Opinión

Avalancha

Diego Niño

30/03/2020 - 05:35

 

Avalancha
El Nevado del Ruiz / Foto: Telesur

A las nueve de la noche del miércoles 13 de noviembre de 1985, el Nevado del Ruiz expulsó tefra dacítica a más de treinta kilómetros de distancia, generando una avalancha que mató a 22 mil personas. Fue una tragedia que se pudo evitar: el volcán llevaba casi un año con fumarolas y lluvia de ceniza. A esto se le agrega que Gabriel Muñoz Ferrada, vulcanólogo chileno, había concluido que el nevado del Ruiz tenía deshielos cada 100 años. De acuerdo a la información histórica, estableció que habría una nueva erupción a finales del siglo XX.

Ninguna autoridad le hizo caso.

En septiembre de 1985, Hernando Arango Monedero, representante a la Cámara por Caldas, advirtió en el Congreso sobre la inminencia de la erupción. Sus colegas se burlaron de él, bautizándolo el Nostradamus caldense. Iván Duque Escobar, ministro de Minas (padre del actual presidente) tampoco le hizo caso. Días después, Ramón Antonio Rodríguez, alcalde de Armero, pidió una cita con Iván Duque (padre) para advertirle de la inminencia del desastre, pero el señor ministro dijo que no tenía tiempo para recibir alcaldes. Entonces Ramón pidió cita con Eduardo García Alzate, gobernador del Tolima, quien tampoco lo atendió. A las nueve de la noche se encendieron las alarmas. La única emisora que llegaba a Armero se negó a transmitir la orden de evacuación porque no quería interrumpir el partido de fútbol. Y no es para menos: en Colombia es más importante el fútbol que la vida de 22 mil personas.

 

Diego Niño

@diego_ninho

Sobre el autor

Diego Niño

Diego Niño

Palabras que piden orillas

Bogotá, 1979. Lector entusiasta y autor del blog Tejiendo Naufragios de El Espectador.

@diego_ninho

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Derechos humanos vs Barbarie

Derechos humanos vs Barbarie

Nos piden paz y cordura, pero de eso nunca nos han dado nada. Jhon  Flórez La historia de esta nación se ha fraguado entre charcos...

Crecer duele

Crecer duele

  ¡Es  cierto! Crecer duele, así me lo decía mi madre, cuando el dolor de piernas de niño, me  recordaba que estaba creciendo...

La música es de épocas

La música es de épocas

  Mis hijos tratan de averiguar qué pienso del nuevo vallenato y por estos días me preguntan: Papá, ¿ya se escuchó el nuevo disc...

Se nos fue Carlos Melo Salazar

Se nos fue Carlos Melo Salazar

  En 1982, cuando llegué a Bogotá, dos personajes del Caribe colombiano le daban trascendencia a la música vallenata en la capital...

Respirando paz y nos asfixia Odebrecht

Respirando paz y nos asfixia Odebrecht

  En nuestro país, después de iniciado en firme el proceso de paz y el cese bilateral del fuego, se vive y se respira un ambiente...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La parranda y el parrandero en la música vallenata

María Emilia Aponte Mantilla | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados