Cine
Ocho apellidos vascos: una comedia con sabor español
Con las comedias españolas me suele pasar lo mismo que con las colombianas: tiendo a desconfiar. Y no soy el único. Conozco a muchos que, sin haber entrado en la sala, no pierden un instante para opinar: "Una película entretenida, sin más... ¡La típica comedia superficial".
En ese mismo plan fui a ver la película “Ocho apellidos vascos”, como si fuera a ver un estreno más de Universal Pictures, o como si se tratara de un intento más del director Emilio Martínez Lázaro.
Es cierto que el éxito comercial en España ha sido increíble. Nunca antes en España, una película nacional o extranjera había registrado un resultado de ventas tan grande en el fin de semana de su estreno (2,7 millones de euros recaudados en su primer fin de semana), Pero ya sabemos que el éxito comercial no siempre significa calidad.
El título no dice mucho y por eso hay que atreverse. Lanzarse y comprar una entrada. Y al sentarse en la butaca uno comprueba que Ocho apellidos vascos es una película de bajo presupuesto, que incorpora rostros conocidos en Europa pero todavía desconocidos en Colombia (Clara Lago, Carmen Machi o Dani Rovira). Y eso no ayuda.
El tema es sencillo. Se centra en una receta tan infalible como mil veces vista: el conflicto amoroso entre sus protagonistas, pero combinado con todo tipo de chistes de carácter español. La acción es rápida y el humor fácil, pero el carácter regional de muchas anécdotas puede hacer que algunos espectadores no acaben de entender (no todo el mundo sabe cuáles son las características de un vasco, un andaluz o un catalán, salvo si ya ha viajado o se ha relacionado con ellos). Por eso, cabe la posibilidad que la comedia no acabe de convencer.
Pero para el que sepa de cine europeo y quiera aventurarse, Ocho apellidos vascos puede ser una delicia. De hecho, la comparación con otras comedias parecidas es inevitable: la francesa “Bienvenidos al norte” o la italiana “Bienvenidos al sur” ya exploraron, con enorme éxito, los tópicos regionales.
Además, toca un tema otrora conflictivo en España (terrorismo vasco, independencia...) de manera despreocupada, sin caer en el estereotipo o el panfleto, lo que denota un cambio sustancial en la sociedad española.
Es cierto que gran parte de la crítica española ha acogido esta comedia con palabras tibios, pero lo cierto es que ha seducido a una audiencia como nunca antes y, en eso reside su éxito: en ese yo-no-sé-qué. Definitivamente recomendable a las almas inquietas y amantes del cine independiente y alternativo.
Alberto Campos
Sobre el autor
Alberto Campos
Cinescrúpulos
Alberto Campos, Valledupar (1976). Sociólogo y Abogado de la Universidad Popular del Cesar. En Cinescrúpulos expone su faceta de crítico y amante del Cine, pero con total independencia. Su fin es alabar las buenas películas y señalar las malas producciones.
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