Artes plásticas
El arte en el Caribe: ¿Cuál es el panorama?
Como toda cultura, el Caribe dispone de artistas peculiares que recrean el mundo a su manera, desde una óptica personal.
A través de ellos circulan unos códigos, un lenguaje, un contexto que conforma la identidad de nuestra región. El arte es, finalmente, un compendio de imágenes que tiende a desvelar nuestro más profundo ser, nuestras sensibilidades, pero de manera dialogada.
Para que una obra tenga sentido es también necesario que una persona lo observe y lo interprete. La dialéctica es primordial para que el arte sea arte.
Todas estas cuestiones fueron abordadas sutilmente en el último conversatorio del Banco de la República de Valledupar centrado en la temática del arte hoy en día en el Caribe.
En este encuentro, el artista y curador bogotano residente en la Costa, Rafael Ortiz, pudo hablar de su labor dentro del proyecto cultural Imagen Regional y de sus impresiones sobre el arte caribeño.
Imagen Regional es un programa nacional que ha alcanzado su séptima edición y promueve el diálogo entre artistas, curadores y comunidades. A través de esta iniciativa es posible descubrir a nuevos talentos y hacerse una idea de las tendencias regionales.
Rafael Ortiz se encarga especialmente de escrutar el horizonte caribeño que se divide en tres segmentos: el Caribe costeño (Barranquilla o Santa Marta), el Caribe rural y el Caribe profundo (Valledupar).
Pero, ¿qué hace que una obra de arte pueda considerarse caribeña? En realidad no hay respuesta clara, sino una combinación de factores que pueden ser los siguientes: los símbolos o elementos utilizados, la tonalidad, el mensaje y la temática.
Entre los ejemplos que destacó Rafael Ortiz –y que pueden considerarse como tendencia– está el trabajo de intervención pública que hizo el artista Carlos Funes. La fotografía de una plaza plagada de colillas de cigarrillos enormes genera una sensación de desconcierto y llama la atención sobre los efectos nefastos sobre la salud.
Según el curador, esta obra es elocuente de una sensibilidad caribeña por su extravagancia y contundencia. “El mismo tema no habría sido abordado de la misma forma por una persona de Pasto”, expresó Rafael Ortiz.
Otro ejemplo interesante de la expresión artística caribeña es María Gabriela Egurrola. Esta joven sanjuanera residente en Valledupar, ha creado a través de su obra “Plátano hay, plata no hay” una serie de imágenes que juega con el lenguaje, los elementos de la vida diaria caribeña y los colores típicos de la región.
Su mensaje contestatario y rebelde se inscribe en una estética Pop muy sutil. Mientras por un lado denuncia los altos precios de ciertos productos de primera necesidad u otros grandes desequilibrios de la sociedad, por otro lado sus obras siguen exponiendo los colores vivos y alegres del Caribe.
Esta mezcolanza de sensaciones es, finalmente, propia del Caribe y refleja la complejidad de un universo en el que la belleza va de la mano con los elementos más controvertidos.
Queda claro que los artistas caribeños tienen mucho que decir y de un modo muy pertinente. Lo único que les queda por definir son los espacios en donde encontrarse y llegar a ser (re)conocidos.
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