Opinión
El silencio de la justicia ante el estruendo de las armas
Los hechos ocurridos el pasado 24 de octubre, en el municipio de Puerto Colombia, Atlántico, más exactamente en un lugar conocido como Punta Roca, donde murieron dos personas y se habla de varios heridos que fueron atendidos en clínicas del sector tras un cinematográfico enfrentamiento a bala, quedaron registrados en cámaras de seguridad y cortos videos filmados por los mismos asistentes. En ellos se vieron involucrados una vez más los sones de acordeones, emblema de nuestras tierras.
Ya nos hemos acostumbrado con que las agrupaciones vallenatas sean las predilectas por los capos de la mafia y políticos corruptos detenidos en cárceles colombianas, como también en fiestas donde son contratados por personas de oscura procedencia. Esta balacera en el municipio atlanticense no fue la excepción.
Todo hubiera pasado desapercibido, si no fuese por la divulgación de la noticia por los medios de comunicación y las redes sociales, que siguen jugando un rol de gran importancia en una sociedad que aspira a valores democráticos. Tras la iniciativa de los diálogos regionales vinculantes en la ciudad de Barranquilla asistiditos por el presidente de la república Gustavo Petro, este mismo le habría pedido a las autoridades competentes investigar a fondo este suceso armado en Punta roca.
De acuerdo a versiones periodísticas, en este evento marcado por hechos de sangre, al parecer asistieron distintas personalidades, desde políticos, funcionarios de investigación, influencers, artistas y hasta personajes de la mafia. Ahí se teje una gran matriz de opinión.
¿Hasta qué punto los tentáculos de la mafia han permeado a nuestra sociedad? Estos hechos no son nada nuevo en nuestro país, lo que nos conduce a reflexionar sobre el papel que debe jugar las justicia, y si verdaderamente la legislación nacional es restrictiva en el porte de armas en mano de particulares, un monopolio que debe ser exclusivo del Estado. Ver un sujeto en medio de la multitud, posando con un arma de largo alcance, que con voz violenta impone sus pretensiones debe ser un hecho que llame al repudio. No estamos hablando de circunstancias acaecidas en lejanos territorios donde el estado frecuentemente es suplantado por actores armados. Estamos hablando de un municipio del área metropolitana de la cuarta ciudad más importante del país y la que se considera la capital de la costa Caribe colombiana, como es la ciudad de barranquilla.
Nuestra sociedad debe exigirle más a los organismos de investigación criminal con la ayuda de los medios tecnológicos y científicos, el diseño de una política criminal que prevenga la consumación de hechos violentos ya que nos estamos acostumbrando con la desbordante ola delincuencial en campos y ciudades, que nos tienen presos en nuestras casas, tomando las medidas de protección para que no se nos despoje de nuestra tranquilidad y que los ciudadanos no impongan la justicia con sus propias manos.
Cierro este articulo felicitando la valerosa labor de los medios de comunicación, como también el de las redes sociales, que han sido la nota positiva ante la desesperanza de una sociedad que, por momentos, pierde la fe, pero que la recobra ante el gran trabajo de mujeres y hombres movidos por el interés de mantenernos bien informados.
Nerio Luis Mejía
Sobre el autor
Nerio Luis Mejía
Pensamientos y Letras
Nerio Luis Mejía es un líder comunal, defensor de los Derechos Humanos, quien ha realizado de manera empírica un trabajo de investigación acerca de las causas que han propiciado -y siguen alimentando- el conflicto armado y social colombiano. Mediante sus escritos, contextualiza las realidades territoriales.
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