Opinión
Diáspora y génesis afrocaribeñas: la guaracha
Loable apoyar iniciativas como en este medio, para acercar a las nuevas generaciones hacia los paradigmas de los clásicos musicales empíricos y los aires típicos de cada región en sus contextos, en sus afanes y exigencias propias de figuras creativas que , a la vez, encarnen nuestras identidades singulares del folklore afroantillano-caribeño.
La tradición y aperturas en la grandeza de la vida e inteligencia humana condensan complejas experiencias e ideas que regularizan las emociones y saberes cotidianos, principio indeleble para nuestras manifestaciones folklóricas.
La especie musical de La Guaracha hace presencia en el teatro cómico español en el siglo XIX, según la autorizada opinión de María Teresa Linares en “La música y el pueblo”, La Habana, 1974.
“El sungambelo” prefigura sus características con marcada influencia de la tonadilla escénica española, vocera de un espíritu y satírico, marchando al lado de La Rumba antillana.
La Guaracha, popular como recurso crítico ante el gobierno hispano, fue rápidamente difundido en la gran cuenca caribeño-antillana, desde cuando aparece la guaracha “Ya cayó”, con solapadas intenciones independentistas.
Los instrumentos que la acompañan son la guitarra, a la que se incorpora el Tres más adelante, las maracas, el güiro y los sonajeros. Las voces de los guaracheros reiteran el estribillo, donde el Coro daba cobertura temática de las coplas entonadas por los solistas, según se aprecian en los aires “La prieta santa, La pluma de tu sombrero”, de Enrique Guerrero del cual destacamos- de su autoría, “La Belén”, donde el coro expone el propósito:
Cantadores a cantar, / esta noche sí que vamos a gozar, / repiquen los tambores /
cantemos con primor, / cantadores a cantar, / esta noche sí que vamos a gozar.”
El solista entra en el asunto de inmediato:
“¿Qué tienes tú mi negrita / que siempre te he de encontrar?
Ven, para que no me busques, / a vivir con tu moruá”.
El coro repetía lo dicho y entraba la solista:
“Me entusiasma este negrito / con su modo de cantar,
y eso que yo no lo he visto, / revoleteando el fambá”.
Estructuras de La Guaracha
El esquema clásico de semicorchea-corchea-semicorchea. Dos corcheas, como en la Habanera o Ritmo tango, con compás dos por cuatro, u otras variantes de corchea con puntillo, o la tradicional con cinquillo y el mismo compás completando el fraseo con tres valores en el compás siguiente, obteniendo ocho sonidos en cada verso octosílabo.
Más adelante, la guaracha se transforma fusionándose con el Son, como en las composiciones “María Cristina” de Ñico Saquito, “El diablo tun tun” de B. Julián Gutiérrez, para después estrechar lazos con la Rumba, destacándose, “La ola marina” de Virgilio González, “Pare cochero” de Marcelino Guerra, “Que buena es la nochebuena” de W. Guevara, “Bilongo” de Rodríguez Fife, y se integra al repertorio de las jazz bands, Casino de la Playa y la de Julio Cueva con la voz de Orlando “Cascarita” Guerra, y atraviesa fronteras con amplia difusión en acetato, la radio y el cine.
En su andar picaresco, la guaracha aumenta su jerarquía con su interpretación por los tríos, como “Los guaracheros de Oriente, Servando Díaz y los Conjuntos Kubavana con Laíto Sureda, Casino, La Sonora Matancera y su espectacular nómina de cantantes, la Riverside y Benny Moré, los cuales difunden obras tan populares como, “La media naranja, A mi qué, En el tíbiri tábara, El bobo de la yuca, y Cañonazos”, entre centenares.
En la orquesta, el tiempo básico lo marca la clave. El contrabajo elabora un ‘tumbao’ con el tumbador y el tres-golpes en la rumba; las maracas refuerzan las figuras rítmicas constantes del cencerro, en los tiempos fuertes, mientras el piano armoniza su fraseo melódico, al lado de las trompetas que llevan la melodía centrada en las voces de los cantantes.
Jairo Tapia Tietjen
Sobre el autor
Jairo Tapia Tietjen
WikiLetras - In Memoriam
Codazzi, Cesar (1950-2018). Columna en memoria de quien fue un destacado colaborador de PanoramaCultural.com.co. Bachiller Colegio Nacional A. Codazzi, 1970. Licenciado en Filología Española e Idiomas, UPTC, Tunja, 1976; Docente en Colegio Nacional Loperena, 1977-2012. Catedrático Literatura e Idiomas, UPC, Valledupar, 1977-2013. Director Revista 'Integración', Aprocoda-Codazzi, 1983-2014; columnista: Diario del Caribe, Barranquilla, El Tiempo, Bogotá, El Universal, Cartagena, El Pilón, Vanguardia Valledupar: 1968-2012. Tel: 095 5736623, Clle. 6C N° 19B 119, Los Músicos, Valledupar- Cesar.
0 Comentarios
Le puede interesar
En cortinas de humo tenemos maestros
Sentarme a escribir semanalmente esta columna debería ser una rutina, pero ocurre que no, ya que pospongo su escritura y trabajo...
Con movilización democrática, Valledupar tendrá arreglo
Valledupar es una ciudad con mucho valor al encontrarse a orillas del río Guatapurí y en una posición geográfica privilegiada e...
Todos por un nuevo país
“El comunismo es una acción política que utiliza la bandera de lo social y sólo puede lucharse contra él, eficazmente a través d...
Siervo sin agua
Antes de que el sol saliera, a víspera de que este columpiara sobre las cumbres de la sierra nevada de santa marta, con distorsión ...
¿Por qué Álvaro López mereció ser Rey de Reyes?
Definitivamente la tecnología y las redes sociales sirven tanto para bien como para mal. En estos días, a raíz de que fui desi...