Literatura

Regalar libros es un ritual sagrado

Diógenes Armando Pino Ávila

26/08/2022 - 04:50

 

Regalar libros es un ritual sagrado

 

En un pequeño espacio de 15 minutos que saqué de mi ocupación docente, estuve en la biblioteca de mi pueblo dando un breve saludo a la directora de la Biblioteca departamental, doctora Yazmín Rocío García Meneses, al poeta Félix Molina Flórez, al promotor de lectura Darío Leguizamo y al poeta William Jiménez que realizaban unos talleres de lectura en la biblioteca pública de mi pueblo. En ese corto encuentro que tuve con ellos, viví la experiencia ritualizada del intercambio de libros, el poeta Félix Molina y Darío Leguizamo en nombre de él, de William y la Doctora Yazmin, me entregaron unos libros, los cuales recibí alborozado. Ustedes entenderán la inmensa alegría que siente un lector irredento en un pueblo donde no se venden ni intercambian libros.

Ese acto sencillo y amable de entrega de estos textos, ahora que escribo sobre ello me llevan a pensar en el ritual de los arhuacos cubriendo sus augustas cabezas con las albas tutusoma, vestidos con sus blancos kursumos y sobre sus hombros esa especie de capa de lana tejida que sujetan a su cintura con la cuyina, y cruzada sobre sus hombros pasando por debajo de sus brazos las mochilas, una en cada lado, mientras en su mano llevan el poporo cargado con las hojas de la mata sagrada de coca. Pues bien, en ese intercambio de libros pienso y asemejo al acto en que los arhuacos nuestros hermanos mayores cuando intercambian las hojas de hayo.   

Tal vez en este símil del intercambio de libros entre poetas y hojas de hayo entre los arhuacos, magnifico la ritualidad del intercambio y sitúo al poeta, ese hombre de alma blanca que hace oídos sordos al dicho repetido «que la poesía no enriquece porque no vende» o «que no vende, no tiene público, no la difunden», sino que, por el contrario, él tercamente, iluminado por el espíritu de poetas mayores que le inundan el alma con sus cantos de versos acompañados con las notas superiores de sus citaras antiguas, le llevan a continuar con tenacidad su pasión de cautivar quimeras y sembrar sueños, emborronando cuartillas que dibujan paisajes nunca vistos, mares jamás navegados, cielos surcados por aves mágicas de cuerpos cubiertos con plumas de cristal iridiscentes y trinos celestiales, en bosque mitológicos de lugares tan remotos que Google Map todavía no registra y que ni las hiper enciclopedias digitales los mencionan.

El acto de intercambiar libros es un acto de almas nobles, que se desprenden de algo que aman para entregárselo a otros que saben que su pasión es parecida. En el caso de los poetas, esa entrega, ese intercambio ritualizado significa algo más, es una especie de ofertorio donde se reafirma entre pares el compromiso irrenunciable de escribir, de seguir la senda poblada de sinsabores que puebla la vida de quien renuncia al gozo de placeres plurales y comunes, por un placer superior al de escribir, ya que, en ese placer plagado de tortura, se viven todos los placeres mundanos, pero en un grado supremo, sublimado, pues la presencia de ellos no se oculta, sino que por el contrario, se cuenta, se narra como una gesta del espíritu, en ese lucha eterna entre carne y alma.

Pienso que todos, los que tengamos la oportunidad de hacer un regalo, por lo menos sospesemos la opción de regalar un libro, con ello asumiríamos una de las enseñanzas de Platón en sus diálogos cuando pregunta a Hipócrates a quien entregaría su dinero y qué trata de encontrar en el escogido, paseándolo por la casa del sofista, del poeta, del médico y dándole a comprender que hay que aprender, que hay que privilegiar el saber.

Ojalá las bibliotecas sean abiertas y libres, que no sean cárceles de libros, reclusiones de versos, celdas y prisiones de palabras, ojalá se vuelva un hábito institucional el de financiar veladas, lecturas, talleres que acerquen a los jóvenes a los libros a la lectura. Ojalá en escuelas y colegios no hagan obligatoria la lectura en el sentido de obligar al niño a leer, que el maestro, el docente lo enamore, lo induzca a la lectura, lo cual encierra sus dificultades, pues el habito lector generalmente se adquiere por contagio y si el niño no ve a sus padres leyendo, a sus profesores haciendo lo mismo, difícilmente lograrán que se enamore de la lectura.

En alguna parte, que no recuerdo, leí que no puedes contagiar a nadie con gripa si no sufres de gripa, difícilmente puedes contagiar a tus hijos o estudiantes con la pasión de la lectura si nunca te ven leyendo.

 

Diógenes Armando Pino Ávila

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

@Tagoto

1 Comentarios


Eduardo Rodríguez Vega 26-08-2022 06:00 AM

Para el pueblo pane vino y circus

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Caricias afinadas

Caricias afinadas

  Acariciar como se acaricia un instrumento. Templando las cuerdas con extrema precisión. Buscando la tensión exacta y no solo pa...

Llamada

Llamada

Teresa quiso llorar cuando se acabó la batería del celular. No sólo por el estrés de ir tarde a la cita, sino porque no encontró...

Diez poemas inspiradores de Garcilaso de la Vega

Diez poemas inspiradores de Garcilaso de la Vega

  Considerado uno de los poetas más importantes de la lírica del Siglo de Oro español, Garcilaso de la Vega fue un escritor y mili...

5 cuentos de Navidad para contar a los niños

5 cuentos de Navidad para contar a los niños

  Es importante que en todos los hogares se siga la tradición de contar cuentos de Navidad a los más pequeños, ya que con ellos ap...

Génesis o turbulencia de la palabra (IV)

Génesis o turbulencia de la palabra (IV)

  En Puerto de Amor (Nada que ocultar), la poeta Gloria Young forja un nuevo lenguaje en el que hurga, se sumerge -bucea es la pala...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados