Literatura
Viejos poemas de mi juventud
Por allá en el pasado remoto, cuando recién descubría la poesía y balbuceaba titubeante ese intrincado vocabulario de los poetas, me divertía como ahora escribiendo versos y mamando gallo a lo caribe. Hoy les muestro algunos de esos balbuceos que han querido escaparse por esa puerta misteriosa del olvido.
El Viejo Lasca
A pie descalzo bastón en mano
pelo canoso, de mirada inquieta,
resumen claro del dolor humano,
camina lento Lascarro el poeta.
Cara de mono comiendo banano,
de tez arrugada un poco prieta,
andar inseguro de dipsómano,
¡Es Lasca, el pordiosero musageta!
Rima buenos versos -por unos tragos-
mordaces y agudos como una espada,
pide limosna y versa por pago...
Mientras miro su cara arrugada
-pienso- si ese hombre hubiera estudiado
¡Hasta de pronto no fuera nada!
Mallorca
¿Quién del pueblo, no sufrió los rigores
de éste educador de férula y rejo,
que a los traviesos hacía mejores
y a los dispares hacía parejos?
¿Quién no guarda recuerdos añejos,
alegrías, penas y sinsabores
de Aniana y Mallorca, maestros viejos
con caras adustas, de inquisidores?
¿Quién en su escuela no sufrió el temor
de verse hincado ante su presencia?
¿Quién no tembló al dar la elemental lección
temiendo hacerle perder la paciencia, esperando siempre un fuerte coscorrón,
por aquello de: ¡La letra con sangre entra!
Al flaco Carlos Julio
A Dios le pido, hermano mío
en éstos versos que te dedico
que no te vaya a echar al olvido
y que haga de ti un famoso médico.
Que se cumplan tus grandes aspiraciones
que no quede ninguna sin que se cumpla
te convierta en un maestro de curaciones
y no te desampare nunca, nunca.
Y cuando seas grande y famoso
y ostentes con orgullo el título
de médico cirujano, magno coloso,
de la ciencia haced un capítulo.
Cuando ya famoso y sin pelo
esté quedando tu cabeza pensante
cuando seas artista del escalpelo
y te atrevas a hacer un trasplante.
Quizás llegue achacoso a tus manos
todo moribundo, con la vista ida,
a implorarte como todo humano
¡Doctor, por favor, sálveme la vida!
y tu lleno de parsimonia todo
esculques mi cuerpo febril y lacerado
y al tomar mi pulso débil y flojo
-digas- ¡Murió o mi reloj se ha parado!
Aguinaldo
Happy birthday to you
Para Antonio González
Sé que hoy cumple años ¡felicidades!
te doy como mi más rico aguinaldo
pues mi bolsillo -tú muy bien lo sabes-
se encuentra sin un signo monetario.
Espero que goces muchos carnavales
y que te ganes un extraordinario
premio en plata, para que me regales
aunque sea un escapulario.
Para pedirle a "Papá Chucho Lindo"
que te conserve muy lleno de vida
para que así puedas cuidar a tus hijos
con celo de padre y pasión sentida
a tus familiares y demás amigos
a tus dos gatos y a tus... ¡diez queridas!
En el zoológico
Hoy fui a un zoológico -cautiverio
de elefantes, tigres, cabras y leones-
y lo observé todo con un criterio
científico, haciendo lucubraciones.
Me entretuve con las cebras -misterios
de su piel, de los presos sus pantalones
y camisas de rayas blanco y negro-
y las melenas hippies de los leones.
Todo me inquietó. Las fieras hoscas,
los chimpancés graciosos y distantes,
los hipopótamos de narizotas
grandes... y más que todo el instante
en que unas despreocupadas moscas
¡hacían el amor, sobre un elefante!
Diógenes Armando Pino Ávila
@Tagoto
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Ávila
Caletreando
Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).
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