Artes escénicas

Boris Serrano y la magia del teatro

Redacción

17/02/2012 - 14:16

 

Boris SerranoBoris Serrano es una de esas personas que te hacen reflexionar sobre el verdadero sentido del arte. Un Hombre de ideas claras y de acción que, además de tener talento, se esfuerza en darlo todo.

Su energía impregna cada una de sus palabras, cada uno de sus gestos. En sus ojos brilla esa pasión por las artes escénicas ––por el  teatro y el mimo–– y, cuando habla, descubrimos a un hombre que no ha tenido miedo a la hora de escoger su camino y de explorar lo que le da motivo para vivir: la actuación.

Desde jovencito, los profesores percibieron su capacidad para expresar los sentimientos y le propusieron formarse en la Casa de la Cultura en el año 1986 con un grupo de actores llamado “la Tabla rota”.

Él llegó con el atrevimiento y las ganas que le caracterizan. En plena auditoría, le preguntaron a qué venía y él respondió con un desparpajo digno de todo artista sin limitaciones: “¡Voy a ver si entro a esta mierda!”. La reacción inmediata fue de recelo. ¿Cómo se atreve un joven a hablar de esta manera antes de una prueba? Y sin embargo, el talento de Boris se impuso. El hombre se integró al grupo y empezó a ensayar con toda la fogosidad de un adolescente.

En el año 91, participó con Caracol en la grabación de la serie televisiva sobre Rafael Escalona haciendo extras y apoyando en las tomas de ciertas escenas. Luego, le entró la fiebre por irse a Bogotá, por aprender y practicar su arte en la gran ciudad.

Sin embargo, el impulso le llevó a irse con pocos ahorros. “Me fui con sólo 80.000 pesos y a las pocas semanas me tocó hacer teatro en las calles ––comenta Boris con una sonrisa––. Hacía mimo e imitación en las calles”.

Esa experiencia callejera le ayudó a ganar experiencia en la improvisación y el manejo del público. Y mientras tanto, Boris seguía buscando otros espacios donde practicar su arte y ganarse la vida. “Hice hasta anuncios de televisión”, nos explica.

En total, Boris estuvo ocho años en Bogotá. Ocho años en los que participó en algunas telenovelas, trabajó en el Festival Iberoamericano, hizo amistades enriquecedoras y se fue labrando una imagen de artista completo.

En el 96, el Festival Iberoamericano le ofreció la oportunidad de irse a Brasil y, para viajar en mejores condiciones, Boris Serrano decidió regresar a Valledupar y acrecentar sus ahorros.

“Pensé en ganarme dos millones de pesos con el show de Pochorito”, nos comenta el actor, pero su desilusión fue grande. “Me vine y nada”, añade con ironía. En aquella época, y desde entonces, el teatro no deja de ser una expresión marginada y desprestigiada en el Cesar.

A su vuelta en Valledupar, Boris conoció a su esposa y se interesó por las agrupaciones locales de teatro. “Empecé a pelear como un Quijote ––comenta Boris––: No entiendo cómo la gente puede gastarse 600.000 pesos en una picada y no estar dispuesto ni siquiera a pagar 10.000 pesos para un espectáculo artístico”. El contraste con Bogotá era notable.

Esa batalla le llevó a empuñar el lapicero y redactar una columna periodística con la cual se ganó los elogios del Círculo de periodistas y un Premio Sirena. “Esto le dio más trascendencia al personaje”, explica Boris.

Sin embargo, a partir del año 2000, empezó otro ciclo de su vida en el que la violencia armada tuvo una notable influencia.  “Dejé de ser el hombre tan expresivo de siempre ––comenta Boris––. Había que limitar el lenguaje”.

Ahora, unos años después, nuestro entrevistado se centra en su gran proyecto: la Fundación Tea con la cual quisiera crear una escuela de formación. “Estoy fundamentando la sede de la fundación y trabajando en dos obras”, nos revela.

Una de ellas es “Un parque y tres conflictos”: una obra de teatro que incluye instrumentos musicales y habla de la violencia, la adversidad y el recurso a la unión como fuente de prosperidad. Desde ya, esperamos poder ver esa obra ambiciosa en Valledupar.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Orlando Liñan, el actor idóneo para interpretar a Diomedes Díaz

Orlando Liñan, el actor idóneo para interpretar a Diomedes Díaz

Es locuaz, espontáneo, gracioso, buen cantante y, además, muy parecido a Diomedes Díaz. ¿Qué más podrían pedir los productores d...

Las danzas tradicionales, conversadas en Valledupar

Las danzas tradicionales, conversadas en Valledupar

En el teatro de la casa de la Cultura de Valledupar, sobre las tablas de madera  que lo componen, las agrupaciones de danzas exponen s...

El grupo teatral “Quartier Latin” en su primera presentación

El grupo teatral “Quartier Latin” en su primera presentación

Viernes 16 de noviembre. La Escuela de Bellas Artes de Valledupar registra un murmullo inhabitual. Decenas y centenares de personas se ...

El baile flamenco y su construcción histórica en la Andalucía de los siglos XVI-XXI

El baile flamenco y su construcción histórica en la Andalucía de los siglos XVI-XXI

  Los primeros datos históricos que se tienen sobre el baile flamenco los encontramos a partir del último tercio del siglo xviii. L...

Boris Serrano y la magia del teatro

Boris Serrano y la magia del teatro

Boris Serrano es una de esas personas que te hacen reflexionar sobre el verdadero sentido del arte. Un Hombre de ideas claras y de acci...

Lo más leído

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Muerte de Abel Antonio

Álvaro Rojano Osorio | Música y folclor

Origen del Festival de la Leyenda Vallenata: un viaje en el tiempo

Simón Martínez Ubárnez | Música y folclor

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

La Parranda vallenata

Carolina Rosa Guerra Ariza | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados