me resultó un poco forzado en busca de la lágrima fácil. Ni siquiera la emotiva versión del “Heroes” de David Bowie a manos de Peter Gabriel logró en mi caso el efecto buscado por el director.

Sin embargo, en contra de lo que pudiera parecer, el film no es únicamente propaganda de la maquinaria militar norteamericana. No hay enemigo pequeño y cualquier ejército puede ser aniquilado.

Llegados a un punto en el que la tecnología y el entorno no son favorables, sólo la suerte y el instinto de supervivencia pueden salvarle la vida al mejor ejército del mundo. Berg no cuestiona la intervención de los americanos en Afganistán, no era ése su objetivo, sino que se centra en la experiencia de unos soldados sometidos a una situación límite. Al final, no hay religiones ni naciones que valgan. Cuando se trata de matar o morir, la elección es fácil. Una guerra es una lucha a muerte entre personas que, casi con toda seguridad, desearían estar en cualquier otro sitio.

En cuanto a los actores, debo destacar que Mark Wahlberg está en el mejor papel de toda su carrera. Wahlberg transmite toda la carga emotiva de su personaje y consigue contagiarnos sus ganas de sobrevivir a toda costa. También sorprende gratamente Emile Hirsch, quien está madurando rápidamente como actor dejando atrás su imagen de niño.

Lo dicho, recomendable para los amantes del cine bélico.

 

 

Luis Cifer

Crítico de cine

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