Bienestar

La relación entre estado de salud y personalidad

Maira Ropero

06/12/2018 - 07:40

 

La relación entre estado de salud y personalidad

Es importante estudiar la estrecha relación que existe entre la personalidad y la salud para entender que somos responsables de nuestro estado de salud. El 90% de las enfermedades que padecemos son emocionales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el término salud no debe definirse tan sólo como ausencia de enfermedad, sino como “un completo estado de bienestar físico, social y mental”.

Es lógico pensar que el vínculo entre la personalidad y nuestra manera de percibir lo que nos rodea (pensamientos y comportamientos) juega un importante papel en la determinación de nuestro estado de salud.

Pero seamos más concretos. La relación entre personalidad y enfermedad puede observarse más claramente en el terreno de la salud mental. Por ejemplo, se sabe que las personas sociables tienden a ser más felices que las tímidas. Asimismo, quienes muestran inestabilidad emocional suelen perturbarse con facilidad, tienen una baja autoestima y son más propensas a la depresión que el resto de la gente.

En los últimos años, los cardiólogos han empezado a creer que las enfermedades cardiacas no sólo son ocasionadas por factores como un nivel elevado de colesterol en la sangre, sino también por la manera personal de enfrentar la vida.

Quienes tienen personalidad tipo A (cuyos rasgos son la ambición, la agresividad y una percepción exagerada del paso del tiempo) están mucho más expuestas a sufrir un infarto que quienes tienen personalidad tipo B (cuyos rasgos son los opuestos).

También se ha hallado una correlación similar entre la personalidad y el cáncer. Sin embargo, es difícil demostrar la existencia de ese vínculo por dos razones: la primera es que el cáncer no es una sola enfermedad sino un grupo de trastornos, por lo que resulta imposible establecer una relación precisa de causa y efecto; la otra es que muchos factores biológicos también pueden predisponer al cáncer, como el tipo de dieta y la exposición a sustancias tóxicas.

A veces, las influencias externas son tan fuertes que superan el efecto de la personalidad, aunque hoy día se sabe que las personas con cierta manera de ser tienden a vivir más tiempo que otras incluso cuando enferman de cáncer.

Las personas indolentes, en cambio, tienden a evadir los problemas e incluso a desatender su salud. La consecuencia es que se enferman con más frecuencia y sólo buscan ayuda si se ven obligadas a hacerlo, en ocasiones cuando ya es demasiado tarde.

Expertos han establecido que hay una relación directa entre la personalidad de cada individuo y las enfermedades que afectan nuestra salud como el cáncer o la artritis, por mencionar únicamente algunas.

En el discurrir del tiempo se han descrito y clasificado distintos patrones de conducta. Pues bien, cada uno de ellos se ha asociado  a una enfermedad específica.

Presentaremos en este espacio los 3 primeros:

––El llamado Patrón de Conducta Tipo A, (PCTA) observado por los cardiólogos Friedman y Rosenman en la década de los años 50. Asociado a pacientes con cardiopatías isquémicas. Sus rasgos y características comunes son los de aquellas actitudes que muestran una lucha por lograr el mayor número de cosas en el menor tiempo posible, contra los esfuerzos de otras personas y los elementos del mismo ambiente. Se observó que este tipo de pacientes tenían más probabilidad de presentar angina de pecho o infarto de miocardio. Lo consideraron un factor de riesgo asociado al consumo de tóxicos, conductas agresivas o violentas. Se establecieron, entre otros, rasgos patológicos como la hostilidad o reacción agresivas al entorno, la competitividad, impulsividad y alexitimia (dificultad para identificar y expresar emociones, sentimientos o afectos). Un estilo autoritario y dominante, necesidad de control, escasa empatía, sobre-implicación laboral o metas rígidas son otros rasgos característicos de este patrón.

––Patrón de Conducta tipo B: es el que se enmarca como saludable. Los rasgos que componen este patrón son los de aquella persona tranquila, relajada, empática, asertiva, abierta a las relaciones sociales y con tendencia a focalizar su objetivo en un mayor bienestar emocional. No hay hostilidad y es consciente de sus limitaciones. Se suele definir como la no presencia de un Patrón de tipo A.

––Patrón de Conducta de tipo C, (PCTC): es sin duda, el más nombrado a la vez que reconocido, por estar asociado con enfermedades cancerígenas o crónicas. Morris y Greer identificaron este patrón en 1980, a pesar que Galeno (S.II A. C) ya mencionaba la asociación entre determinados perfiles de personalidad con el desarrollo del cáncer. Los rasgos establecidos para este patrón son: inhibición o supresión de emociones negativas, como la ira; dificultad para afrontar situaciones estresantes; bajos niveles de asertividad y hostilidad y altos niveles de ansiedad preocupación y sumisión. En este último grupo existe una vocación de servicio a los demás, auto-sacrificio y complacencia. Los principales rasgos patológicos en este patrón son la supresión-inhibición-negación de emociones negativas y la incapacidad para afrontar las situaciones estresantes. El estrés por sí solo no desencadena procesos tumorales sino que median otras variables. Más que en la causa, este patrón puede mediar en la supervivencia ante la enfermedad.

Para concluir, cada patrón de conducta puede desarrollar enfermedades mentales o físicas, pero también evitarlas, aceptarlas o recuperarse de una manera más rápida. El ejemplo más claro es que aquellas personas de carácter amigable son más felices y por ende tienen menos probabilidades de padecer depresión. Lo contrario le ocurre a quienes son emocionalmente inestables y de baja autoestima.

Adaptarse a un patrón u otro es cuestión de análisis y voluntad. Los cambios suceden luego en la vida diaria y cada cambio, por muy pequeño que sea, es una victoria.

Maira Ropero

www.mairaropero.com

Sobre el autor

Maira Ropero

Maira Ropero

Bien estar

Maira Ropero (Valledupar). Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana especializada en Psicología Clínica (Universidad Autónoma de Barcelona, España) y Coach de vida. Máster en Programación Neurolingüística y Doctora en hipnosis clínica.

Su columna semanal “Bien estar” ofrece reflexiones para mejorar la salud mental y disfrutar de cada instante. Es un espacio idóneo para el crecimiento personal y el fortalecimiento de un liderazgo inspirador.

@MairaRopero mairaropero

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