Cine

Escándalo americano o la escandalosa América de los 70

Alberto Campos

05/03/2014 - 09:30

 

Siempre me han gustado las películas con un fondo existencialista, algo de filosofía, superación y reflexión, y “Escándalo americano” (2013) del director David O. Russel responde perfectamente a este criterio.

La película más nominada a los Oscars de este año (10 nominaciones) pone en adelante a un personaje pintoresco de los años 70, arribista y controvertido, dispuesto a ensuciarse con los peores abusos de poder y la corrupción política para sobrevivir.

Estamos ante una película que sienta sus bases en tres pilares: la interpretación de sus actores, el montaje y la ambientación. Y es que si una cosa resalta sobre todas las demás son las geniales interpretaciones de los protagonistas del film.

Christian Bale está fantástico, no sólo por su transformación física sino también por cómo afronta un personaje ahogado por los problemas y que tiene que librar batallas en varios frentes. Bradley Cooper también asombra con su rol de agente de FBI. Pero la palma se la lleva Amy Adams, metiéndose en la piel de una femme fatale capaz de hacer que cualquier hombre se rinda a sus pies.

La actriz abraza la dualidad de su personaje con gran acierto, mostrándonos en ocasiones su vertiente más sexy para en un instante entrar en un estado depresivo consiguiendo en ocasiones que su rol sea el que más consiga emocionar al espectador. Adams es lo mejor de la cinta sin duda. Jennifer Lawrence cumple con su papel pero no goza de tanto tiempo en pantalla como sus compañeros y su personaje está más limitado, sin embargo su duelo con Adams pone de manifiesto las dos grandes intérpretes que ha reunido el director. Jeremy Renner no desentona pero pasa desapercibido al compararse con sus compañeros de reparto. Sin desvelar nada, una leyenda de la interpretación vuelve a ponerse en la piel de un mafioso, en la que es sin duda la gran sorpresa de la película.

Otro de los pilares, la ambientación, logra introducir al espectador en la época pero con el acierto de no acaparar más protagonismo que el de contextualizar la historia. Así, al carecer casi de escenarios en exteriores, su cometido se circunscribe casi por completo al vestuario y la peluquería, esta última reseñable sobre todo en el caso de la transformación de Bale.

El montaje logra dar ritmo a una película a la que le sobra metraje pero que gracias al uso de la música y los movimientos de cámara que usa O. Russell, donde abundan los planos secuencia y de seguimiento, consigue que el film sea más entretenido y se pase como un suspiro. La citada estética, las continuas discusiones entre los personajes o el uso de la voz over nos recuerdan irremediablemente a varias películas de Martin Scorsese, sin ir más lejos “El lobo de Wall Street / The wolf of Wall Street” su competidora en los Oscar.

El tono de comedia aligera aún más la propuesta y si no fuera por las interpretaciones de su reparto estaríamos ante una cinta muy distinta que quizás no hubiera llamado tanto la atención. Y es que el problema principal es su guion. A la ya comentada excesivamente larga historia hay que sumar que se la puede tildar de engañosa respecto del desenlace. Más de uno puede que se sienta estafado, como sugiere el título, aunque esos defectos queden enmascarados por el resto de virtudes que posee el film y que son muchas.

Estamos ante una película entretenida, con grandes interpretaciones y muy bien dirigida, quizá la mejor de David O. Russell, lo que es más que suficiente en los tiempos que corren.

 

Alberto Campos


Sobre el autor

Alberto Campos

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Cinescrúpulos

Alberto Campos, Valledupar (1976). Sociólogo y Abogado de la Universidad Popular del Cesar. En Cinescrúpulos expone su faceta de crítico y amante del Cine, pero con total independencia. Su fin es alabar las buenas películas y señalar las malas producciones.

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