Bienestar
¿Se aprende o se nace siendo líder?
Esta es una pregunta que seguro en algún momento de tu vida te has hecho. ¿Por qué algunos son líderes y otros no? Y es una excelente pregunta: desde pequeños podemos ver niños que son los líderes de sus clases y sus compañeros los siguen. Entonces, podemos preguntarnos si se nace con habilidades de liderazgo o se aprenden.
La respuesta es que nadie nace siendo líder: se aprende a serlo. Son herramientas y modelos que aprendemos de nuestros seres más cercanos.
Les hablo sobre este tema, porque tuve la oportunidad de trabajar esta semana con 800 jóvenes en proceso de formación técnica, en edades aproximadas de 17 a 23 años y con grandes potenciales para tener una vida llena de felicidad y éxito. Sin embargo, para muchos de ellos resultaba difícil liderar su vida y sentían que no eran capaces de coordinar equipos de trabajo.
Es muy importante que, desde recién nacido, se refuerce a los niños con palabras positivas y que, en la medida que van creciendo, vayan adquiriendo pequeñas responsabilidades de acuerdo a su edad. Tomando decisiones sobre su vida (amigos, compañeros de grupo, salón de clase…), de esta manera los vamos entrenando para que sean unos líderes.
Si tenemos en casa una educación muy autoritaria, los hijos terminan siendo personas con poco liderazgo, porque siempre hacen lo que se les dice, no abren procesos de negociación y todo se les impone.
La reflexión va más allá. ¿Cuál quiero que sea el perfil de mi hijo? ¿Una persona tímida, introvertida, insegura y fácil de manipular? Entonces, debo dar una educación autoritaria, con poca comunicación, no reconocer las cosas buenas que hace, con poca expresión de afecto, no debo escuchar lo que opina frente a su vida e imponer mi criterio.
Por el contrario, si quiero que mi hijo sea una persona segura, extrovertida, emprendedora y un líder: debo reforzar con palabras positivas sus fortalezas, hablar con él, escuchar cómo se siente, preguntarle su punto de vista para tomar decisiones, mostrarle afecto y asignarle responsabilidades que se adapten a su edad.
Ése es el gran secreto a la pregunta “¿Por qué unos son líderes y otros no?” Tenemos una gran responsabilidad con las personas con quien interactuamos y, de acuerdo a cómo nos comunicamos, estamos reforzando el liderazgo o por el contrario estamos reprimiendo sus habilidades de liderazgo.
Así como lo hacemos con los otros, también lo tenemos que hacer con nosotros mismos, para reforzar o potenciar nuestro liderazgo: hablarnos con palabras de agradecimiento por todo lo bueno que hemos logrado, reconocer nuestras fortalezas, felicitarnos siempre por las cosas que hacemos y mantener un dialogo positivo con nosotros mismos.
Si no somos líderes de nuestra vida, no podemos enseñarle a otros a que sean líderes de su vida.
Sobre el autor
Maira Ropero
Bien estar
Maira Ropero (Valledupar). Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana especializada en Psicología Clínica (Universidad Autónoma de Barcelona, España) y Coach de vida. Máster en Programación Neurolingüística y Doctora en hipnosis clínica.
Su columna semanal “Bien estar” ofrece reflexiones para mejorar la salud mental y disfrutar de cada instante. Es un espacio idóneo para el crecimiento personal y el fortalecimiento de un liderazgo inspirador.
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