Opinión

Diáspora y génesis afrocaribeñas (VIII): De lo Primigenio a la Modernidad

Jairo Tapia Tietjen

18/06/2014 - 11:20

 

El célebre percusionista Poncho Sánchez“El  latinoamericano en general es un gran degustador de música y también juzgarla, para ello  necesita  conocer”. (Radamés Giro, 1940. Investigador cubano)

En estudios bien estructurados sobre la música campesina en Europa oriental, Bela Bartok se refería a la expresividad sonora primigenia que se orienta hacia el canto o a la palabra, autónomas sin ser independientes del ritmo;  y las dirigidas al movimiento corporal o el baile, donde el ritmo ocupa posición esencial, y a la vez establece las dimensiones básicas de la relación entre géneros y el consiguiente desarrollo de identidades colectivas con base en la temporalidad y los espacios, como ha ocurrido, por ejemplo con la cumbia, el rock y la música  afrocaribeña, en  tanto su espacio doméstico, como en clubes y discotecas.

En el campo de la sociología, otros como Max Weber, centraron su atención en detalles y matices en un proceso  racionalizador que penetra  la expresión colectiva, asociada con las emociones o la tradición.

A nivel sonoro la melodía individual,  o el cantar unísono, se transforma lentamente por centurias, en conjuntos polivocales cada vez más complejos e internamente jerarquizados, alcanzando institucionalmente su máxima evolución con  la orquesta  sinfónica.

Sin lugar a dudas, con ello cada instrumento contribuye al conjunto en función de una línea melódica que expresa un sentimiento o idea  individual, coordinada, a veces  con autarquía,  por el compositor o su alter ego, el  director de orquesta, con resultados tan  extraordinarios, para  “la música  occidental”,  que en sus niveles de elaboración, que fueron llamadas por Bach “la escala  bien  temperada”, donde los músicos  son “ejecutantes” y los  principios de la armonía, consistentes en combinar en forma simultánea diversos sonidos, es conocido popularmente como “acompañamiento”.

No obstante, se ha establecido dentro de los cánones, que el primer violín (el concertino)  en la orquesta sinfónica sea el líder que lleva “la voz cantante” y los demás instrumentos lo siguen, mientras que otros acompañan o adornan como la percusión.

Esta jerarquía se  rompe en la música afrocaribeña y en otras más originales, desarrollando una sonoridad de conjunto basada en la democratización con la multiplicación integrada de timbres  sonoros, con su propia voz, llevando a colocar la percusión en la línea frontal y no al fondo, sin provocar confusión en el desarrollo melódico-armónico.

La melodía, armonía y ritmo establecen un diálogo entrecruzado en los conjuntos de música afrocaribeña.  Estos ritmos se melodizan  en sus secuencias armónicas, y las melodías establecen patrones rítmicos, según el maestro  Biava, armonía que percibimos en los diálogos  instrumentales, como entre el bajo y el piano; entre trompetas y saxos o trombones, otras veces entre voces como las de Shakira y Joe Arroyo, y algunas que las lideran como el piano en el Gran Combo y la Sonora Ponceña, el clarinete en Lucho Bermúdez, los timbales de Tito Puente, así como  las congas de Ray Barreto y Poncho Sánchez.

 

Jairo Tapia Tietjen

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Sobre el autor

Jairo Tapia Tietjen

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WikiLetras - In Memoriam

Codazzi, Cesar (1950-2018). Columna en memoria de quien fue un destacado colaborador de PanoramaCultural.com.co. Bachiller Colegio Nacional A. Codazzi, 1970. Licenciado en Filología Española e Idiomas, UPTC, Tunja, 1976; Docente en Colegio Nacional Loperena, 1977-2012. Catedrático Literatura e Idiomas, UPC, Valledupar, 1977-2013. Director Revista 'Integración', Aprocoda-Codazzi, 1983-2014; columnista: Diario del Caribe, Barranquilla, El Tiempo, Bogotá, El Universal, Cartagena, El Pilón, Vanguardia Valledupar: 1968-2012. Tel: 095 5736623, Clle. 6C N° 19B 119, Los Músicos, Valledupar- Cesar.

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