Cine
Turbo o cómo vivir los sueños de manera intensa
Un caracol con sueños locos que insiste en perseguirlos. Así podríamos resumir la historia de Turbo. Una formula muy conocida por los seguidores de películas para todo público (y sobre todo por los amantes de la famosa Disney).
Romper con el miedo, los prejuicios y la presión del entorno son las claves para el éxito y, cuando surge la oportunidad, el caracol decide aprovecharla al máximo (aunque siempre aparece alguien para disuadirlo).
Como en todo camino, el caracol que aquí presentamos se encuentra siempre con algunos obstáculos, los supera con un poco de astucia y la ayuda de sus amigos o familia, para poder alcanzar sus metas. Fin. ¿Le pareció familiar?
Eso mismo pensé yo cuando acabó Turbo. Afortunadamente, el camino del punto A al punto B es lo suficientemente entretenido para justificar el tiempo que toma verla.
Theo (Ryan Reynolds) es un caracol de jardín que trabaja en la “fabrica” de tomates junto a su hermano Chet (Paul Giamatti). Su vida es dolorosamente aburrida y por las noches se la pasa viendo viejos VHS de carreras de Indianápolis, ya que su sueños es ser tan rápido como uno de estos vehículos. Cuando un extraño accidente le da esa habilidad, Theo, que insiste que todos lo llamen Turbo, llega a la vida de Tito (Michael Peña), que también sueña con hacer algo más en su vida que trabajar en el restaurante con su hermano Angelo (Luis Guzmán).
Hay que admitir algo: tanto Disney en los 90 como Pixar nos han “mal-acostumbrado” con filmes de animación que divierten tanto a los niños como a los padres. Algunos hasta incluían mensajes que no impedían que los niños disfrutaran pero podían hacer pensar a los papás. Aunque Turbo en algunos momentos sugiere ideas más maduras, en general es una liviana mezcla de muchas historias y personajes bien distintos entre sí. También hay un par de estereotipos que me distrajeron (dos latinos que trabajan vendiendo tacos, por supuesto.) aunque no son tan molestos para dejar de disfrutar.
Quienes me conocen, saben que no siento mucha simpatía por Ryan Reynolds. Sin embargo, y quizás porque solo fue su voz, acepto que me gustó su trabajo como el soñador Turbo. En general, esta película tiene buen elenco y talento en voces, desde los ya mencionados hasta a Samuel L. Jackson, Michelle Rodríguez, Bill Hader, Ken Jeong y la genial Maya Rudolph.
En cuanto al libreto, debo reconocer que no es la gran cosa, he visto películas de animación con más sorpresas , pero ésta tiene sus momentos agradables, especialmente cuando los caracoles interactúan entre sí (¡White Shadow!). Es cierto también que soy de sonrisa fácil y me encanta dejarme llevar por las historias de superación
En resumen, Turbo es perfecta para los más pequeños quienes la encontrarán bien divertida. Los papás la encontrarán lo suficientemente entretenida así que es un “win-win”. No salí de verla con esa sensación de “wow” como cuando vi Shrek o Toy Story pero me hizo reír y me entretuvo lo suficiente para recomendarla, especialmente a los papás que quieran acumular puntos con sus hijos.
Natalia Fernández
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