Cine

Mi novio es un zombie, una parodia del género zombie

Mabel Salinas

16/05/2013 - 13:00

 

Si el amor mueve montañas y transforma a quien toca, en especial a humanos que son los seres más complejos y volubles del planeta, ¿por qué no iba a hacer lo mismo con un zombie que, por alguna extraña razón, se convirtió en una criatura cuyo principal menú es el cerebro de algún sobreviviente?

“Mi Novio es un Zombie” (“Warm Bodies”) –el más reciente filme de Jonathan Levine, también realizador de 50/50– es una metáfora de la necesidad de conexión que tenemos los seres humanos y lo capaces que somos de mejorar o cambiar cuando eso llamado amor llama a la puerta.

Basada en la novela de Isaac Marion, narra cómo R (Nicholas Hoult) y su mejor amigo M (Rob Corddry), un par de zombies que viven en lo que queda de un aeropuerto, un día se topan con un grupo de adolescentes.

Mientras que aniquilan a casi todos ellos y R se come el cerebro de su líder, Perry (Dave Franco) —escena un tanto grotesca—, el protagonista se enamora de la novia de la víctima, Julie (Teresa Palmer).

El hecho desencadena una serie de gags excéntricos, y es que, paulatinamente, R comienza a sentir su fulgurante corazón palpitar y a recobrar su humanidad.

Desde su inicio, gracias a la atinada narración del protagonista, nos adentramos en el contexto de la cinta, en su mundo postapocalíptico y en el humor negro que marca la pauta de su ritmo y timing cómico.

Para cada uno de estos aspectos la selección de la música es fundamental, pues enfatiza el ambiente y las intenciones de los personajes, que con sus diálogos, gesticulaciones y hasta movimientos corporales crean momentos de genuino y efectivo humor.

Es en esos primeros minutos cuando vemos un despliegue de recursos cinematográficos con los que Levine narra toda la historia, como el empleo de cámara lenta, el uso de “flashbacks” presentados en formato sepia para mostrar los recuerdos del protagonista, o a color y con iluminación saturada, para evocar los de Perry, los cuales R adquiere tras devorarlo.

Además, el trabajo histriónico de todo el elenco, desde Hoult y Palmer, hasta Corddry, Analeigh Tipton en el rol de la mejor amiga de Julie o John Malkovich como el padre de la coprotagonista, son dinámicos y frescos; pero también es cierto que algunas situaciones se sienten intencionalmente forzadas.

Mi Novio es un Zombie”, aunque es una película sin grandes pretensiones, como muestran sus poco cuidados efectos especiales, se da el lujo de emitir una sutil crítica a la sociedad consumida por la tecnología. Sin embargo, también es un recordatorio de que en el momento menos esperado —y más sangriento— se puede volver a la vida.

 

Mabel Salinas

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