Cine

Carrie o el horror actualizado

Todo los remakes –o adaptaciones de una misma película– suelen ser el foco de duras críticas.

Los que reseñamos los estrenos más recientes del cine caemos en ella con facilidad y especialmente los periódicos serios que siempre mantienen una línea intransigente (o exigente) con las novedades (y frente a los clásicos).

Pero en este espacio crítico quiero distanciarme de los estándares y de las opiniones conservadoras para dejar cabida a las nuevas ideas y tendencias. Por lo tanto, si buscan una defensa acérrima de las buenas costumbres cinéfilas de antaño, es muy probable que aquí se vean defraudados.

Carrie no es una película nueva. En el año 1976, un director poco conocido, Brian De Palma llevó a las salas de todo el mundo la historia de una tímida joven llamada Carrie White, interpretada por Sissy Spacek quien atemorizó a la audiencia cuando bañada en sangre decidió hacer uso de un extraño poder mental para silenciar eternamente las risas de aquellos que siempre se habían burlado de ella.

La película causó en aquel entonces una conmoción en el público, como pocas cintas en la historia. Sin recurrir a la sangre más explícita, Brian de Palma logró con éxito una adaptación de la novela de Stephen King.

Treinta años más tarde, Carrie regresa con nuevos colores y nuevos artistas para seducir a las nuevas generaciones.  Esta vez la película está a cargo de Kimberly Peirce, la directora de “Los muchachos no lloran”. Una mujer que completa la psicología femenina de la protagonista de Carrie.

Con este nuevo estreno, Kimberly Peirce renueva un estilo con más detalles y un guión levemente alterado.

Carrie (Chloë Grace Moretz) ha sido maltratada en su casa por su madre inestable, Margaret White (Julianne Moore), una fanática religiosa, y en la escuela las cosas no mejoran. Carrie es el foco de las burlas y amenazas de sus compañeras (que ven en ella una chicha excéntrica, ortodoxa y desubicada).

Sin embargo, todos desconocen los poderes psionicos y pyrokinéticos de Carrie que le permiten mover objetos con la mente y prender fuego a distancia.

Conociendo la gran difusión de las películas anteriores, Kimberly Perice no quiso insistir en el terror presente en la historia de Stephen King. Sin dejarlo del todo de lado, la directora cuenta la historia desde una perspectiva más cercana para la juventud de hoy en día.

Es una versión que recuerda algunos filmes de Superhéroes mutantes. Muchos pensarán en 'Chronicles' al ver esta nueva edición de Carrie. Además, la directora involucra en la historia las nuevas tecnologías como celulares, redes sociales y Youtube como medio para humillar a Carrie y crear un contexto más actual.

El ritmo sostenido nunca aburre y hace que la cinta avance con mucha fluidez. Sin embargo, algo nos deja perplejos: los efectos especiales parecen más acorde a un film de televisión que a una súper producción de cine y la escena final parece ser un exceso innecesario. Otro aspecto negativo: la belleza de Chloë Grace Moretz en contraste a la apariencia del personaje original.

Difícilmente la nueva versión de Carrie se convertirá en una película de culto. Superar a su antecesora requiere medios más importantes y un giro completo en la trama que aquí no encontramos.

Pero esta nueva versión aborda una temática que nunca pasa de moda y que se agrava: el abuso de "los menos populares" (matoneo o bullying) por parte de los que "sí lo son". Y nos hace reflexionar sobre esas terribles masacres que han sucedido en las instituciones estudiantiles norteamericanas en los últimos tiempos. Por cosas como estas, Carrie se muestra aun actual y su nueva adaptación una buena película.

Alberto Campos