Opinión
Editorial: Aclaraciones importantes sobre la Chikungunya
Tras la confirmación de los primeros casos de infección por culpa del virus Chikungunya en Colombia, la preocupación ha aumentado en la costa, causando incluso asimilaciones erróneas que merecen ser aclaradas.
Entre los casos confirmados en Bolívar, la zona de Barranquilla, y más recientemente el departamento del Cesar, pocos han llegado a poner la vida de las personas en peligro. Una evidencia destacable es que el Chikungunya no es tan contagioso o peligroso como el ébola, aunque, hay que reconocerlo, se está extendiendo por el Caribe y América Latina a una velocidad apreciable.
Algunos países como la República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y diversas islas antillanas reconocen una alta penetración del virus que obliga a tomar medidas importantes, y esto obliga Colombia a prepararse seriamente.
Como bien lo explica la Organización Mundial de la Salud en su portal informativo, es una enfermedad vírica muy parecida al dengue que se transmite al ser humano esencialmente por mosquitos portadores de la infección (“Aedes aegypti’).
Los síntomas se caracterizan por fiebres, fuertes dolores articulares y musculares, dolores de cabeza, náuseas y erupciones cutáneas, que suelen permanecer durante 5 a 10 días, aunque se han identificado casos de dolores articulares que permanecen 1 o 2 años.
Las poblaciones más afectadas suelen ser los niños (hasta los 13 años) y personas mayores de más de 60 años. En estos casos la vigilancia debe ser mayor y la respuesta mucho más rápida.
La epidemia de chukungunya pone raramente en peligro la vida de una persona (se considera un virus de mortalidad baja) aunque sí puede ser mortal en personas mayores, más débiles o que padecen trastornos que complican la cura y el diagnóstico (como dificultades respiratorias y cardiacas, problemas de inmudeficiencia, por ejemplo).
La pregunta más importante en este momento es cómo prevenir el avance de esta epidemia ya que todavía no existe ninguna vacuna (y es muy probable que tarde en llegar). El Ministerio de Salud ha puesto en acción un programa para atender con prioridad a aquellas personas más sensibles y expuestas al virus, pero a esto debe añadirse un programa de prevención que pasa por las siguientes etapas:
-Reducir el número de depósitos de agua artificiales o naturales cerca de las viviendas ya que estos sirven de criaderos y pueden ser un importante factor de riesgo (para el chinkungunya y el dengue). Esto supone también: asear los patios, limpiar o vaciar las piscinas, evitar de almacenar recipientes con líquidos en la casa y en el exterior.
-Aplicar insecticidas (con efectos controlados) en las zonas donde proliferan los mosquitos para ralentizar su progreso y matar las larvas inmaduras.
-Llevar ropa que reduzca al mínimo la exposición de la piel al mosquito (pantalones largos, camisas manga largas…) y aplicarse, en lo posible, repelentes en la piel o la ropa (respetando siempre las instrucciones de uso del producto). Los repelentes deben contener DEET (N, N-dietil-3-metilbenzamida), IR3535 (etiléster de ácido 3) o icaridina.
-Usar mosquiteros tratados para todas aquellas personas que duerman durante el día, especialmente niños pequeños, enfermos y ancianos.
-Viajar a zonas de riesgo implica adoptar de manera sistemática todas estas precauciones básicas.
PanoramaCultural.com.co
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