Opinión
Se nos fue otro grande, Julio Rojas Buendía
En los diez años que llevamos escribiendo ininterrumpidamente esta columna nos ha tocado despedir a un gran número de los más connotados juglares, artistas y reyes vallenatos: Emiliano Zuleta, Moralito, Escalona, Leandro, Diomedes, Calixto Ochoa, Kaleth Morales y tantos más; hoy nos toca dedicarle estas líneas a uno de los más grandes acordeoneros que ha tenido el vallenato; no es gratuito que se coronara dos veces Rey del Festival de la Leyenda Vallenata y ganara muchísimos festivales a lo largo y ancho del territorio nacional.
Nacido en San Juan Nepomuceno Bolívar, dominaba el acordeón tanto en el vallenato puro como en lo que algunos llaman vallenato sabanero con una solvencia digna de admirar; Julio Rojas Buendía fue, sin duda alguna, un superdotado en el manejo de este instrumento; pero no solo era acordeonero; es difícil encontrar un personaje tan polifacético como Julio; también fue compositor; llegó a escribir columnas de opinión para varios medios del país; humorista y actor; fue un defensor acérrimo del vallenato clásico; se reconocía admirador y discípulo de la nota de Emiliano Zuleta Díaz.
Tuve la oportunidad de hacer parte de sus amigos. En varias oportunidades lo invitamos a los eventos folclóricos que organizábamos en Bogotá. Se coronó Rey de la categoría profesional en la edición número 5 del Festival Rafael Orozco en el año 1996 en la capital del país. Con Julio daba gusto entablar una conversación; era un hombre culto, inteligente y preocupado por los grandes problemas de la Nación.
Su paisano y colega Rafael Ricardo lo describe como: “A Julio nunca le vi una expresión de tristeza, nunca le conocí un sentimiento negativo. La amistad para él era un valor que trató de cultivar en todos sus conocidos. La bondad de Julio le tiene asegurado un puesto en el cielo, donde seguramente ya se encontró con otro de sus hermanos, Lizardo Bustillo, con quien grabó un disco excelente, en el que tuve el gusto de aportar mi granito de arena. Julio y Lizardo me pidieron que estuviera allí. Le hice coros a un puñado de canciones selectas de compositores como Adolfo Pacheco, Fernando Meneses, Roberto Calderón, Diomedes Díaz, entre otros.”
Hace apenas unos meses efectuamos un encuentro de Reyes Vallenatos en Bogotá y hablé con él para que nos acompañara en este evento que patrocinó el Instituto de Recreación y Deporte de esta ciudad, y me dijo que no podía porque se encontraba en plena recuperación de una cirugía de corazón abierto, pero que contara con él en una próxima ocasión; definitivamente ésta ya no será en la tierra.
Se nos fue uno de los más grandes, el dos veces Rey Julio Cesar Rojas Buendía, San Juan Nepomuceno está de duelo, el folclor del Caribe Colombiano y el País vallenato lo llora.
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar
La diáspora de colombianos hacia Venezuela: el caso de San Fernando (Magdalena)
San Fernando es un corregimiento del municipio de Santa Ana, al sur del departamento del Magdalena, importante despensa agrícola, ...
Mitos y realidades: el pachamamismo
Son incontables las historias que intentan dar una explicación de los acontecimientos naturales, la mayor parte de ellas se apean con ...
Antes y después del coronavirus
En el confinamiento obligado a causa del COVID 19, ciertamente hemos tenido tiempo para meditar y tomar decisiones hacia el futuro. Vol...
El opio del pueblo
Por estos días el patriotismo del colombiano aflora desde la piedra del Cucuy hasta cabo de Manglares y desde Punta Gallina hasta la...
¿A quién se le puede llamar juglar?
Por estos días me llegó un correo electrónico que me llamó la atención, toda vez que en él el remitente me hace una pregu...