Música y folclor
“La música nos persigue, ya no podemos escapar de ella”
Los avances tecnológicos han hecho que nuestra relación con la música cambie drásticamente. La emergencia de parlantes imponentes, Ipods y otros accesorios han hecho también que la música se transforme.
Así pues, en este entorno donde la tecnología mantiene una gran influencia sobre nuestros gustos y percepciones, la música Vallenata se ha visto también afectada de manera significativa.
La conferencia del profesor Jorge Nieves Oviedo en el Segundo Encuentro Nacional de Investigadores de la Música Vallenata en la Universidad Popular del Cesar nos ofreció algunos casos que deben ser motivo de reflexión para quienes estudian la evolución de las músicas de acordeón en Colombia.
Tras recorrer los primeros años de grabación, el profesor habló del impacto de la digitalización: un término que en este siglo XXI, con la aparición de Internet, las redes sociales y los accesorios portátiles, es de uso cotidiano.
Los archivos comprimidos como el MP3 y MP4 han moldeado la forma con la que escuchamos la música. Ahora la compartimos con mucha más rapidez, la almacenamos en lugares que no ocupan espacio y le damos un valor que difiere de los Long Plays (o vinilos de los años 70 y 80).
De la misma forma, es difícil de encontrar un sitio donde no suene la música. El dominio de la música es imparable. “La música nos persigue –expresa Jorge Nieves–. Ya no podemos escapara de ella, está en todas partes, en los teléfonos, en las salas de espera, en los carros”.
Obviamente, todas estas evoluciones de nuestros hábitos suponen alteraciones relevantes en nuestro modo de consumir la música. “La experiencia de escuchar música ya no surge –comenta el profesor–. Ya no hay que buscar la música. La música nos invade en todos los aspectos”.
Uno consume música sin conocer el apellido o el nombre del cantante, baila o comparte una canción sin saber de dónde viene y, cuando ya no está de moda, uno se olvida de ella con la misma facilidad con la que empezó a escucharla.
Esta omnipresencia de la música nos incita a ser menos exigente, a rebajar nuestras expectativas y a olvidar las ocasiones especiales en las que antaño se acudía a una serenata o una banda tradicional.
Con este contexto, la música vallenata lucha por mantener su esencia de música social y vivencial. La tarea no es fácil si consideramos que, además de esta tendencia social, los sellos discográficos se están fusionando y están imponiendo unos criterios musicales que van en el mismo sentido que el consumismo descrito anteriormente.
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