Cine
El lobo de Wall Street: locura y más locura
Martin Scorsese tiene 71 años de edad y sigue con el mismo brío y dinamismo de siempre. Es uno de los maestros del cine, sin dudas. Cualquier película nueva es un acontecimiento. Son muy pocos los directores que se mantienen como él y quiero aprovechar lo que seguramente sean sus últimos años como cineasta para analizar su último largometraje.
Los primeros compases de la película “El lobo de Wall Street” lo delatan. Y es que su estética se nota a lo largo de todo el metraje, pero sobre todo en los primeros noventa minutos. Recordemos que la película tiene una duración de tres horas y es seguramente el punto débil de la misma.
La presentación de la acción y de los personajes, sobre todo del colosal "Lobo" interpretado de forma soberbia por Leonardo DiCaprio, es uno de los grandes momentos del cine de Scorsese. Si a todo ello le añadimos un ritmo brutal y endiablado, más unos diez momentos sublimes, estaríamos hablando de una obra maestra de noventa minutos. Pero al igual que su personaje, todo punto álgido tiene su bajón, y el film comienza una caída paulatina hacia el costumbrismo y hacia un drama demasiado visto que no logra resurgir de sus errores. En la película asistimos a un delirante naufragio como símil de lo que está ocurriendo realmente con ella.
Tampoco podemos ser muy duros con este naufragio porque, no nos engañemos, aunque su segunda mitad baja mucho de nivel, el resultado es bastante mejor que cualquier producción que nos encontramos cada fin de semana en nuestros cines.
Comentar la gran interpretación de DiCaprio supone una sorpresa para algunos y una obviedad para la mayoría. Todavía hay mucha ceguera con este gran actor. DiCaprio posee muchas excelentes interpretaciones, solo hace falta echar un vistazo a su filmografía, está plagada de ellas.
Aquí compone un personaje total. Es el más excesivo y "loco" que hemos visto. Es tremendo ver su ascensión hasta llegar a cotas realmente delirantes, para descender a su infierno (no tanto) personal.
Increíbles discursos motivadores, orgías inimaginables, etc, son varios de los momentos que no se nos van a olvidar. Con este personaje nos asalta la duda, ¿estamos ante un héroe, o ante un loco endemoniado? Jordan Belfort es un tipo que solo vive para las drogas, el sexo y, sobre todo, el dinero.
Del resto del reparto todo es destacable. Desde el indescriptible personaje de Jonah Hill, hasta ese Father Mad Max interpretado por Rob Reiner. Sin olvidarnos de Matthew McConaughey y su fugaz e impagable aparición. Su canción-tarareo golpeando el pecho es indescriptible.
Scorsese ha dicho que es la historia de una locura. Y estoy de acuerdo. Es una locura que, lamentablemente, se vuelve muy convencional en su última parte.
Lo innegable es que Martin Scorsese sigue en plena forma. Reconocemos sus increíbles movimientos de cámara, con algún travelling imposible marca de la casa, en un orden y desorden que se unen como el yin y el yang.
Scorsese cambia la mafia y los bajos fondos por el lujo y el frenesí de Wall Street sin alterar su discurso. El Lobo de Wall Street es una mezcla entre "Uno de los nuestros" (Goodfellas) y "Revolutionary Road" (Sam Mendes).
Alberto Campos
Sobre el autor
Alberto Campos
Cinescrúpulos
Alberto Campos, Valledupar (1976). Sociólogo y Abogado de la Universidad Popular del Cesar. En Cinescrúpulos expone su faceta de crítico y amante del Cine, pero con total independencia. Su fin es alabar las buenas películas y señalar las malas producciones.
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