Opinión

El poder colosal de nuestra voz

Ilka Oliva Corado

16/01/2019 - 05:40

 

 El poder colosal de nuestra voz

 

Nos hemos acostumbrado a que otros opinen por nosotros, porque creemos que lo que nosotros tenemos que decir no es importante, que carece de consistencia y sentido: por no tener el grado de escolaridad, por no ser de tal clase social, por no ser de tal color de piel, de tal género, por tener tal peso, por tener tal edad, tal estatura, tal adicción; en uno de los tantos patrones con los que hemos crecido en este mundo de estereotipos, cobardía, clases sociales, presunción y patriarcado. 

Y guardamos silencio, con el corazón a mil, con las palabras como borbotones anudándose en nuestra garganta, sin salir; por miedo, por vergüenza, por timidez, por no tener el valor de atrevernos a escucharnos a nosotros mismos y a que otros escuchen lo que tenemos que decir. 

Y es así como nos vamos relegando, auto censurándonos, nos aislamos, nos convertimos en las masas que ven cómo otros hablan por ellas, cómo otros sí se atreven a decir; cómo otros sí elevan la voz, sí expresan su opinión, sí debaten, sí cuestionan, sí proponen, sí crean. Y lo que es peor, muchas veces en una inconformidad propia de la lucha personal y los demonios personales, a esas personas que sí se atreven las apedreamos por haber tenido las agallas de hacer lo que nosotros no. Y nos pudrimos por dentro, en el silencio, la ira y la frustración. De ahí que existan las drogas medicadas con las que permitimos nuevamente que otros nos digan qué sentimos, qué pensamos y qué debemos hacer con nuestras vidas.  

Generalmente a esos otros les damos el poder de pronunciarse en nuestro nombre, aunque muchas veces no estemos de acuerdo con lo que tienen que decir; el creer que no somos importantes y por ende no es importante tampoco lo que tenemos que decir nos paraliza y es así como vemos a distancia la imposición de un sistema que nos convierte en marionetas. En las masas frente al televisor. En las masas creyendo todo lo que dicen quienes manipulan la información. En las masas dando vueltas en los centros comerciales, ansiosas, añorando comprar lo que no necesitan. 

En hijos que no se atreven a hablar con sus padres, en padres que no se atreven a conversar con sus hijos, en parejas sin comunicación que terminan engañándose y fingiendo estabilidad para no romper con lo que saben que es una farsa, en amistades de mensajes de texto. En estudiantes que no se atreven a cuestionar a su maestro, en docentes que son incapaces de cuestionar a sus alumnos. Porque el deber del docente es otro, no han dicho y no nos hemos atrevido a romper con lo que otros nos impusieron. 

Y adentro nuestra voz devanándose por salir, reventándonos el pecho, doliéndonos los huesos, a flor de piel la enclaustramos una y otra vez. Y así nos sucede, y se nos pasa la vida, dejando que otros nos digan qué pensar, qué comer, cómo vestirnos, porque somos incapaces de escuchar nuestra propia voz. ¿Qué sería de nosotros el día que la dejáramos salir? ¿Qué seríamos como humanidad? ¿Cómo seres individuales? ¿Cómo género? ¿Cómo sociedad que se atreve a derribar patrones opresores? ¿Derribando clases sociales y estereotipos?  ¿Cuándo seremos nosotros expresando para que otros escuchen lo que tenemos que decir? Ese día tal vez desaparezcan las drogas recetadas que nos mantienen sedados y excluidos de nuestro propio ser y de nuestra propia voz. 

Ese día desaparecerían las fronteras que nos impusieron. Ese día empezaría el sueño de otro mundo inclusivo y tal vez, de perdida, en algún malaya, no veríamos más niños viviendo en las calles porque escuchando nuestra propia voz, sabríamos que los niños del mundo también son nuestros hijos. 

 

Ilka Oliva Corado 

@ilkaolivacorado

Sobre el autor

Ilka Oliva Corado

Ilka Oliva Corado

Crónicas de una inquilina

Escritora y poetisa. Ilka Oliva Corado nació en Comapa, Jutiapa, Guatemala, el 8 de agosto de 1979. Hizo estudios de psicología en la Universidad de San Carlos de Guatemala, carrera interrumpida por su decisión de emigrar a Estados Unidos en 2003, travesía que realizó como indocumentada cruzando el desierto de Sonora en el estado de Arizona. Es autora de dos libros: Historia de una indocumentada travesía en el desierto Sonora-Arizona, y Post Frontera.

@ilkaolivacorado

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Homenaje a un grande

Homenaje a un grande

Este ser excepcional y maravilloso nació en san miguel de las palmas de Tamalameque, el 26 de octubre de 1953, en el seno de un hoga...

Carta abierta al señor Gobernador

Carta abierta al señor Gobernador

En alguna parte, en algún libro, en algún texto leí (palabras más, palabras menos) que la educación prepara a los jóvenes de ho...

El oficio de seducir

El oficio de seducir

El principal instrumento de desarrollo económico que tiene Valledupar no es la ganadería, ni la agricultura, ni la construcción, ni ...

Una campaña reñida y sucia

Una campaña reñida y sucia

  A punto de cerrase el ciclo de la segunda vuelta electoral para la presidencia de Colombia es necesario darle una mirada a los ev...

La Guajira: la energía que somos y la visita de Petro

La Guajira: la energía que somos y la visita de Petro

  La Guajira es la Dama de Colombia, único departamento entre 32 del país que se escribe en femenino, además tenemos la riqueza de...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La Parranda vallenata

Carolina Rosa Guerra Ariza | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados