Artes plásticas
María Gabriela Egurrola y su obra "Naturaleza muerta"
Jugar con las palabras y las expresiones es una de sus especialidades. María Gabriela Egurrola ya nos lo había demostrado con su serie de trabajos “Plátano hay. Plata no hay”, donde, a través de anécdotas ineludibles y coloridas de la vida caribeña, la artista expresaba un mensaje social crítico e irónico sobre la situación de su región.
Pues bien, con su última obra “Naturaleza Muerta” –ganadora de un estímulo en el Salón de Artistas del Cesar–, la artista gráfica vuelve a confirmar ese estilo basado en la observación diaria de la sociedad y el uso de expresiones clásicas.
Esta vez, su creación adopta la forma de una intervención constituida de 3 plataformas de dimensiones parecidas que se ubican en el suelo. Cada una de ellas recrea una perspectiva insólita, sacada de esas películas policiacas (o incluso de la realidad), donde una cinta señala la presencia de un cadáver para que la muchedumbre no se acerque o se atraviese.
En la primera, observamos un feto muerto, mientras que en las dos siguiente encontramos unos pulmones y una pierna. Los colores también tienen su simbología: el rojo alude al fluido vital, a la sangre, mientras que el negro nos recuerda la presencia de las minas que devastan el paisaje cesarense y el verde el de los campos donde se alojan otros tipos de minas.
La presencia de zapatos de distintos aspectos (chancletas, botas, calzados elegantes) nos abren los ojos sobre la realidad: una gran mayoría de personas se dejan cautivar por el espectáculo de la muerte e incluso los mismos medios de comunicación juegan con ella para tener mayor audiencia.
“Esos periódicos a 500 pesos donde se puede ver una persona muriendo en primera página es un ejemplo de esa realidad”, expresa María Gabriela con un gesto de inconformidad.
Si indagamos en la historia, descubrimos que la expresión “Naturaleza muerta” fue muy popular en el arte del siglo XVII. “Se refería esencialmente a obras lindas, como frutas y objetos particulares, piezas cromáticas, que hoy se conocen como obras figurativas o bodegones”, nos comenta la artista.
Con su trabajo, María Gabriela logra ofrecer una perspectiva diferente de la naturaleza muerta, algo más literal, cambiando los significados, creando nuevas asociaciones (como nuestra forma de concebir y jugar con la muerte). Pero sobre todo, consigue que el público se cuestione a sí mismo y se pregunte si es también parte de ese entretenimiento social donde todo es válido, incluso recrearse con el sufrimiento de los demás.
“Lo que aparece en esta obra es cómo el hombre atenta contra su propia naturaleza, contra su vida, contra su salud y contra su integridad”, argumenta María Gabriela.
Sorprendida por ese estímulo que viene a premiar ese esfuerzo de originalidad, la artista se muestra humilde y realista. “Yo trabajo con el deseo de seguir creando, independientemente de que lleguen o no los premios”, manifiesta.
Su intervención, expuesta en la gobernación del Cesar, circulará próximamente por todo el departamento junto con las obras de los otros 25 artistas presentes en el salón.
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