Música y folclor

Espacio de memoria: El vallenato de Ayer

Carlos Llanos Diazgranados

18/05/2012 - 10:45

 

Las personas que hemos tratado de propiciar la divulgación y conservación de la música vallenata autóctona, como una alternativa para atender algunos nichos del mercado musical, vemos con mucha tristeza que a medida en que pasa el tiempo, menos posible se hace alcanzar la sensibilización necesaria para que las nuevas generaciones de compositores y hacedores de música popular se permitan un espacio para el rescate, aún eventual, de las verdaderas raíces del vallenato.

Debemos aceptar que no se puede nadar contra la corriente, ni tapar el sol con las manos. Hay que entender que juglares y trovadores como Escalona, Leandro y  Emilianito, entre otros, son irrepetibles; sencillamente porque las circunstancias del entorno, que provocan inspiración, son totalmente diferentes.

Hombres que manejaban la humildad, la franqueza, la amistad, la espontaneidad y el sano vivir, lograron la plena identidad de la idiosincrasia y el folclor vallenatos. Hoy, en medio de la desconfianza, el afán de supervivencia, la pérdida de la dignidad humana, la desesperanza y la muerte, sólo se encuentra salida a la expresión romanticoide y llorona, clasificada modernamente como “nuevo vallenato”, que en palabras de Jaime Mejía Duque solo significa “una variedad de canción sentimental andina adobada con acordeón y vocalizada al modo vallenato simplemente”.

Dice el mismo Jaime que “en la actualidad el vallenato clásico, con su letra épico-humorística y lírica al mismo tiempo, es libertadora de la alegría de vivir y de la confianza en los valores primordiales y universales de toda convivencia posible”.

Por esto propone, y yo lo secundo, que “dada la emergencia emocional y ética en que nos sofocamos, es necesario colocar en el primer plano del consumo de masas al vallenato clásico, ya que su potencial terapéutico parece comportar ahora una necesidad irrefutable en la vida nacional”.

En conclusión, el vallenato clásico fue y no será jamás. Con nostalgia, hay que reconocerlo, solamente nos van quedando las leyendas en la medida en que la vida de los grandes narradores del canto costumbrista cumplen sus etapas.

La Plaza Alfonso López nos lo demostró, con la muerte de Emilianito, poca afluencia de público a pesar de la presencia del señor Presidente y de Carlos Vives, contrario a las exequias de Kaleth Morales en las que la Plaza se nos quedó pequeña.

Los que recuerdan el CD Cantautores Vallenatos que logramos grabar con un gran esfuerzo económico y organizativo (fue como organizar doce micos para una foto), tratando de conservar la esencia del Vallenato, sin influencias del vallenato moderno, con la valiosa y desinteresada colaboración de doce de los compositores vallenatos de segunda generación que mantuvieron la esencia y la poesía de la música vallenata clásica, como Beto Murgas (Después de Viejo), Sergio Moya (Fortuna y desdicha), Santander Durán (Mi sentimiento), Wicho Sánchez (Penas negras), Poncho Cotes Jr. (La parranda y la mujer), Julito Oñate (La cienaguera), Fernando Meneses (Momentos de Amor), Mateo Torres (Gotitas de fuego), Rita Fernández (Las sábanas del rodeo), Leandro Díaz (A mí no me consuela nadie) y Stella Durán (Canto a mi tierra), notarán que no permitimos los saludos desentonados, pero sí las animaciones propias del folclor.

Cada compositor, en medio de la interpretación de su canción preferida, expresó su sentir. Leandro Díaz, en medio de risas ingenuas, dijo: “Yo creo que yo no me muero todavía, primero se muere Emilianito”. La última frase la borramos en la mezcla.

Carlos Llanos Diazgranados

Sobre el artículo: “El Vallenato de ayer” forma parte del valioso conjunto de artículos publicado por Carlos Llanos Diazgranados bajo el nombre de “Otra voz. El acontecer noticioso en tiempos de El embrujo autoritario” (Fundación Cultural Francisco El Hombre, 2010). Este artículo fue publicado anteriormente el 2 de noviembre de 2005 en Vanguardia Liberal.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El Silvestrismo, mecido por las notas de Rolando

El Silvestrismo, mecido por las notas de Rolando

Contar una historia desde una perspectiva diferente, algo peculiar, ayuda a entender lo que se esconde detrás de cada evento y cada fe...

Ahí vas Paloma o el clásico vallenato por antonomasia

Ahí vas Paloma o el clásico vallenato por antonomasia

  La canción vallenata “Ahí vas paloma“ y la colosal interpretación de Tomás Alfonso Zuleta en los fuelles de Emilianito, sal...

Martín Elías Vitola, un Rey de la Piqueria entre menores de edad

Martín Elías Vitola, un Rey de la Piqueria entre menores de edad

  De por sí la Piqueria es algo bello y entretenido. Ver a dos contrincantes alzarse sobre un escenario para repartirse unos verso...

Una cartilla educativa para preservar la auténtica música vallenata

Una cartilla educativa para preservar la auténtica música vallenata

Durante tres días se desarrolló en Valledupar el Encuentro de Saberes de Auténtica Música Vallenata cuya finalidad consistió en ...

El sueño de la música sigue vivo

El sueño de la música sigue vivo

Hace un año, Valledupar presenció el nacimiento y la presentación oficial de su Orquesta Sinfónica, acompañada por un grupo de ens...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Armando Zabaleta: el fecundo compositor de “No voy a Patillal”

Eddie José Dániels García | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados