Turismo

La CDMX que conocí

Bayron Araujo Campo

09/10/2018 - 03:35

 

La CDMX que conocí
Bayron Araujo Campo en la ciudad de México

La ciudad amanece ante un sol lento que despunta después de pasada las 7am. A veces me despierta el hombre del gas con su voz resonante que se pierde en el laberinto de las calles o el ruido de los aviones que a baja altura parece retumbar los ventanales del tercer piso en el que vivo. Salir a esa hora es respirar el olor a atolito, pasar por una variedad de puestos de tamales para escoger al gusto: verdes, de mole, dulces…, mientras se espera al “camión”, a lo que en Colombia conocemos por buses.

La ruta inicia desde San Juan Tlihuaca, antiguo pueblo “de lo negro” que aún conserva sus aires provincianos, hasta el centro de Azcapotzalco. Ese mismo camión me deja cerca de la estación del metro Camarones. Bajarme y caminar es una forma de respirar a México, a los lados uno parece tropezarse con los puestos de tacos con sus trompos gigantes de carne al pastor con su corona de piña, de quesadillas, huaraches, elotes, burritos y tanto chicharrón que da miedo.

La estación del metro Camarones es ciertamente profunda, se baja por 4 escaleras eléctricas hasta hundirnos entre la línea naranja. La espera es corta y los recorridos por la ciudad son rápidos, mientras no llueva o coincidamos con la hora pico, donde toda la gente parece volverse loca por llegar a sus destinos. A medida que se avanza, se suele escuchar cumbia, corridos norteños y rancheras, o personas que al estilo más macondiano buscan sorprender a través de un arte para ganarse la vida.

Luego de avanzar dos estaciones del metro, llego a Tacuba, donde transbordo a la línea 2, que me lleva hasta el centro histórico de la ciudad. Recorro por un largo pasillo en cuyos alrededores exhiben portadas de periódicos a medida que pasa la multitud y al fondo, una niña sentada que emite un “aleluya” cada vez que concreta una venta de dulces. El ruido sordo de las pisadas se fusiona en una marejada de sonidos salvajes, hasta llegar a la gran serpiente mecánica de color azul que al frenarse estalla un sonido chirriante, esta abre sus puertas por unos segundos y al cerrarse, exhala y continúa su marcha.

Me bajo en el Palacio de Bellas Artes, un recinto cultural, muy seguramente el más emblemático en la manifestación de las artes en México. Caminar en todo ese entorno es un pase directo al pasado, no solo por su estilo arquitectónico, sino por lo inundado de melodías nostálgicas de los vagantes organilleros con trajes de capitán, que hacen resonar la magia y la sencillez del cilindro entre los pasillos que forman los inmensos y antiguos edificios.

El Centro Histórico de la Ciudad de México es un lugar donde el tiempo se cruza: por un lado, las ruinas de lo que fue el gran templo ceremonial de la capital azteca; a un costado, los danzantes con sus penachos rindiendo homenaje al pasado al ritmo de las percusiones y el movimiento de sus cuerpos; por otro, la emblemática Catedral Metropolitana por cuyas puertas cruzan cientos de creyentes católicos diariamente; el Palacio Nacional, sede del gobierno edificada sobre lo que alguna vez fue la casa de mando del emperador azteca Moctezuma, y, en el centro de todo ese esplendor arquitectónico, una bandera tricolor ondeante, símbolo de un país orgulloso de sus raíces y multiculturalidad.

 

Bayron Araujo Campo

2 Comentarios


Maru 09-10-2018 11:00 AM

Una linda crónica con sabor y movimiento.

Cecilia MONTIEL 09-12-2018 12:00 AM

Gracias por escribir así de mi México lindo y querido!

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Riohacha, el Caribe en su estado más auténtico

Riohacha, el Caribe en su estado más auténtico

  Sentada frente al mar, y acariciada por un calor caribeño acogedor, Riohacha tiene esa belleza que transforma las ciudades pequeñ...

Patillal, una tierra de compositores

Patillal, una tierra de compositores

A pocos kilómetros de Valledupar, yendo por los viejos caminos a la Sierra Nevada, y pasando por La Mina y Atánquez, se encuentra el ...

Cinco lugares de interés en Semana santa en la costa Caribe de Colombia

Cinco lugares de interés en Semana santa en la costa Caribe de Colombia

  La Semana santa es una de las mejores épocas para acercarse a las tradiciones regionales. En estos días revive la vida en los cen...

Tres lugares emblemáticos del Festival vallenato

Tres lugares emblemáticos del Festival vallenato

  A lo largo de los más de cincuenta años de vida del Festival de la Leyenda Vallenata, algunos escenarios de la ciudad de Valledup...

ETIAS, el permiso necesario para viajar a Europa a partir del 2023

ETIAS, el permiso necesario para viajar a Europa a partir del 2023

  La forma en que se viaja a Europa está a punto de cambiar. Los ciudadanos de al menos 60 países -en los que se incluye a Colombia...

Lo más leído

La historia detrás de la canción “La piragua” de José Barros

Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi | Música y folclor

La Muerte de Abel Antonio

Álvaro Rojano Osorio | Música y folclor

Los mejores comienzos de novela en español

José Luis Hernández | Literatura

El discutido origen de la arepa

Redacción | Gastronomía

Leer no duele

Diógenes Armando Pino Ávila | Literatura

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados