Artes plásticas
Ruby Rumié y la fábrica de la mirada
En su proceso creativo, el artista toma elementos ordinarios y los dota de significados extraordinarios.
La manera como descontextualiza un objeto y lo utiliza para representar ideas que den un nuevo sentido a la vida cotidiana es lo que hace bella la existencia humana. Ésta fue la enseñanza del taller “La fábrica de la mirada” dictado en Valledupar por la artista cartagenera Ruby Rumié los días 25 y 26 de octubre en la Sala Múltiple del Banco de la Républica.
El taller que viene de recorrer las ciudades de Bucaramanga y Riohacha, inició con un estudio ligero en el que la artista enseñó a los asistentes las diferentes etapas de lo que ella denomina “la mirada”, es decir, cómo cada generación de artistas crea nuevos imaginarios, obras y estilos a partir del influjo de sus predecesores, desde el renacimiento hasta el arte contemporáneo.
Para Ruby Rumié convertirse en artista significa “romper paradigmas, salirse del molde, dejar de un lado las ideas preconcebidas”, por ello el taller se desarrolló en dos partes; la primera de ellas titulada “el rinoceronte”, donde se recordó la historia de Albrecht Dürer, el artista más prestigioso del renacimiento alemán, quien en 1516 elaboró el dibujo de un rinoceronte indio con base en una descripción escrita, el mérito consiste en que ningún rinoceronte había sido visto en Europa desde los tiempos del Imperio Romano y aún así su grabado se tuvo como el más preciso hasta finales del siglo XVIII.
En este punto cada uno de los asistentes elaboró la descripción de un objeto sin mencionar su nombre ni sus funciones, simplemente su apariencia, para luego leerla a un compañero encargado de dibujar el objeto; la artista comenta al respecto “este ejercicio nos enseña a confiar en la mirada del otro, a escucharlo para representar de la manera más fiel aquello que está pensando, sin deformarlo con nuestras propias especulaciones”.
El segundo día del taller fue todo un giro (lingüístico si se quiere), pues la tarea consistió en tomar el objeto descrito el día anterior, sacarlo de su contexto habitual y darle un valor completamente distinto convirtiéndolo en una pieza artística; así el público se inició en los fundamentos del arte conceptual y se pudo apreciar como pequeñas pinzas de ropa se tornaban en caimanes, ralladores de queso en grandes rascacielos y dedales en sombreros de animados dedos.
Finalmente, quedó en el ambiente la idea de que cualquier recurso es válido para elaborar una obra, siempre que el creador aproveche su inspiración, y aunque pueda decirse que el tema del taller fue muy concreto, cabe resaltar la heterogeneidad del público, al que además de artistas se sumaron estudiantes, psicólogos, educadores y hasta un abogado, lo que pone sobre la mesa nuevamente el eterno debate acerca de si el arte es elitista y si es así, quiénes conforman esa élite.
Sobre el autor
José Luis Ropero de La Hoz
Enfoque directo
Valledupar (1985). Profesor y comunicador por vocación, su columna “Enfoque directo” ofrece una mirada del acontecer cultural sin formalismos. Admirador de la naturaleza y el talento humano.
0 Comentarios
Le puede interesar
Arte callejero en San Juan del Cesar
La primera dama del municipio de San Juan del Cesar, Rina Daza, tuvo la iniciativa de convocar a todos los pintores del municipio d...
Street Art o la revolución del graffiti
El Arte Callejero o “Street Art” es una forma diversa de la plástica que ha evolucionado a partir del graffiti en la cara y la c...
Rayando muros en Valledupar
Todos se conocen. Son las figuras más activas de la pintura vallenata actual. Artistas que comparten diversas realidades pero una sola...
Baldot y los gritos artísticos de un Carnaval
Ubaldo Torres Rodríguez –también conocido como ‘Baldot’, su nombre artístico–, podría presentarse como una de las figuras...
Un retrato inesperado: Celso Castro. After Pablo Picasso
Valledupar. Abril. 2019 Otra vez los mangos y su belleza, y el azar, me sorprenden. Estaba, como de costumbre, una tarde con mi perro ...