Música y folclor

Don Óscar De León, el verdadero “León de la Salsa”

El cantante Óscar D´León en pleno concierto / Foto: El Universo

Son muchos los amantes de la salsa que consideran que don Óscar D’León es el “Verdadero león de la salsa”. Es una metáfora que utilizan para relacionar la fiereza de este animal con la fiereza que exhibe este cantante cuando se encuentra en el escenario ejecutando sus canciones, armonizadas con sus enérgicas cualidades salseras. Es incontenible: un verdadero león que está pendiente de todos los movimientos que ejecutan los demás integrantes de la orquesta. Se torna incansable y no se le escapa un solo detalle: hace señales, mueve las manos, toca palmas, abre las piernas, salta, se desplaza de un lado para otro, en fin, es el corazón de la orquesta. Y a leguas se nota la línea sincronizada que mantienen todos los instrumentos, cuyas notas se sublimizan para causar un infinito placer en todos los oyentes. Entonces, cuando llega el clímax de la composición, la gente no puede controlar el deseo de moverse al ritmo de la vocalización, y la canción se convierte en un verdadero concierto orquestal donde la voz del “león” ruge repleta de sonoridad, penetra sutilmente y cautiva los sentimientos más profundos del universo salsero.

Aunque en el cosmos salsómano o salsero, don Oscar d’León también es llamado “El Faraón de la Salsa”, otros prefieren decirle “El Sonero del Mundo” y otros “El Bajo Danzante” o “El Diablo de la Salsa”, sea cual fuere el calificativo, tenemos razones de sobra para afirmar que Óscar de León, a solas, es un cantante fuera de serie, cuya virtud esencial consiste en la excelente vocalización y la armonía corporal que manifiesta cuando se encuentra en plena actividad creadora. En tarima es impresionante la flexibilidad y rapidez con que realiza los movimientos corporales, sobre todo, en las piernas. Los saltos y la sincronía de los “pases” son precisos y nunca alcanzan a deslizarse en movimientos equivocados. Y la fuerza corporal que irradian los brazos y las manos, acompañados con las maracas, algunas veces, emanan un aire emocional que arroba a los espectadores. Este es Óscar de León, autor de muchas canciones antológicas en el contexto de la salsa, que conforman un tremendo álbum musical que llena de satisfacción a toda la cofradía salsera, cada vez que tienen un tiempo disponible y lo dedican a saborear sus canciones.

Tuve la suerte de conocer al “León de la Salsa”, en la presentación que hizo en un concierto realizado en el Hotel Las Américas de Cartagena de Indias, el sábado 11 de diciembre de 2021. Esa noche estaba programada la intervención de otros cantantes de salsa, merengue y vallenato. Recuerdo que el lugar estaba a reventar, pero es lógico que el grueso de los espectadores, asistió, exclusivamente, con la intención de presenciar a Oscar d’León. El espectáculo fue una programación bien ordenada y milimétrica. Don Oscar cantó dos horas y 10 minutos. Hizo su aparición en el escenario a las 12 en punto, cuando ya muchos asistentes, entre ellos, mi persona, estábamos fastidiados de ver la simpleza y el fastidio de los cuatro cantantes que le antecedieron. Apareció bien elegante: vestido de negro con una chaqueta de arabescos blancos que resaltaba en los reflejos de las luces. Después de su corto saludo a Cartagena y a los asistentes, empezó su despliegue musical entonando “Llorarás”, considerada su canción estrella. Y no muy bien había empezado a cantar cuando ya estaba el total de la multitud entonando la canción.

Apenas terminó “Llorarás”, la fanaticada quedó paralizada cuando oyó las cautivantes notas del piano, que sirven de entrada a la canción “Castellano, que bueno baila usted”, otro de sus temas clásicos. Y por supuesto, el salsero se lució con esta pieza, la cual, también, fue coreada por la multitud. Al rato, se desprendió de la chaqueta, para lograr más soltura en los movimientos. Y, prácticamente, sin descansar un minuto, siguieron y siguieron más canciones antológicas de su exquisito repertorio musical, algunas de su autoría, y otras de autores diferentes. Entre ellas, deleitaron el concierto: “Detalles”, “Melao de caña”, “El baile del suavecito”, “Monta mi caballo”,” Josefa Matías”, “El Manisero”, “Ruma rumbero”, “Caballo viejo” y otras que no alcanzo a recordar. Faltando algunos minutos para terminar su presentación, anunció: “Me faltan 15 minutos para despedirme de ustedes” y siguió cantando, De pronto, inició nuevamente “Llorarás”, y la gente enloqueció acompañándolo. Apenas culminó la canción, hizo una venia, agradeció la asistencia, se despidió de Cartagena y desapareció del escenario. Cantó dos horas y 10 minutos.

Óscar de León, cuyo nombre completo es Óscar Emilio León Simoza, nació en Caracas el 11 de julio de 1943. Aficionado al arte musical desde su época infantil, hoy goza el privilegio de ser, sino el mejor, uno de los mejores cantantes del son y de la música caribeña. Entró a los escenarios musicales en 1959, cuando apenas frisaba 16 años de edad.  Dentro del género musical, se caracteriza por ser cantautor, bajista, arreglista y productor. Por su grandeza, versatilidad y trasparencia en el arte de la vocalización y de la actuación, también es llamado: “El Sonero Mayor”, “El Demonio de la Salsa”, “El Brujo de la Salsa”, y otros calificativos con que lo identifica su inmensa fanaticada. En el recorrido de su línea salsera, ha recibido varias distinciones, entre ellas: “Galardón del Grammy anglosajón” al “Mejor álbum de salsa Tropical” en el 2001 y “El Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical” en el 2013. Desde 1990 se radicó en Estados Unidos donde goza de una inmensa popularidad, admiración que se extiende, desde luego, a todos los países de Latinoamérica, especialmente a Colombia, donde realiza conciertos frecuentemente.

Eddie José Daniels García