Opinión

¿En qué país nacimos?

Jorge Nain Ruiz

07/10/2016 - 11:30

 

La historia de Colombia y la universal registrarán por años y siglos lo que ocurrió el domingo pasado en el país de Macondo, cuando la mayoría de la población decidió votar plebiscitariamente que no se implementen unos acuerdos de paz negociados durante más de un lustro entre el estado y un grupo insurgente que lleva más de medio siglo alzado en armas y causando muerte y destrucción a la nación.

Una clase dirigente obtusa, mezquina y sedienta de poder, puso por encima de un anhelo nacional sus intereses de contabilizar votos, convirtiendo un mecanismo de participación ciudadana en elecciones primarias presidenciales y llevando a más de medio país a una frustración colectiva e incertidumbre nacional de proporciones insospechadas.

La comunidad internacional no tiene explicaciones y no concibe como una actitud sensata de un pueblo que se niegue a transitar senderos de paz, luego de haber sido durante tanto tiempo preso de una guerra absurda y prologada que lo ha mantenido en la pobreza y el atraso.

Sabíamos que nuestro país tiene unos niveles preocupantes de falta de educación, como lo registran las pruebas internacionales; sabíamos que para muchos colombianos aún priman costumbres y tradiciones arcaicas que gran parte del mundo ha erradicado ya, pero no sabíamos que en pleno siglo XXI más de media nación podía dejarse embaucar tan fácilmente con tantas falacias y oscurantismo; tampoco sabíamos que la religión hubiese retomado en la era de las comunicaciones un poder tan descomunal, que fuese capaz de conducir al abismo como borregos hipnotizados a millones de compatriotas.

Un grupo de politiqueros y religiosos conservaduristas se dieron a la tarea de destruir con mentiras un castillo de ilusiones y esperanzas que llevó años construir y que nos abría una rendija por la que veíamos una patria distinta llena de progreso y concordia, esos mismos que ahora no saben qué hacer, que no tienen una hoja de ruta, ni unas propuestas concretas para recomponer lo que ellos decían estaban en condiciones de pactar en mejores términos.

Hay un adagio popular que dice que más vale pájaro en mano que ciento volando; hace menos de una semana tuvimos la paz o por lo menos una gran parte de ella en nuestras manos, pero inducidos por el egoísmo, el odio y la avaricia de poder de unos pocos, ahora hemos postergado ese anhelo y quién sabe por cuánto tiempo.

Hoy lloramos sobre la leche derramada; ríos de jóvenes llenan las calles y plazas públicas reclamando un país en paz y, mientras tanto, unos precandidatos presidenciales realizan cumbres para tratar de encontrar salidas a la encrucijada en que nos metieron solo por jugar a quién es más poderoso o quién tiene más votos. Qué mezquindad.

 

Jorge Nain Ruiz

@JorgeNainRuiz 

 

Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz

Jorge Nain Ruiz

Vallenateando

Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.

@jorgenainruiz

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Editorial: Acerca de los símbolos pacifistas

Editorial: Acerca de los símbolos pacifistas

El pasado 9 de abril un gran número de colombianos salieron a la calle motivados por el deseo de alcanzar la paz. Cincuenta años de d...

¿Corrupción en marcha?

¿Corrupción en marcha?

  La capacidad de asombro de los colombianos se ha agotado. Pareciera que hemos visto de todo, que ya nada nos asombra, o es tal el...

Juan Piña, el corista de todos los grandes

Juan Piña, el corista de todos los grandes

  El sábado anterior, en mi programa en vivo a través de redes sociales, ‘La Parranda de Naín’, el entrevistado fue nada menos...

Editorial: Las escuelas musicales y la difusión del folclor

Editorial: Las escuelas musicales y la difusión del folclor

Este mes de octubre, el Ministerio de Cultura hacía un énfasis en el esfuerzo desplegado para sostener y desarrollar una red de esc...

Territorio, identidad y cultura

Territorio, identidad y cultura

  Llevo varias semanas escribiendo sobre territorio, cultura e identidad, y, para ir cerrando el tema, creo necesario definir un poco...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La parranda y el parrandero en la música vallenata

María Emilia Aponte Mantilla | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados