Artes plásticas
Sergio Liñan: “En el dibujo no existen los límites”
En la sala de exposiciones de la Alianza Francesa de Valledupar, los dibujos de Sergio Liñan causaron este fin de año una extraña sensación dentro del público.
La fineza del trazo y la sutileza de los contrastes podían inducir al error y dar la sensación de estar en frente de una fotografía y eso es lo que buscaba el artista: confundir al observador y llevarlo a un cuestionamiento sobre lo real y lo figurado.
El realismo que cultiva Sergio –y que tuvo un espacio notable en la exposición Miradas e Instantes– genera esa duda que muchos artistas anhelan. Es una técnica que exige una enorme concentración y una gran inversión de tiempo.
El joven artista cesarense, alumno de Bellas Artes, dedica como mínimo un día entero a cada una de sus obras. Le gusta terminarlas enseguida, sin dejar que el retrato repose, y eso le lleva a incomunicarse en su casa.
“Me entrego totalmente a la obra”, nos explica Sergio y parece que lo hiciera de cuerpo y alma. De hecho, se entrega tanto a ella que en algunas ocasiones ha experimentado complicaciones de salud. “He tenido que ir a la clínica porque veía borroso –admite–. Se me cansó la vista”.
Sus ganas de recrear la realidad nacen de una aprensión. Desde muy joven, Sergio sintió miedo por a la figura humana, vio en ella algo extremadamente difícil de retratar, y sin embargo, no se dejó amilanar y se puso como objetivo reproducirla con el más mínimo detalle. En la actualidad, tras meses y años de ejercicio disciplinado, a veces obsesivo, Sergio Liñan ha conseguido colocarse entre los dibujantes más realistas de Valledupar.
El joven artista ve el dibujo como una forma de superación y crecimiento. Parece incluso concebirlo como una práctica deportiva donde el único rival es él mismo. “En el dibujo no existen los límites”, manifiesta.
Con el tiempo, su técnica se ha afinado hasta seguir unas pautas muy claras. “Cuando desarrollo una obra, me baso primero en las luces y sombras, y lo demás surge”, nos explica. Además, inicia siempre sus retratos por los ojos (la mirada), y luego sigue con la nariz y las orejas.
La mujer es lo que pinta con más frecuencia. Gran parte de sus modelos son mujeres y la explicación puede explicarse en el número de horas que dedica a cada dibujo. “Se me hace más fácil observar una mujer –explica con una sonrisa–. ¡Las mujeres se prestan más para esto!”.
Johari Gautier Carmona
Para PanoramaCultural.com.co
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