Bienestar
Vigorexia o cuando el ejercicio físico se convierte en obsesión
Con el auge de los gimnasios, las “dietas-milagro” y la cultura de “mostrar hábitos saludables”, el ejercicio físico se ha hecho más presente en casi todas las conversaciones de amigos o familiares.
Esa necesidad -o aspiración- a parecer saludables hace que muchas personas caigan en desórdenes alimenticios, así como la práctica compulsiva de ejercicio físico. Así es como se ha afianzado en los últimos años la vigorexia, dicho en otros términos la preocupación excesiva y obsesiva por el aspecto físico con una carga desordenada de actividad para desarrollar masa muscular.
El trastorno deriva en conductas obsesivas que hace que el vigoréxico desarrolle pensamientos negativos sobre él mismo, abandone sus actividades cotidianas e invierta todo su tiempo en realizar ejercicio físico.
Estas personas también siguen dietas bajas en grasas y ricas en carbohidratos y proteínas para aumentar la masa muscular, y corren mayor riesgo de abusar de sustancias como hormonas y anabolizantes.
Las características más frecuentes en personas que sufren este trastorno son las siguientes:
*Mirarse constantemente en el espejo y aun así sentir que no se alcanzan las características estéticas que establece como necesarias la propia persona.
**Pesarse varias veces al día y hacer comparaciones con otras personas.
***Las personas con personalidad obsesiva en especial consigo mismas, así como aquellas que sufren diversos problemas emocionales en sus relaciones personales y profesionales, son más propensas a desarrollar vigorexia.
***También es común que la padezcan personas que han sufrido acoso escolar o bullying por su aspecto físico durante la infancia.
Para prevenir estos estados, es recomendable seguir estos pasos:
1-. Buscar el acompañamiento de un entrenador profesional para implicarse en un programa de ejercicios.
2-. Realizar exámenes físicos que determinen el estado de salud, además de las necesidades y capacidades del individuo.
3-. Establecer ejercicios que se adecúen al nivel físico del involucrado.
4-. Detener el ejercicio cuando en el momento en el que se siente fatiga, cansancio o dolor muscular.
El deporte es bueno para el cuerpo y la salud. Pero, como todo, los excesos pueden derivar en situaciones comprometedoras. Disfruta el momento, hazlo en compañía de amigos, ponte metas, y recuerda que no todo debe ser ejercicio y que tu cuerpo también puede verse afectado por tus excesos.
¡Buen viento y buena mar!
Maira Ropero
@MairaRopero
Sobre el autor
Maira Ropero
Bien estar
Maira Ropero (Valledupar). Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana especializada en Psicología Clínica (Universidad Autónoma de Barcelona, España) y Coach de vida. Máster en Programación Neurolingüística y Doctora en hipnosis clínica.
Su columna semanal “Bien estar” ofrece reflexiones para mejorar la salud mental y disfrutar de cada instante. Es un espacio idóneo para el crecimiento personal y el fortalecimiento de un liderazgo inspirador.
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