Opinión

El Día E y la desobediencia del magisterio

Diógenes Armando Pino Ávila

27/03/2015 - 06:30

 

El Gobierno Nacional a través del Ministerio de Educación ordenó la realización de una jornada nacional en todos los colegios de la Nación para que directivos docentes y maestros pudieran discutir cómo se encontraba su colegio y estudiaran diferentes posibilidades para mejorar en su quehacer, esta se hizo el día 25 de marzo.

Como siempre, la opinión del magisterio se dividió, unos pensando que no debería realizarse como argumentos sostenían que no podía haber “educación de calidad” si el gobierno no invertía más recursos en dotación para mejorar las condiciones de los colegios y así permitir un ambiente de aprendizaje propicio para realizar la labor educativa-; otros opinaban que la decisión de realizar dicha jornada era arbitraria ya que el Ministerio de educación no había consultado con la Federación de Educadores FECODE.

Uno de los argumentos esgrimidos en contra de la jornada era que se debía involucrar en esta a los padres de familia ya que estos hacen parte de la comunidad educativa y que su compromiso tiene un peso específico en el proceso enseñanza y aprendizaje. Otros muchos pensamos que era necesario hacer esta jornada, ya que nos permitiría actuar como colectivo para analizar la situación particular de cada colegio y reflexionar sobre nuestro rol dentro del proceso educativo.

Los voceros sindicales prendieron las alertas y llamaron a “desobediencia civil” por parte del magisterio para que no participaran en la jornada, es decir asistir al colegio y no realizar la programación propuesta por la ministra, esto generó debates al seno del profesorado, donde se sentaron posiciones respecto a la realización o no de la jornada del Día E.

Un sector asumió el acatamiento de la orden sindical y tomó la decisión de no realizar la jornada, es decir asistir al colegio y no participar en dicha programación, posición respetable pues todos tenemos derecho a la protesta dentro de los lineamientos que permite la Constitución y la Ley.

Otros asumimos una actitud crítica ante la posición de FECODE y decidimos participar en la jornada del Día E, en el entendido que el magisterio no tiene por qué rendir “obediencia debida” a las ordenes sindicales y que dentro del derecho que como ciudadanos y educadores tenemos está el derecho al disenso, y sobre todo, que en la lectura previa que se hizo al documento guía no encontramos absolutamente nada que lesionara los intereses de nuestro gremio.

Por éstas razones fue que el día 25 marzo en toda Colombia no hubo clases en los colegios y en algunos se hizo la jornada de reflexión y otros no.

No sé qué hicieron los compañeros que no participaron, pero en el caso nuestro, por lo menos en el colegio donde laboro, se hizo la jornada y dentro de las actividades que se realizaron, amenizadas por la lúdica, se hizo reflexión colectiva sobre nuestro papel en el proceso educativo y en dicha reflexión encontramos, o por lo menos detectamos, los aciertos y falencias que tenemos como institución y como educadores.

A partir del Índice Sintético de Calidad Educativa, logramos identificar y sobre todo comprender cuál era la situación real del colegio en términos de la calidad educativa y esta identificación y luego comprensión de nuestra situación real nos motivó de tal manera que pactamos compromiso de participación y apropiación para mejorar en los puntos críticos detectados. Vale decir que fue una jornada amena, productiva y necesaria en la que despejamos dudas, aprendimos en colectivo y sobre todo compartimos como equipo aprendiendo de los demás al tiempo que también cada cual nos enseñaba a todos.

Considero, es mi opinión personal, que los compañeros que no realizaron las actividades del día E lo hagan y de seguro encontrarán en éstas, muchas cosas que mejorarán su quehacer en el aula y en la institución.

Propongo que FECODE, programe una jornada nacional y que se llame el Día F o cualquier otra letra de nuestro abecedario, donde mediante una guía seria plantee sus puntos de vista y que de igual manera el magisterio tenga la posibilidad del disenso y se permita la discusión.

 

Diógenes Armando Pino Ávila

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

@Tagoto

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