Música y folclor

Estaba mi Ana María en la orilla del río

Álvaro Rojano Osorio

30/09/2022 - 04:45

 

Estaba mi Ana María en la orilla del río

 

Cuando Abel Antonio Villa grabó en 1990 Ana María en la orilla del río, señaló: “Disco y mujer de Abel Antonio”, canción que hace parte del CD denominado Memorias, lanzado en los años 2000. Después, al cantarla e incluirla, en 1995, en el larga duración “Juglar del Magdalena Grande -13 éxitos-“, indicó: “Es verdad que Ana María es mía”. Fue la forma como el juglar respondió al señalamiento de que, al componer, había plagiado el tema Isabel Martínez, de autoría de Antonio Llerena, que los Hermanos Zuleta interpretaron e hicieron un éxito. 

Estaba mi Ana María en la orilla del río

entonces llegó Abelito y la enamoró

Detrás de esta canción hay una historia y una musa, Ana Payares Villamizar, a la que el acordeonero conoció y conquistó en Plato, eran jóvenes, se enamoraron y decidieron escaparse para ser marido y mujer. Entonces, con el fin de consumir la relación y de domiciliarse en Margento, una pequeña propiedad rural de Antonio Villa Salas, padre del acordeonista, Abel Antonio tuvo que pedir prestado un burro para transportar a su enamorada, que no devolvió porque se perdió.

Abel Antonio contaba lo que sucedió después de que se la llevó:

“La reacción de su familia no se hizo esperar, su padre, Virgilio Payares, y sus hermanos, se movilizaron hasta la finca, cercana a Piedras de Moler, y la obligaron a regresar. Mi respuesta fue la de irme para Plato detrás de ella, en compañía de mi primo hermano Gilberto Bermúdez. Allá me enteré de que estaba en la vivienda de su tía, Mariana Villanueva. En la noche, decidí llegar a su casa, junto a unas primas, para serenatearla y, tras haberle tocado en la ventana cuatro o cinco piezas, supe que se la habían llevado para Santa Marta”.

Después de este hecho, el acordeonero le compuso a Ana María varias canciones, siendo la primera el porro Pobre negra mía, que grabó junto a Guillermo Buitrago y sus muchachos, en la que narra lo que vivió después de que ésta se fuera de su lado.

La pobre de la negra mía

se fue y me dejó llorando

ay yo tengo cuatro días

    ombe, de estarla esperando

La pobrecita de mi negra

no sé lo que le ha pasado

ella tiene un gran guayabo

       todos dicen que quizás muera.

Para esa época, grabó para Odeón el merengue Recuerdos de mi negra, además de Mi negra linda, de cuyos títulos podríamos colegir que eran dedicados a ella. Después, apareció Ana María, canción que, según el catálogo general de Discos Fuentes de 1954, fue incluida en un sencillo en cuyo respaldo está el tema La culebra verrugosa

Dedicatoria musical que continuó con En la orilla del río, también llamada Ana María en la orilla del río, que hace parte del disco de larga duración La Camaleona, grabado en 1968 en Philips Polydor, mencionando que ella le aseguró que:

Vivir sin tu cariño no hay alegría

Abel, si yo te he ofendido, válgame Dios.

En 1968 fue incluido el tema Mujer ingrata en el disco de larga duración Pájaro Sinsonte, destacando que Ana María le dijo que el amor que sentía por él se había acabado. 

Ana María del hombre queda el dicho

y la mujer es la que pierde su criterio.

En este verso, el juglar destaca que ella, tras haberse salido o escapado con él, quedaba con esa huella, lo que implicaba, incluso, ser vista como carente de una garantía moral, la virginidad. No olvidemos que, para la primera mitad del siglo XX, y tiempo después, la sociedad, al valorar a la mujer, tenía en cuenta la castidad, y su ausencia era señal de carencia de virtud, por lo que el acordeonista, aseguraba que era ella la que perdía su criterio.

Ana Rosa, como era su nombre, no volvió a encontrarse con Abel Antonio, hizo su vida sentimental al lado de quien fue el padre de sus veintiún hijos. Mientras que el viejo Abel nunca olvidó a Ana María, como lo señala José Manuel Olivo Rojano, “El Cartagena”, quien por cinco años fue cajero de su conjunto musical. Ésa era la canción que más le gustaba, la que cantaba con más sentimiento en el tiempo que anduve con él.

 

Álvaro Rojano Rosorio  

Bibliografía: Rojano, A. Oñate, J. (2021). Abel Antonio Villa, el padre del acordeón. Fundalibro. Santa Marta.

Sobre el autor

Álvaro Rojano Osorio

Álvaro Rojano Osorio

El telégrafo del río

Autor de  los libros “Municipio de Pedraza, aproximaciones historicas" (Barranquilla, 2002), “La Tambora viva, música de la depresion momposina” (Barranquilla, 2013), “La música del Bajo Magdalena, subregión río” (Barranquilla, 2017), libro ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el portafolio de estímulos 2017, “El río Magdalena y el Canal del Dique: poblamiento y desarrollo en el Bajo Magdalena” (Santa Marta, 2019), “Bandas de viento, fiestas, porros y orquestas en Bajo Magdalena” (Barranquilla, 2019), “Pedraza: fundación, poblamiento y vida cultural” (Santa Marta, 2021).

Coautor de los libros: “Cuentos de la Bahía dos” (Santa Marta, 2017). “Magdalena, territorio de paz” (Santa Marta 2018). Investigador y escritor del libro “El travestismo en el Caribe colombiano, danzas, disfraces y expresiones religiosas”, puiblicado por la editorial La Iguana Ciega de Barranquilla. Ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el Portafolio de Estímulos 2020 con la obra “Abel Antonio Villa, el padre del acordeón” (Santa Marta, 2021).

Ganador en 2021 del estímulo “Narraciones sobre el río Magdalena”, otorgado por el Ministerio de Cultura.

@o_rojano

1 Comentarios


Oscar Taborda- R. 01-10-2022 06:04 PM

Tuve la oportunidad de compartir con Abel A. Villa y entrevistarlo para el programa " Descubriendo Estrellas" emitido por Telecaribe en los años 96-97. En ésta misma grabación realizada en su finca de Pivijay - Magdalena, el maestro mostró su descontento con la variación que le hicieron a su canción "Estaba Ana María en la orilla del río" , ya que la canción "Isabel Martinez" que fue la que logró más divulgación, tiene en su letra un párrafo que dice: "Un hombre que está más sucio que un rancho solo"; donde el maestro con tono molesto señaló que eso nunca él lo escribiría, porque en sus canciónes no tendría jamás una expresión tan plebe y ordinaria como esa. Luego, el maestro Abel Antonio se calmó y continuamos con la entrevista.

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