Cine
Mi villano favorito 2: tiernamente peligroso
Desde que vi la primera parte de “Mi Villano Favorito” en el año 2010, me declaré fan incondicional de la película. Cuando me enteré de que estaba en camino una secuela, no dudé ni un instante en que sería igual de genial que la primera.
No me atenazó el miedo o la intriga de que fuera mala o bajara el nivel de la misma (como me suele pasar en muchas otras). Al contrario, acogí la idea dando saltos de alegría porque tenía algo muy claro: con estos adorables bichos amarillos no podía haber otro resultado que mucha diversión y risas.
Y ése ha sido el resultado de Mi villano favorito 2. Desde el primer segundo, cuando el espectador se sienta a ver los trailers previos a la película, uno se da cuenta de que va a disfrutar como nunca. Es una vuelta a la niñez.
Empiezan con ese anuncio de los bichitos en una sala de cine avisándote que tienes que apagar el celular, no molestar a los demás y no hacer ruido (una referencia a Agnés y su “¿Esto cuenta como molesto?”), entre otras cosas, para luego dar paso al logotipo de Illumination Entertainment con dos bichos peleándose. Así de sencillo. Sólo con esas dos pequeñas y rápidas entradas, los bichitos amarillos se ganan el cariño del público.
En esta nueva entrega, Gru (el protagonista principal) ha dejado la vida de villano a un lado para dedicarse a sus hijas Margo, Edith y Agnes (la encatadora y adorable Agnes). Quiere ser buen padre y pretende abrir una empresa de producción de mermelada para seguir por el buen camino, pero la agencia secreta anti-villanos llama a su puerta y lo reclutan para averiguar quién está detrás de la desaparición de una plataforma en el Polo Ártico.
Gru tendrá que compaginar su nuevo cargo de padre con el de agente secreto en compañía de Lucy Wilde, una espía muy simpática, alocada y que no tardará en llamar la atención de nuestro villano favorito. Mientras tanto, los bichos irán desapareciendo uno a uno sin dejar rastro... ¿Qué ocurre con ellos? ¿Adónde van a parar? ¿Conseguirá Gru desenmascarar al villano y que todo vuelva a la normalidad?
No he podido salir más contenta y satisfecha del cine. La sala estaba a rebosar, todos los padres con sus hijos. Mi sobrino ha disfrutado de la película pero creo que esta vez he sido yo la más niña de los dos. No he parado de reír.
La película tiene todo lo necesario y más para hacer disfrutar a todas las edades. Los bichos son los grandes argumentos de esta producción de Universal y la productora bien supo explotarlo. Mantienen el encanto de Agnes y su inocencia y es un personaje que se deja querer como ninguno, con momentos a la par irrisorios como memorables.
Por otro lado, los “bichos” son el lado explosivo y divertido. Son cariñosos, traviesos, fiesteros y bromistas; no pasa una escena sin que los muñecos nos dejen al menos con la risa boba. Todas sus apariciones se convierten en momentos dignos de ver una y otra vez: cantando canciones y nanas famosas, bailando... pero, sobre todo, esas típicas peleas entre ellos donde ninguno gana y todos acaban mal parados.
Los minutos finales para mí son lo mejorcito de la película. Por último, avisar que nadie se vaya del cine en los créditos porque podrán disfrutar de una buena sorpresa.
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