Opinión
Elogio al maestro de escuela
Entender hoy lo que significa la labor del docente, es darse por enterado que son unas almas peregrinas que pasan por este mundo como un soplo, como unos enviados y ungidos por Dios para darle a nuestras vidas el rumbo correcto.
Para los que sabemos qué es estar en el aula de clase, qué es tener a todos esos alumnos juntos en un reducido espacio, cuando todos quieren volar y hacer sus propias vidas, se da uno cuenta que ser docente es una verdadera vocación, que viene de adentro esa luz para iluminar al que bien se arrime al candil y mire desde la atalaya lo que significada la vida.
Hombres y mujeres que tienen la gracia de ver más allá de nuestros dientes de leche, que con pincel en mano nos ayudaron a construir el paisaje que seguiremos taladrando el resto de vida que nos queda por delante. A esos maestros adivinos que, desde el primer dÃa de clase, ya sabÃan cómo serÃa el último y que seguÃa después del anhelado recreo.
Fueron y seguirán siendo nuestros padres y madres, porque saben más de nosotros que nosotros mismos. Y no se equivocaron al vernos hoy grandes y con bigotes orgullosos del niño indefenso que muchas veces corrió a sus brazos a ponerle quejas y mostrar las rodillas ensangrentadas.
Mi gran maestra de escuela, Edelmira Gaviria, quien descubrió y avivó en mà todos los talentos que hoy tengo: de cantar, bailar, declamar y escribir poesÃa, de darme la sensibilidad por el arte y la música, de modelar mi vida y ser yo, su orgullo de estudiante, de los cientos que pasaron por sus manos en treinta años de servicio dedicados a la docencia.
Gratitud y amor por mi maestra, pero no todos pueden contar la misma historia, hay quienes tienen los peores recuerdos de su niñez, cuando llegaba al salón la profesora x, y que fuera ella la culpable de haber cercenado la creatividad y los sueños de ser alguien diferente a lo que hoy es. Para esos maestros del mal, que arruinaron vidas y generaciones enteras, también se les debe reconocer que actuaron de la mejor manera, como creÃan que era la forma correcta de educar basados en modelos moralistas y timoratos de los cuales eran esclavos.
El elogio al maestro de escuela, debe servir para recordar aquellos primeros dÃas de la infancia, y aquellos años de rebeldÃa en la escuela, cuando el mundo estaba por descubrirse frente a nuestros ojos. Nadie más que el maestro con el fino olfato para descubrirnos en la mentira y en la tarea copiada del compañero de pupitre. Nadie más sincero en sus regaños y correcciones ortográficas, para salir del error y apabullar la ignorancia.
Respeto reverencial a ase maestro abnegado, desvelado calificando nuestras ilusiones, tratando de descifrar los garabatos que tenÃamos por letra hecha a mano alzada, sólo ellos podÃan leernos, por eso sabÃan quiénes éramos, cuando reÃmos y cuando llorábamos, cuando tenÃamos hambre y cuando los problemas de papá y mamá se dibujaban en nuestra mirada triste y cabizbajos.
Muchos de nuestros maestros de infancia ya están muertos, y se fueron de este mundo con la paz de saber que hicieron lo mejor que pudieron con lo que sabÃan, que fueron la pieza clave para armar el rompecabezas de sus estudiantes, que fueron protagonistas y a la vez actores de la novela de sus vidas.
Otros siguen vivos, mirando el ocaso, haciendo una remembranza de lo que fue haber aceptado el reto de ser maestro de escuela, de ser un guÃa, una luz, una puerta abierta para todo aquel que quisiera entrar a cualquier hora del dÃa. Ver su obra maestra terminada y cumplida, al recibir un abrazo y un beso en la frente de aquellos estudiantes rebeldes y reconocer ellos, sus regaños, como palabras llenas de sabidurÃa que la niñez no entiende y en la juventud se olvidan.
Gracias, maestros de escuela, sobre sus hombros está el verdadero futuro del paÃs.
Â
Eber Patiño RuizÂ
Â
Â
Sobre el autor
Eber Patiño Ruiz
Hablemos de…
Eber Alonso Patiño Ruiz es comunicador social, periodista de la Universidad Católica del Norte Sede Medellin, Antioquia. Su gran pasión es la radio y la escritura. Tiene dos novelas terminadas y una en camino, un libro de cuentos y otro de historias fantásticas; tres libros de poesía: Huellas, Tiempos y Expresión del alma.
0 Comentarios
Le puede interesar
El abuso de andar recomendando lecturas
 Cuando me recomiendan lecturas me entra por un oÃdo y me sale por el otro, lo considero un abuso, ¿qué se creen los otros para...
Editorial: El plato tÃpico de Valledupar
Algunas preguntas pueden parecer evidentes y, sin embargo, no tienen respuesta clara. Tuvimos un ejemplo perfecto en el Foro Gastronóm...
La esplendorosa misión de aliviar
El martes 5 de enero de 1962, mientras fenecÃan las horas posibles para la entrega de aguinaldos, sobre las siete de la mañana, entrÃ...
Vamos ganando
 Por donde comenzamos. Ni idea, pero vamos ganando. Estamos en la época de la posverdad y mentir o disimularlo es nuestra defensa...
Los caminos de Ana Antonia
 La vida son instantes eternos. Como aquel instante que tuviste a bien compartir en un mes de octubre en el cual se rendÃa homenaje...