Artes plásticas
Arnulfo Luna y el fulgor del arte caribe
Seis años han pasado desde su última exposición en Valledupar. Durante este tiempo Arnulfo Luna ha seguido explorando el arte que hoy lo caracteriza a los ojos de toda la costa.
Ardoroso y temperamental, expresivo y directo, el maestro se involucra en cada cosa que hace y lo vive de manera intensa. Su largo recorrido por las salas colombianas, británicas y americanas ha contribuido a construir una imagen que hoy es fácil de reconocer.
El jueves 2 de agosto llegó de Barranquilla para presenciar la inauguración de su exposición en la biblioteca Rafael Carrillo. El aguacero no le impidió exponer las principales características de su trabajo y los medios se hicieron un gusto en entrevistarlo.
Por un lado, está la obra hiperrealista de Luna iniciada en los años 70. Dibujos hechos con pastel y lápiz que logran acapararse de las expresiones más ínfimas de mujeres ubicadas en el interior de una casa.
Se asemejan a fotografías en color que interpelan al visitante con sus personajes que exhalan una tristeza desbordante. Sus miradas, sus poses, los lugares en los que se encuentran, la tonalidad empalidecida: todo sugiere una soledad asoladora y un sentimiento de desorientación.
“La pintura europea ha influido en mi estilo –reconoce Arnulfo–. Los pintores europeos utilizan esa figura solitaria y ese tono de nostalgia como yo las utilizo”. Y esa influencia europea tiene su raíz en la estancia que el artista hizo en París, donde pudo completar su formación plástica con diversos talleres de grabado.
El otro lado de la exposición de la biblioteca Rafael Carrillo desvela una obra totalmente distinta. Pinturas que recrean la esencia del Caribe con colores vivos y escenas típicas de la costa colombiana. El rojo, el amarillo y el azul se enzarzan en unas imágenes inanimadas donde destaca un objeto (un camión, una puerta, una fachada).
La decrepitud de ciertos elementos contrasta con la agilidad de las tonalidades. El inmovilismo de los objetos choca con las impresiones y los matices de las pinceladas. Todo en esta obra sugiere contrastes y dualismos que generan un resultado estéticamente único.
Finalmente, ése es el sello de la obra de Luna: una creación que abarca distintas expresiones y se complementan. La exuberancia frente a la sobriedad. La precisión ante la impresión del observador. Y sin embargo, el artista tiene muy claro cuál es su especialidad. “Me considero más dibujante que pintor”, nos explica reflexivo ante una pintura.
Preguntado sobre su experiencia en Valledupar, Arnulfo se muestra decepcionado y expresa un sentimiento de abandono por las instancias de poder regionales. “Siento que el arte ha entrado en decadencia en Valledupar”, dice y, al poco rato, enumera la falta de apoyo logístico y económico que tuvo para organizar esta exposición.
“Hace seis años, mi experiencia fue totalmente distinta”, explica Luna. En su mirada, brilla el afán de regresar a Barranquilla donde gerencia una galería de arte. Su obra permanecerá en la biblioteca hasta finales de agosto para el placer del público vallenato.
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